Alergias

Cuidado con la desinfección total

Fácilmente les puede venir a la memoria los anuncios televisivos que utilizan como reclamo la «desifencción total» o la amenaza a las madres «¿va usted a poner en peligro la vida de su bebé?» a la hora de desinfectar el biberón. Pues bien, ya se les puede clasificar como anticientí­ficos y poco menos que terroristas atendiendo a los resultados de los últimos estudios sobre higiene y microbioma. Sus resultados pueden corroborar ideas que la teorí­a de la higiene señala desde los años 70: si bien la higiene ha permitido acabar con las grandes infecciones de la historia, también ha aniquilado gérmenes necesarios y ha hecho posible la aparición, a partir de los años cincuenta, de nuevas enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario.

Los gérmenes son arte fundamental de nuestra vida. Nos colonizan al nacer. Nuestra flora intestinal es el ecosistema más poblado de la tierra, con más de cien billones de bacterias, pertenecientes a entre 500 y mil especies. El cuerpo humano alberga diez veces más células bacterianas que humanas, una proporción impactante. Según esta hipótesis, el sistema inmunitario estaba más equilibrado para combatir enfermedades cuando había más bacterias, y también hemos eliminado bacterias amigas que establecían sistemas de tolerancia. Por eso respondemos a los alérgenos del aire como si fueran patógenos y de forma exagerada. De ahí el auge de enfermedades alérgicas. Algo tendrá que ver con que las alergias a alimentos hayan pasado entre 1992 y 2005 de afectar de un 6% a un 15% de los niños; que la dermatitis atópica haya aumentado de un 5% a un 11% y que las alergias respiratorias hayan pasado de un 75% a un 80%. O autoinmunes. El impacto de las enfermedades autoinmunes, incluidas la diabetes, las colitis o la esclerosis múltiple, se ha multiplicado por cinco, lo cual podría ser explicado por la desaparición de algunas bacterias de la flora intestinal involucradas en la regulación y programación del sistema defensivo. La desaparición de una bacteria en nuestro ecosistema corporal podría ser tan catastrófica como la extinción de una especie en el Amazonas.Se ha observado que la composición de la flora bacteriana de los niños alérgicos o con enfermedades antoinmunes es diferente a la de los niños sanos. Hay estudios que llegan a relacionar el vivir con perros, gatos u otros animales domésticos o de granja y padecer menos alergias.Estudios que apuntan a las diferencias en el nivel de salud de personas adultas según hayan o no estado en su infancia expuestas a ciertas bacterias. El más conocido, realizado tras la caída del el muro de Berlin, permitió ver que la incidencia de alergias, asma y otras patologías autoinmunes era menor entre los habitantes del Este, y mayor entre los de la zona occidental, mas rica y limpia, con acceso a antibióticos y vacunas.No, no es un canto a la falta de higiene. Es tan sólo una consecuencia de haber ganado en calidad de vida a costa de atacar de forma indiscriminada a las bacterias que nos acompañan. Como cuando tomas un antibiótico para combatir una infección y éste te genera un desequilibrio en la flora bacteriana que te provoca una diarrea. Y, de hecho, hay que analizar también el uso y abuso de medicamentos, de detergentes, de comida procesada o la misma contaminación para comprender el fenómeno del auge de las alergias.La falta de bacterias protectoras en el intestino podría estar en el origen del aumento de enfermedades inflamatorias en los países desarrollados como la enfermedad de Crohn, una enfermedad en la que las defensas del enfermo atacan su propia mucosa intestinal. En 1994 se realizó un estudio en Inglaterra que demostraban que la incidencia de esta enfermedad era menor en personas nacidas en los 40 o 50 y que carecían de agua caliente en sus hogares. La biodiversidad bacteriana también se ha demostrado importante en el metabolismo de los alimentos y la síntesis de vitaminas a la hora de abordar el estudio de la obesidad o de enfermedades como la fatiga crónica.El estudio del microbioma, proyecto actualmente en marcha, nos depara seguro muchas sorpresas a la hora de comprender mejor nuestra interacción con el mundo de los microorganismos, lejos de cualquier prejuicio acientífico de que la esterilidad es propia del munco de los humanos y la convivencia con bacterias propia de los animales.Ojo con la desinfección total.

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