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Los bancos centrales no logran contener la ola de ventas en los paí­ses emergentes

Trascurrido apenas un mes de 2014, los inversionistas desde Illinois hasta Estambul están encontrando que la marea está saliendo más rápido de lo esperado para las monedas, acciones y otras inversiones riesgosas.

Después de años de que un estímulo monetario sin precedentes apuntalara los mercados financieros del mundo, los inversionistas están obligados a afrontar la realidad del fin del programa de compra de bonos de la Reserva Federal de Estados Unidos, un panorama económico incierto y turbulencias en los mercados emergentes.

El miércoles, varios bancos centrales de economías en desarrollo intentaron infructuosamente frenar el declive de sus divisas con alzas sorpresivas de las tasas de interés, lo que reactivó una ola de ventas generalizadas a lo largo de los mercados globales.

La iniciativa del banco central de Turquía de apuntalar la lira con un alza masiva de las tasas proporcionó apenas un beneficio pasajero para la moneda turca. Sudáfrica hizo un aumento menor de las tasas, pero no pudo evitar una caída del rand a un mínimo de cinco años. Y un alza inesperada de intereses a principios de esta semana en India no protegió a la rupia de las pérdidas del miércoles.

La caída de los mercados emergentes se extendió a los valores de Estados Unidos y Europa. El Promedio Industrial Dow Jones cayó por sexta vez en siete días, perdiendo 1,2%, o 189.77 puntos, hasta cerrar en 15.738,79, lo que hizo que la caída acumulada desde principios de año ascendiera a 5%. El Índice Stoxx Europe 600 registró un descenso de 0,6% a 322,38.

Lo que se preguntan los inversionistas es si los bancos centrales tendrán la capacidad de contener la ola de ventas que ha sacudido a los mercados emergentes desde que la semana pasada se publicaran cifras sobre una desaceleración en el sector manufacturero de China.

Los estrategas de política monetaria de Turquía sorprendieron a los mercados después de una reunión de emergencia el martes que concluyó a la medianoche, al anunciar un alza de tasas mucho mayor de lo que los economistas esperaban. Después de haber resistido por meses el aumento de los tipos de referencia por temor a asfixiar el crecimiento económico, el banco central más que duplicó la tasa de préstamos interbancaria a una semana, o repo, de 4,5% a 10%.

Inicialmente, los movimientos impulsaron la lira, arrastrando el dólar a la baja 4% a menos de 2,17 durante la jornada en los mercados asiáticos. Otras divisas de los mercados emergentes, incluyendo aquellas que tienen problemas para atraer fondos extranjeros en momentos en que la Reserva Federal de EE.UU. sigue adelante con su reducción del estímulo, también subieron (Lea más sobre el programa de estímulo de la Fed en esta página).

Las acciones en Asia subieron, mientras que el yen cayó.

Pero ninguno de estos giros en el mercado duró mucho. A medida que avanzaba la jornada europea, la lira se hundió de nuevo a los niveles en los que estaba antes de la decisión del banco central, ligeramente por debajo de 2,25 frente al dólar. Monedas con escasa relación, como el real, el peso mexicano, el zloty polaco y el florín húngaro también cayeron precipitadamente, lo que sugiere que los operadores y los inversionistas tratan de evitar apuestas más arriesgadas en general.

A pesar de que la lira perdió terreno durante la jornada del miércoles, la moneda sigue estando considerablemente por encima de la cotización de principios de esta semana, cuando el dólar se acercó a 2,39 la lira. Las tensiones políticas locales se han sumado a la presión sobre la divisa en las últimas semanas. Una investigación de corrupción lanzada 17 de diciembre se ha expandido a los aliados del primer ministro Recep Tayyip Erdogan, lo que obligó a un cambio de gabinete, intensificando aún más la ola de ventas.

Para los inversionistas, los vaivenes subrayan que si bien este aumento en las tasas de Turquía es un tónico para el país, no es una repetición de la declaración del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, de hacer «lo que sea necesario», en relación a la intención del BCE de salvar el euro a mediados de 2012, que resultó ser un cambio fundamental duradero para las apuestas arriesgadas en todos los niveles.

«Esto definitivamente no es un momento Draghi que cambia todo. No está completamente claro que funcione; las tensiones en Turquía son impulsadas por factores fundamentales. Pone al país en la dirección correcta, pero esto podría ser grotescamente doloroso para la economía nacional. La posibilidad de una fuga de capitales en Turquía es significativamente menor, pero todavía es posible», dijo Paul McNamara, gestor de portafolio de deuda de mercados emergentes de GAM en Londres, firma que gestiona unos US$6.000 millones en activos.

Turquía no es el único país que lucha por mantener los flujos de dinero extranjero sin ahogar el crecimiento de la economía. India, que tiene presiones similares, también elevó las tasas de interés de forma inesperada a principios de esta semana, con un modesto aumento de 0,25 puntos porcentuales. El banco central de Sudáfrica sorprendió a los mercados el miércoles con un aumento de medio punto porcentual en la tasa de interés de referencia, a 5,5%.Analistas dicen que el aumento de tasas de Turquía y Sudáfrica sólo podrían aumentar la presión sobre otros bancos centrales en los mercados emergentes que sufren de un deterioro de sus balanzas de pagos.

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