26-J

Lo que de verdad nos jugamos en estas elecciones

Ha llegado el momento. El 26-J, la Redistribución de la Riqueza tiene que entrar en el parlamento. Esto es lo que nos jugamos en estas elecciones

Desde algunos grandes medios y determinadas fuerzas políticas nos dicen que el objetivo principal el 26-J es “echar al PP y la derecha del gobierno”. Para así poder “poner fin a las políticas de austeridad”.

Es evidente que debemos enfrentarnos a las políticas que representan Rajoy y el PP. Han sido los principales ejecutores en los últimos cuatro años del saqueo económico contra la población. Y están dispuestos a seguir por el mismo camino. Como lo demuestra la carta secreta enviada por Rajoy al presidente de la Comisión Europea, prometiendo nuevos recortes si encabeza un futuro gobierno. «Si no redistribuimos la riqueza, si no rompemos con las dependencias que nos condenan a ser “un país de camareros” y de “licenciados emigrados”, entonces el destino inevitable es el de un mayor empobrecimiento para el 90% de la población»

Pero el cambio que necesitamos la inmensa mayoría no puede limitarse únicamente a “echar al PP del gobierno”. La realidad es que actualmente sólo hay dos caminos posibles para España: o empezamos a aplicar una auténtica Redistribución de la Riqueza; o de no hacerlo solo podemos esperar hundirnos en un empobrecimiento cada vez mayor.

Y Redistribuir la Riqueza no puede reducirse (como proponen algunas de las candidaturas que se presentan como la alternativa para “acabar con la austeridad impuesta por los gobiernos del PP”) a un “plan de rescate ciudadano” que limite el aumento de la pobreza y la exclusión social, o tampoco encomendar el incremento de los gastos sociales a un mayor endeudamiento público.

Redistribuir la riqueza es otra cosa totalmente diferente, es poner los enormes recursos de los que dispone la economía española al servicio de los intereses del país y de las necesidades de las clases populares y el 90% de la población. Frente a que en la actualidad esos recursos sean utilizados y disfrutados por una minoría de bancos y monopolios, nacionales y extranjeros, para enriquecerse ellos a costa de saquear al pueblo y esquilmar al país.

España es un país muy rico. Somos la cuarta economía de la zona euro, una de las áreas más desarrolladas del planeta. El problema es que de esa enorme riqueza participamos cada vez menos las clases populares, a pesar de somos los que la generamos. Y se apropian de ella, en una proporción creciente, los grandes bancos y monopolios españoles, las grandes fortunas oligárquicas, y sobre todo el gran capital extranjero.

Hay que poner fin a esta situación. No solo frenando o revirtiendo el saqueo que hemos sufrido en los últimos seis años, sino sobre todo Redistribuyendo la Riqueza, colocando esos enormes recursos de los que se ha apropiado una ínfima minoría al servicio de las necesidades del desarrollo del país y de la población.

Con esos recursos podemos reindustrializar el país, impulsar una próspera economía nacional independiente de los mandatos del FMI o Bruselas, elevar el nivel de vida de la población subiendo salarios y pensiones, emprender un desarrollo respetuoso con la naturaleza y el medio ambiente…

Pero si no redistribuimos la riqueza, si no rompemos con las dependencias que nos condenan a ser “un país de camareros” y de “licenciados emigrados”, entonces el destino inevitable que nos espera es el de un mayor empobrecimiento para el 90% de la población, incrementando el abismo social.

Esto es lo que está en juego en estas elecciones. Lo realmente “decisivo”.

¡Redistribuir la Riqueza al parlamento!

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