Selección de prensa nacional

Lo que está cambiando en Euskadi

Hay gente a la que su polí­tica y su miseria moral les sale cada vez que abren la boca. No pueden evitarlo, es su naturaleza. Hay otros, por el contrario, que son expertos en ocultarlas cada vez que hablan. Estos últimos son los peores. Para la editorial de hoy de El Paí­s, la respuesta del gobierno de Patxi López al primer atentado mortal sufrido en la legislatura ha sido acertada, pero los elogios «han sentado mal al PNV», lo que ha introducido «un factor de división nada conveniente».

¿Qué hay que hacer entonces? ¿Rebajar los elogios a la rimera respuesta con firmeza democrática hecha desde las instituciones vascas ante un atentado de ETA, para que al PNV “no le siente mal”? Porque lo que de verdad le ha “sentado mal” al PNV no son las acusaciones de que bajo su dirección la ertzaina tuviera la orden de ser condescendiente –por decirlo suavemente– con ETA y su entorno, una denuncia, por otra parte, que ya había sido hecha pública en muchas ocasiones con anterioridad. No, lo que al PNV le ha sacado de sus casillas es que “las viudas” hablen ante centenares de miles de personas, que sus palabras, cargadas de ira y de verdad, fueran retransmitidas por primera vez a todos los hogares de Euskadi por la televisión pública vasca. Lo que el PNV no puede tolerar –porque va en juego, está vez sí, en serio, la hegemonía política y social de que ha disfrutado todas estas décadas– es que los héroes, en afortunada expresión del hermano del inspector de policía asesinado para denominar a partir de ahora a las víctimas, levanten su voz y se hagan visibles a los ojos de toda la sociedad. Algo contra lo que el PNV ha trabajado activamente, consciente de que en el momento en que eso ocurriera, el rechazo a los terroristas se va a trasladar inmediatamente a todos aquellos que, de una u otra forma, han condescendido con ellos. Con respecto a la segunda cuestión, la denuncia de los ertzainas, el asunto es mucho más sencillo y no encierra ningún dilema ético, moral o político. Sólo caben dos opciones: o en lo principal los dos ertzainas han mentido y difamado el buen nombre de los miembros de anteriores gobiernos, o bien han dicho la verdad de lo ocurrido. En cualquiera de los dos casos la solución es bien simple. Que la Fiscalía General del Estado se ponga a investigarlo. Si los ertzainas mintieron, aplíquese la sanción que corresponda. Si por el contrario, como todo el mundo sospecha, han dicho la verdad, que la justicia actúe con quienes desde el gobierno vasco han ayudado a prolongar el sufrimiento y el dolor del pueblo vasco, en nombre de un “conflicto político” del que tantos y tan buenos réditos políticos y electorales han sacado durante décadas. Editorial. El País LO QUE ESTÁ CAMBIANDO A dos meses de la investidura de Patxi López comienza a verse en qué consiste el cambio sin revancha prometido. Tres fueron las prioridades entonces proclamadas: eficacia policial y deslegitimación de ETA, medidas frente a la crisis, igualdad de derechos. La semana pasada ETA puso a prueba a López en relación al primer asunto con el atentado de Arrigorriaga. La respuesta ha sido generalmente considerada acertada, pero los elogios han sentado mal al PNV, introduciendo un factor de división nada conveniente. El viernes, el líder de ese partido, Urkullu, compareció con los que fueron titulares de Interior con gobiernos nacionalistas para refutar la acusación de pasividad frente al terrorismo. Todo viene de la aparición en una cadena de televisión de dos ertzainas encapuchados que declararon que sus jefes políticos les ordenaban no detener etarras. Nadie ha avalado esa acusación desde el nuevo Gobierno, pero el PNV se ha dado por ofendido por las menciones de Patxi López al "fin de los espacios de impunidad de los violentos", en referencia a la retirada de fotografías de presos de ETA y otros signos ofensivos para las víctimas que han sido considerados durante años parte del paisaje. La policía vasca ha detenido etarras, aunque con una efectividad decreciente. En los ocho años en que Atutxa fue consejero de Interior (1991-1998) detuvo a 108 activistas; desde 1999, a 59, si bien en este periodo ha habido dos treguas. En cualquier caso, sería absurdo dar a ETA el gusto de asistir a una pelea sobre la eficacia antiterrorista de la Ertzaintza, cuerpo colocado hace años en su punto de mira. La deslegitimación de ETA es también la legitimación de las instituciones que denigran y atacan los terroristas, incluyendo todas las fuerzas de seguridad. E incluyendo también al Gobierno vasco nacido de las elecciones. En el debate de investidura, Ibarretxe replicó al que iba a ser su sucesor diciéndole que no lo sería "por los votos de los vascos y vascas" (como había dicho López) "sino gracias al apoyo de esos señores" (señalando al grupo del PP). Como si esos votos fueran menos válidos que los suyos. El PNV no ha dejado de insistir en esa línea de deslegitimación de la nueva mayoría y del nuevo Gobierno, unas veces por la ausencia de Batasuna y otras por lo que considera pacto contra natura con los de Basagoiti. Pero esa insistencia obsesiva, unida el contraste entre la actitud de López estos días y la habitual de Ibarretxe en el pasado, ha tenido el efecto de convencer a muchos de que el cambio era necesario. No porque el PNV no condenase los asesinatos sino porque tras 30 años en el poder, era cautivo de una serie de tópicos e inercias que le hacían considerar normal cosas que no lo son en absoluto, como que los carteles etarras presidieran las fiestas patronales, se aplicase o dejase de aplicar la ley de símbolos a voluntad, se financiasen las visitas a los presos o se diera por bueno que el fin de ETA requería desbordar la Constitución. EL PAÍS. 28-6-2009 Opinión. Estrella Digital EL BANCO DE ESPAÑA, LAS CAJAS Y LAS AUTONOMÍAS Juan Francisco Martín Seco El Banco de España ha presentado su informe anual. Lo cierto es que no se sabe por qué se molestan en hacerlo. Simplemente, podían copiar el del año anterior o el del anterior del anterior. Siempre dicen lo mismo. Truene o haga sol, estemos en época de auge o de depresión, sea uno u otro el gobernador, el mayor centro de ideología neoliberal permanece fiel a su discurso: el sistema público de pensiones es inviable; los incrementos salariales, demasiados altos; el gasto público está fuera de control; hay que liberalizar los mercados, y, por supuesto, abaratar el despido. El abaratamiento del despido se reitera en los momentos presentes con mucha insistencia, al socaire del enorme volumen de paro que está generando la crisis. No se les debe de ocurrir que en esto último algo han tenido que ver sus planteamientos. Primero, porque si en España la recesión económica se ha trasladado rápidamente al mercado laboral y con una intensidad mucho mayor que en el resto de los países europeos se debe a la desmedida tasa de contratación temporal que sufre nuestra economía, fruto de las sucesivas reformas laborales acuñadas bajo la doctrina alumbrada en buena medida por el Banco de España. Segundo, porque la crisis económica española hay que atribuirla, al menos en parte, a las entidades financieras, que si no se han contaminado como las extranjeras de las hipotecas subprime, se ha debido únicamente a que salían a los mercados internacionales a endeudarse y no a invertir. Los créditos los concedían en España y en muchas ocasiones de manera poco ortodoxa, como se está viendo en la actualidad: préstamos a constructoras y a promotoras con la garantía de bienes valorados ilusoriamente, hipotecas a familias con pocos ingresos que no podrían hacer frente a ellas en cuanto subiese el tipo de interés o se extendiese el paro como consecuencia de una peor coyuntura económica y, en fin, todo tipo de inversiones carentes de viabilidad, como el aeropuerto de Ciudad Real. Se ha afirmado reiteradamente que el Banco de España ha sido un modelo de supervisión. Es posible que en otros países el sistema haya funcionado peor, pero eso no implica que tengamos que estar contentos con el papel de control realizado en España, en especial en lo referente a la defensa de los clientes, objeto de toda clase de abusos y engaños por parte de las entidades financieras. El Gobierno debería tomar ejemplo de Obama y crear, al igual que se va a hacer en EEUU, un organismo especializado en este último cometido, ya que el Banco de España se ha mostrado incompetente para ello. El Banco de España, en lugar de hablar de pensiones, del despido y del déficit fiscal, debería dedicarse a controlar adecuadamente a las entidades financieras. Ya veremos lo que le acaba costando al contribuyente la actual juerga. Existe el agravante de que no es la primera vez que la avaricia de los banqueros y la pasividad del Banco de España han originado un importante agujero a las arcas públicas. Nuestro país goza de una extensa trayectoria en este campo. En esta ocasión existe, no obstante, una novedad. Otras veces han sido los bancos los necesitados de salvamento, mientras que las cajas de ahorro, salvo alguna excepción, se han mantenido al margen de la crisis, desmontando así el tópico de la excelencia de lo privado sobre lo público. Sin embargo, ahora parece que son las cajas las que están en la cuerda floja. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que se hayan abandonado en manos de las Autonomías? Estamos contemplando la dificultad con la que se desenvuelve la Unión Europea al carecer de instituciones que puedan controlar y respaldar a las entidades financieras y cediendo, por tanto, estas funciones en manos de los Estados nacionales, en muchos casos de una dimensión muy reducida para las corporaciones bajo su control. En España vamos más allá y queremos que sean las Comunidades las que tengan la tutela de las cajas. Eso sí, pretendemos que más tarde sea el Estado el que asuma las pérdidas y el coste de sanearlas. El esquema no cuadra. No tiene sentido que los gobiernos autonómicos exijan competencias sobre entidades que actúan más allá de sus límites geográficos, y prestan servicios en todo el territorio nacional, pero mucho menos que aspiren al mismo tiempo a que sea el Estado el que las rescate cuando se encuentran contra las cuerdas. ESTRELLA DIGITAL. 24-6-2009 Opinión. El Confidencial EL FROB, OTRO ATERRIZAJE FORZOSO Jesús Cacho Tras meses de manosear la receta entre el Banco de España (BdE), el Ministerio de Economía (con dos ministros/as en los fogones) y el palacio de La Moncloa (…) el Gobierno presentó el viernes al distinguido público el guiso del Fondo de Reestructuración Ordenada de Bancos (FROB), especialmente concebido para saciar la hambruna de recursos propios de aquellas entidades financieras que no cumplen con el coeficiente de solvencia y necesitan urgentemente sanear sus balances para huir de la quiebra. El resultado es un bodrio indigesto (…) Si la gran crisis financiera de los ochenta fue fundamentalmente bancaria, la que ahora nos ocupa (…) es en esencia una crisis de Cajas de Ahorro, y a ellas va dirigido sin tapujos el FROB (…) resulta difícil de entender –o sólo se puede entender desde la falta de preparación técnica que padecen casi todo sus miembros- que este Gobierno haya decidido embarcarse en esta chapuza de nueva creación cuando en nuestra legislación ya cuenta con un instrumento perfectamente capacitado, de fiabilidad probada, para hacer frente a la situación de crisis financiera que nos ocupa, una herramienta llamada Fondo de Garantía de Depósitos en Establecimientos Bancarios (FGDEB), en Cajas de Ahorros (FGDCA) y en Cooperativas de Crédito (FGDCC), tres entidades creadas por Ley, cuya misión consiste en garantizar los depósitos y vigilar la solvencia de las entidades de crédito. (…) En los últimos meses, ha sido imposible encontrar entre la gente con conocimiento de causa y cierto sentido común a alguien que no haya manifestado su sorpresa por la facilidad de este Gobierno para embarcarse en todo tipo de Grandes Expresos Europeos, estilo FROB, a la hora de hacer frente a toda clase de situaciones, embarques que implican el desembolso de grandes sumas de recursos públicos, inexistentes además, para resolver graves errores de gestión privada. Algunos tontos del lugar esgrimen el argumento de que “estamos ante una situación muy compleja, un riesgo sistémico que exige respuestas nuevas” a la hora de defender la creación de este nuevo pastiche. Nada más lejos de la realidad (…) Resolver los problemas de solvencia de unas cuantas Cajas de Ahorro parece la cosa más fácil del mundo. Consiste en ir cogiendo las manzanas podridas una a una e ir sacándolas del cesto. Para eso están desde hace décadas los FGD. Lo realmente difícil en esta España descuartizada en 17 taifas autonómicos es expulsar a los políticos de las entidades, es restar poder a unos partidos que se financian con las Cajas, es hacer entrar en razón a una clase política que, víctima de una casi total confusión entre lo público y lo privado, se niega a ceder parcelas de poder y a sacar, en definitiva, las manos de la caja de caudales (…) Los 9.000 millones de dotación son claramente insuficientes y hacen inevitable su endeudamiento con garantía del Estado. Se ahonda en el vicio capital de financiar con deuda todo tipo de cosas, y se elude el choque frontal con las Comunidades Autónomas. Según Salgado, cuando el BdE intervenga y fuerce una fusión, no será necesaria “la autorización previa” de las Comunidades, pero, como la Ley de Cajas y sus trasposiciones autonómicas reconocen a los Gobiernos regionales el derecho de veto en la materia y el Gobierno no se ha atrevido a retocar dicha Ley, ésas son palabras que lleva el viento. En suma, una vergonzante retreta ante los poderes autonómicos. Y una capitulación en toda regla de Fernández Ordóñez y el Banco de España. El tiempo lo dirá, pero hoy parece muy improbable que el Supervisor vaya a poder forzar fusiones interregionales en contra de la voluntad de las Autonomías, lo cual limita la necesaria reestructuración del sistema, debilita la creación de entidades fuertes y solventes, y abre los portillos a un proceso opaco y regionalizado experto en la utilización de fondos públicos para sostener y/o formar grupos regionales de cajas en el que las “buenas” absorban a las “malas” mediante lo que no pasaría de ser una regionalización de pérdidas. Se frustra así la más grande oportunidad que, en principio, brindaba la creación del FROB: la de recuperar para el Estado algunas de las competencias financieras que, en aras de ese mercado único que algunos todavía defienden, nunca debieron cederse. Hemos hecho un país en el cual las CC.AA. mandan más en temas bancarios que el propio BdE, triste resumen de la situación española actual. Y algunas acotaciones adicionales al proyecto: la idea de esas “soluciones privadas” de que habla la ministra en los procesos de recapitalización de las entidades es una falacia, ya que, al no poder contar con derechos políticos, no se establecen mecanismos que permitan una participación efectiva de los inversores privados. Es impensable que éstos vayan a aportar fondos para que sean controlados de facto por los mismos que han creado la situación de insolvencia que se trata de corregir (…) El FROB, en suma, consolida la politización de las Cajas, ello en línea con la política de parcheo que caracteriza a este Gobierno: alguien cuenta a Zapatero una idea en la buena dirección, él la compra entusiasmado, pero al día siguiente recibe en Moncloa a fulano y zutano, a la sazón virreyes autonómicos de los que depende su estabilidad, y de lo dicho no hay nada. Los visitadores regresan a sus baronías con sus demandas satisfechas: ni hablar de ceder competencias autonómicas. Y ello porque este malandrín no sabe, no quiere o no le interesa defender la existencia de un Estado con unos poderes mínimos del todo sobre las partes. Su especialidad es decir sí a todo el mundo (…) Todo en él es un capricho, una pulsión voluntarista donde las cosas salen “como sea”, sin más estudio, sin más consenso, sin más debate. “Como sea” salió el Estatuto de Cataluña y la negociación con ETA, y “como sea” saldremos de la crisis, maltrechos y empobrecidos para mucho tiempo, por culpa de los experimentos de este Presidente por Accidente con el que nadie contaba antes de la tragedia del 11-M. Como sea. EL CONFIDENCIAL. 28-6-2009

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