SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Los barones del PP temen más cesiones a Mas

«Intentar apaciguar determinadas reivindicaciones soberanistas con determinadas compensaciones económicas, que además nunca van a ser agradecidas, es una equivocación». Quien así hablaba ayer no era un mero comentarista radiofónico ni un crítico al uso del partido, sino el mismísimo presidente del Gobierno de Madrid, Ignacio González. El sucesor de Esperanza Aguirre en la Presidencia de la Comunidad de Madrid se erigía con estas explícitas palabras en la conciencia crítica de los populares hacia la política del Ejecutivo Central en Cataluña, y en el primero de los barones del partido en descubrir sus nuevos recelos y en advertir al presidente Mariano Rajoy frente a futuras concesiones a Artur Mas. «No vamos a aceptar un modelo de financiación que castigue a Madrid», añadió González en EsRadio, «ni negociaciones a la carta como la que se ha hecho con el déficit, que nos parece una equivocación total porque, entre otras cosas, no se va a cumplir». Si algo evidenció González ayer es que su recelo ante la próxima negociación de la financiación autonómica –o ante cualquier otro tipo de ayuda que pudiera considerarse ahora, ante los vencimientos de la deuda y la asfixia económica de Cataluña– es mayor que la que ya le mereció la asimetría territorial en los objetivos de déficit recientemente impuesta por el Ejecutivo de Rajoy. Y ello por una razón estrictamente política, que concuerda con la sospecha de fuentes populares de que Artur Mas haya podido aplazar la consulta soberanista para obtener del Estado tangibles rentabilidades. «Cambiar independencia por dinero me parece totalmente inaceptable», afirmó González. «Una cosa son las dificultades económicas de Cataluña y otra, las reivindicaciones soberanistas al margen de la Constitución, que no tienen cabida. Pretender cambiar una cosa por la otra es inaceptable, y dar la sensación de que se está negociando en ese ámbito es malo para nosotros y es malo para España», llegó a insistir el dirigente popular.A la misma hora en que González hablaba en EsRadio, lo hacía Alberto Núñez Feijóo en TVE. Y aunque en un estilo más sutil y harto diferenciado, el presidente de la Xunta de Galicia también lanzó un mensaje a quien quisiera escucharle: «Nadie ve bien los tratos diferenciales», advirtió, al tiempo que criticó el vigente sistema de financiación precisamente por ser fruto del acuerdo bilateral entre el antiguo Gobierno tripartito y el Gobierno de Zapatero. «Hay que ayudarles más», dijo, en relación a Cataluña, «para disminuir el gasto», pero «de común acuerdo» entre todas las comunidades: «Hay que ayudar a todos de la misma forma porque los ingresos no llegan», afirmó Núñez Feijóo. Advertencias, recelos o simples tomas de temperatura, lo cierto es que tras ellos planea la polémica soterrada e interna generada por la carta de Rajoy a Artur Mas. «Resultó bastante más contemplativo de lo que a muchos nos habría gustado», confesaba estos días a este diario otro presidente autonómico del PP. En este capítulo, González resultó ayer igualmente expresivo: «Hay que decirles claramente no», decía en relación, tanto con el pacto fiscal como con la consulta independentista, «y aplicarles la ley. Ése debe ser el marco claro. Es malísimo dejar puertas abiertas a la duda, porque ello tiene un efecto contagio terrible, como ha ocurrido con Bildu y el BNG. Hay que cortar radicalmente». Claro que Feijóo se mostraba más ortodoxo en su discurso: «La firmeza no está reñida con el diálogo», afirmó. Por tanto, Rajoy «ha de estar para hablar, y tiene que estar en el diálogo permanente» con Cataluña; eso sí, sin salirse del marco de «la Constitución Española».Consultado sobre el particular, uno de los barones más interesados –como Madrid– tanto en la revisión del modelo de financiación como en la no bilateralidad de las negociaciones, el balear José Ramón Bauzá se unió al discurso de la firmeza: «Cualquier milímetro de concesión a un nacionalista es un milímetro de no retorno y un derecho adquirido. Más, en el caso de Cataluña, donde el nacionalismo es ya un independentismo desenmascarado». Según Bauzá, hay que preservar a «las demás comunidades autónomas» de una posible «falta de equidad» y un nuevo sistema de financiación sería el mejor antídoto frente a los «chantajes». Pero, dicho esto, Bauzá puso buen cuidado en no expresar ningún recelo hacia Rajoy: «Rajoy defiende la Constitución. Sería impensable que el Gobierno aceptara chantajes».

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