Primero de Mayo

Lo que los trabajadores necesitamos

Es bastante previsible que, dado el creciente malestar social por la crisis, las manifestaciones de mañana, 1º de Mayo, se conviertan en toda España en multitudinarias manifestaciones de protesta obrera y popular. Pero el problema es, ¿va a suponer la masiva presencia de trabajadores en las calles un paso adelante para la defensa de sus intereses?

La resuesta es que no, desde luego, si se sigue la orientación de los sindicatos mayoritarios que lo han convocado bajo el lema de “Ante la crisis: trabajo, inversión pública y protección social”. Es decir, poco más o menos lo mismo que dice el gobierno Zapatero, responsable directo de la crisis con su política económica y como el mejor y más eficaz gestor de los intereses de la gran banca y los monopolios en estos 5 años. Que frente a la crisis haya más trabajo, más inversión y más protección es algo tan general y obvio que no lo discute ni el PP. El problema, en todo caso, es como se consigue eso. Y no hay más que dos formas de conseguirlo, de ninguna de las cuales los sindicatos dicen ni una palabra. La única línea que coincide con los intereses de los trabajadores en la actual situación de crisis –y que además permite unir en torno a ella a la inmensa mayoría de la población– es “redistribución, ahorro e inversión”. Y el único medio para que esta línea y esta alternativa salga adelante es la organización, la unidad y la lucha. Con respecto a la primera, resulta verdaderamente asombroso que mientras en EEUU, Inglaterra Francia, o Alemania sus gobiernos, Obama, Brown, hasta los conservadores Sarkozy o Merkel, han tenido que salir a la palestra para defender ante su opinión pública una limitación –más formal que efectiva, pero esa es otra cuestión– de los indecentes sueldos de los altos ejecutivos de la gran banca y los monopolios, en España no hayamos oído ni una sola palabra a los dirigentes de CCOO y UGT sobre ese asunto. Justo en medio de la mayor crisis económica que nuestro país ha sufrido en su historia, los dirigentes de los dos mayores sindicatos del país no tienen nada que decir acerca de la necesidad de una redistribución de las rentas y de la riqueza nacional como el mejor medio para enfrentar la crisis de acuerdo con los intereses de la mayoría. Y si con respecto a este punto la posición de las cúpulas sindicales está a años luz de la opinión y la sensibilidad de la inmensa mayoría de los trabajadores, otro tanto ocurre con el segundo. Mientras caminamos desbocados a los 5 millones de parados, mientras cada día cierran decenas de empresas, mientras miles de afiliados a los sindicatos salen a la calle junto a los trabajadores para defender sus puestos de trabajo y contemplan, entre la indignación y la deseperación, como sus luchas, parciales y aisladas, consiguen pocos –por no decir ningún– éxitos, los dirigentes de UGT y CCOO repiten hasta la saciedad que “no es el momento” de plantearse ninguna movilización generalizada de alcance nacional, mucho menos de pensar siquiera una Huelga General que haga patente y visible a todo el país la presencia social y política de los intereses de la clase obrera y el pueblo trabajador. ¿Cuándo será entonces el momento? ¿Cuándo el paro afecte ya a 6 millones de trabajadores? ¿cuándo la miseria haga acto de presencia entre ellos? ¿Cuándo decenas de familias se vean en la calle por no pider pagar su deuda hipotecaria? ¿Qué están esperando, que llegue la catástrofe general?Las movilizaciones del 1 de Mayo serán un éxito no sólo por la presencia masiva de los trabajadores en las calles de toda España, sino porque las manifestaciones se conviertan en un clamor de exigencia a las cúpulas sindicales para que tomen de una vez la iniciativa, adopten una línea consecuente y de acuerdo a los intereses de los trabajadores y den un paso al frente en la organización de una movilización general en defensa de esos intereses.

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