Afganistan crisis humanitaria

Afganistán primero la guerra y ahora el hambre

Según un informe divulgado a comienzos de marzo, la ONU señaló que «debido a las escasas lluvias, la cosecha de cereales este año fue la más baja desde 2002, y más de cinco millones de personas están en inmediata necesidad de asistencia».

La batalla ara contener la creciente inestabilidad polí­tica y militar en Afganistán podrí­a ser temporalmente eclipsada por una inminente amenaza que pende sobre millones de personas en ese paí­s de Asia central: el hambre.»La sequí­a más grave en una década está provocando una seria crisis alimentaria que amenaza a millones de personas», dijo al coordinador para Asia Pací­fico de la organización humanitaria internacional Church World Service (CWS), Marvin Parvez.»Aunque las necesidades alimentarias inmediatas son satisfechas en gran medida, se trata solamente de una solución a corto plazo para la prolongada seguridad alimentaria en Afganistán», sostuvo. Ante la insurgencia y los cada vez más numerosos atentados suicidas, la sequí­a y la escasez de comida son problemas que han quedado rezagados, según un diplomático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Según un informe divulgado a comienzos de marzo, la ONU señaló que «debido a las escasas lluvias, la cosecha de cereales este año fue la más baja desde 2002, y más de cinco millones de personas están en inmediata necesidad de asistencia». Los combates entre diversos grupos armados en Afganistán han agravado los efectos de la sequí­a que afecta al paí­s y de la creciente inseguridad alimentaria en el norte y el oeste de Afganistán, obligando a miles de familias a buscar refugio en zonas relativamente más seguras y ricas, como Herat y Kabul. Las personas que han sido desplazadas por los combates en el sur de Afganistán han llegado a campos situados en las proximidades de Kandahar, donde son vulnerables a los combates en curso entre fuerzas gubernamentales y los talibanes y carecen en gran medida de acceso a la ayuda internacional.El estudio también indicó que unos 1,2 millones de niños menores de cinco años y 550.000 embarazadas y madres lactantes en 22 provincias continúan en «alto riesgo de severa desnutrición». La escasez de agua también llevó a un desplazamiento de poblaciones vulnerables. Las agencias de la ONU han debido construir más de 800 puestos expendedores de agua en áreas afectadas por la sequí­a. Basándose en estimaciones de la ONU, la CWS indicó que se necesitan unas 2,2 millones de toneladas de cereales en ese paí­s este año solo para atender las necesidades básicas. Se esperaba que las importaciones comerciales proveyeran 1,5 millones de toneladas. «Pero en la actual situación, marcada por los altos precios y la más baja cosecha de trigo en años, cualquier significativa importación comercial de alimentos y de productos agrí­colas es improbable», señaló la CWS. Una conferencia internacional sobre Afganistán, que se realizará en La Haya el 31 de este mes, se concentrará en los actuales problemas de ese paí­s. El encuentro será inaugurado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.Los indicadores sociales son alarmantes en Afganistán, con el 42 por ciento de la población que vive con menos de 1 dólar al dí­a, y la ausencia de instituciones e infraestructuras sociales que permitan mitigar el sufrimiento de la población en tiempos difí­ciles.

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