El papel de la organización social en la evolución humana (1)

Los fabricantes de herramientas

La fabricación de herramientas presupone una organización social y al mismo tiempo la fortalece abriendo con ello el camino que nos hace humanos

Las modernas técnicas que han permitido rescatar y descifrar el código genético de los restos fósiles han aportado valiosas informaciones que han fundamentado, o incluso han obligado a repensar nuestras concepciones sobre la evolución humana. La idea de una evolución lineal y gradual (hasta tal punto inscrita en nuestra conciencia que nos representamos la evolución a través de una sucesión de imágenes donde, progresivamente, un mono se “pone de pie” y se va transformando en hombre) ha sido pulverizada, transformada en un árbol cuyas ramas se bifurcan constantemente y donde los saltos cualitativos abren el camino a nuestra especie.

Pero, a pesar de su indudable valor, convertir los estudios genéticos en el nuevo “santo grial”, que por sí mismo es capaz de explicar la evolución humana es algo más que un error. Lo que nos ha hecho humanos ni se ha originado ni se ha difundido de generación en generación a través de los genes. El auténtico motor que ha conformado a la humanidad ha sido la organización social, asentada en la producción material. Influyendo no solo en nuestra conciencia, sino también en el desarrollo evolutivo de las distintas especies humanas, hasta llegar a la nuestra, el Homo sapiens.

En este camino, las aportaciones de los investigadores españoles, nucleados en torno al equipo de Atapuerca, han jugado un papel clave en nuestra comprensión sobre la evolución humana.

Abrimos en este número un serial dedicado a explicar como la organización social -interviniendo sobre unas bases biológicas cuyos cambios están determinados por las leyes establecidas por Darwin- ha sido el elemento decisivo en la evolución humana.

El salto cualitativo

Hace entre cinco y seis millones de años, los homínidos se separan de chimpancés, gorilas y orangutanes, con los cuales compartieron un ancestro común. Posteriormente, de los homínidos vuelve a separarse una rama, el género Homo, que a través de diferentes saltos dará lugar a nuestra especie.

¿Cuál fue el elemento decisivo de estos enormes cambios, que hacen posible la irrupción de la humanidad?

Suele pensarse que es la locomoción bípeda, nuestra particular forma de caminar erguidos. Desde luego influyó, pero no es capaz de explicar por sí misma todo el proceso. Homínidos como los austrolopitecos ya caminaban erguidos, y sin embargo su capacidad cerebral y su organización, aunque superior no difería sustancialmente de la de los simios antropomorfos.

Otros sitúan el elemento desencadenante en la adaptación a un nuevo nicho ecológico, determinado por el gran cambio climático que en el este de África convertirá las selvas tropicales en espacios abiertos, en sabanas. Pero hay un género entre los hominidos, los parántropos, que abandonaron definitivamente la protección de las selvas y se adaptaron extraordinariamente a estos espacios abiertos… y desaparecieron hace un millón de años sin intervenir en la aparición de la humanidad.«Fabricar herramientas, producir cosas absolutamente nuevas, es distintivo de humanidad»

Hay otro elemento material que es la auténtica clave. La primera especie del género Homo es el Homo habilis, el “hombre hábil”. Y su irrupción está ligada a las primeras herramientas fabricadas por manos humanas. Son primero muy rudimentarias, lascas sin retocar y cantos tallados llamados “choppers”. Pero suponen un enorme descubrimiento, el más importante de toda la historia de la humanidad.

No hablamos de la utilización de instrumentos, a través de objetos naturales adaptados para su función. Eso lo hacen otros primates. Los chimpancés utilizan ramas, a las que eliminan las ramificaciones laterales, para “cazar” termitas introduciendo el palo en su hormiguero. O se fabrican con ramas una especie de nidos en los árboles para dormir. Los humanos somos la única especie que fabrica herramientas cuya forma no existe en la naturaleza, y ellos imponen a la piedra. Los cuchillos de silex salen de cantos rodados, sin filo. Para convertirlo en una herramienta cortante hay que “diseñar” primero ese objeto en la cabeza, y luego ser capaz de ejecutar movimientos con precisión para tallar la piedra.

El aspecto central no es la utilización de herramientas, sino su fabricación. Se ha conseguido enseñar a un chimpancé a usar herramientas de piedra, incluso ha podido deducir su utilidad en algunos casos. Lo que ha sido imposible es lograr que pudiera fabricarlas.

Somos sociales, somos humanos

Fabricar, producir cosas absolutamente nuevas, es distintivo de humanidad.

Para fabricar herramientas se utilizan otras herramientas. El Homo Habilis sacaba un afilado “chopper” de un canto de silex empleando otra piedra seleccionada como percutor.

La fabricación de herramientas implica un desarrollo tecnológico. El primitivo Modo 1 de la industria lítica, conocido como Olduvayense, dio paso hace 1,6 millones de años al más perfeccionado Modo 2, o Achelense. Y así sucesivamente.

Presupone la transmisión de conocimientos, entre los miembros del grupo, y de generación en generación, permitiendo con ello un desarrollo acumulativo más allá de lo que un solo individuo puede alcanzar.

Se da en grupos cuyas condiciones de vida le obligan a una mayor cohesión social. Las complicaciones del parto empujan a las mujeres a necesitar ayuda, no a parir en solitario. El feto humano nace con un desarrollo cerebral inferior, en proporción, al de un chimpancé, y su infancia es más prolongada. Necesita más protección, y las hembras tienen más dificultades para hacerse cargo de las crías sin la participación de los machos.«Desde el mismo nacimiento del género Homo, y en los sucesivos saltos que darán lugar al Homo sapiens, la organización social actúa como el gran motor de la humanidad»

La fabricación de herramientas no es una empresa individual, como la de un chimpancé que caza termitas con un palo, sino social. Necesita de la participación de todo el grupo, y al mismo tiempo fortalece su cohesión. Estableciendo, ya desde el Homo habilis, una determinada especialización del trabajo entre los miembros del grupo.

Sobre esta base, se establecen determinadas relaciones en el grupo, que va comprendiendo la naturaleza al tiempo que la transforma. Su comportamiento ya no va a estar determinado por la biología social, los impulsos inscritos genéticamente, sino por el nuevo “nicho ecológico” en el que se mueve, que es social.

La expansión del cerebro en los humanos está ligada a su carácter social.

Al ser capaz de producir herramientas, fue más fácil acceder a proteínas animales, con mayor aporte protéico y más digeribles. Lo que permitió acortar el tubo digestivo y concentrar energía en la expansión del cerebro.

Y los modernos estudios nos hablan de que el tamaño del cerebro está vinculado al tamaño del grupo social. Las relaciones con el grupo, enormemente complejas, obligan a desarrollar lo que se ha denominado “inteligencia social”.

Desde el mismo nacimiento del género Homo, y en los sucesivos saltos que darán lugar al Homo ergaster, al Homo antecessor o al Homo sapiens la organización social actúa como el gran motor de la humanidad.

4 comentarios sobre “Los fabricantes de herramientas”

  • charles coinelpro dice:

    Ya Engels en su famoso libro «el papel del trabajo en el pso del mono al hombre»,te cuenta de cómo,el trabajo,o sea la manipulación de objetos para la producción,hace que se desarrolle el cerebro y en un proceso dialéctico,la evolución del cerebro hace que se manipulen objetos más complejos.Quitando a los chimpancés que utilizan pajitas para comer hormigas de los árboles,el ser humano ha sido el único en utilizar objetos para la producción.Cuando el ser humano desaparezca,la próxima evolución serán las hormigas,que son muy listas,como cuentan algunos «abducidos» por OVNIS,secuestrados por «hombres-hormiga».Lo cual indica que el materialismo histórico es una ciencia aplicabe a todo el universo,ya que son como los humanos pero en hormiga,han evolucionado

  • La organización social ha determinado la aparición de los diferentes homínidos en un corto periodo de tiempo respecto al resto de especies. Pueden observar como orangutanes, chimpancés, etc, no han aparecido otras especies de su seno y se han mantenido casi invariables, en términos de especies, aunque hayan tenido variaciones genéticas sobre todo en su sistema inmune.

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