¿Cómo va a conducir Zapatero a la recuperación económica de Europa cuando preside un país que va a perder un 30% de su riqueza en los próximos años? Esta es la pregunta que se hacen los periódicos de las principales potencias europeas estos días. Y ellos saben muy bien de lo que hablan. No en vano sus oligarquías son las propietarias de la mayor parte de la asfixiante deuda española y de una parte sustancial de nuestro tejido productivo. Si el balance de 2009 ha sido demoledor para los intereses populares -y muy beneficioso para la gran banca y un pequeño grupo de monopolios-, el año que ahora empezamos amenaza con ser todavía peor.
Frente a las falsas romesas de Zapatero, 2010 va a ser el primero, si nosotros no lo remediamos, de una larga serie de años de estancamiento y durísimos sacrificios para la inmensa mayoría del país. Un largo periodo de depresión del que los trabajadores y las clases populares van a salir empobrecidos. Menos empleos y más precarios, con menos derechos sociales y menos salarios. Una juventud trabajadora sin trabajo y sin futuro. Aún más pensionistas bajo el umbral de la pobreza. Incesante quiebra de pymes,…Las perspectivas para la inmensa mayoría de la población este 2010 no pueden ser más traumáticas: camino de los 5 millones de parados, cientos de miles de empresas en la ruina, pensiones y salarios reformados para rebajarlos, aumentos de impuestos y tasas, pymes y autónomos arruinados por falta de crédito, cada vez más familias desahuciadas por no poder hacer frente a sus viviendas, los servicios asistenciales de Cáritas desbordados…Hemos empezado el año con dos auténticos tahúres vendiéndonos sus recetas para salir de la crisis. Zapatero nos vende la “recuperación en 2010”. Rajoy se vende como la alternativa capaz de “acabar con el paro” y terminar con la crisis. Con sus “cantos de sirena”, ambos tratan de ocultar la realidad: lo peor aún está por llegar, si nosotros no se lo impedimos.La crisis no ha tocado fondo. Para 2010 se espera la segunda gran oleada de morosidad, la deuda, tanto pública como privada, va a privar de recursos a nuestra economía al tener que devolverla con intereses cada vez más altos y, sobre todo, la entrega de los recursos públicos del país a la gran banca para que disponga de ellos en su propio beneficio a través de los “planes de rescate” ha dejado las arcas vacías. El resultado de todo esto va a ser un empobrecimiento de las familias españolas que, como media, pueden llegar perder hasta el 30% de su riqueza en los próximos años.Frente a lo que dicen Zapatero y Rajoy, lo que ambos preparan nos aboca a un largo período de ajuste duro. No ya a una recesión, sino a una auténtica depresión de varios años, con una pérdida de un 30% de nuestro nivel de vida y un retroceso de 20 años en el desarrollo.Su proyecto actual es obligarnos a aceptar ser un 30% más pobres, trabajar más y cobrar menos, tener pensiones más bajas y, como decía recientemente uno de los principales diarios económicos del país: “que no podremos pagarnos muchos de los grandes o pequeños caprichos de antaño, que habrá menos viajes, menos veraneo, (…) peores servicios públicos, más hijos obligados a buscar en el extranjero las oportunidades que no encuentran en España, más agricultores abandonando el campo, más industrias quebradas, más comercios cerrados”… En definitiva, más pobreza para nosotros, y todo para que un puñado de oligarcas, encabezados por el Santander de Botín, puedan concentrar todavía más la riqueza del país en sus manos.Este es el proyecto de Botín y los suyos, esto es lo que nos preparan si nosotros no lo remediamos. Por eso es ahora más importante que nunca poner de manifiesto, intensificar la propaganda y elevar el nivel de conciencia de nuestra gente sobre la naturaleza del proyecto de la gran banca y la complicidad del gobierno de Zapatero.Un auténtico “gobierno de Botín” que, como los trileros, con una mano distrae la atención de la gente con medidas sociales que aparentan ser el no va más del progresismo, mientras con la otra ejecuta implacablemente los planes de la gran banca y los monopolios.En estas condiciones, cada día que pasa es más urgente la tarea de unir y movilizar a unas clases populares que si por un lado sufren continuas agresiones a sus condiciones de vida, por otro permanecen en la inconsciencia acerca de la dureza del ajuste que nos preparan y el papel de la gran banca y el gobierno Zapatero en él.Ahora más que nunca es el momento de no conciliar con todos aquellos que, en las cúpulas de las organizaciones obreras y de izquierdas, callan con un silencio culpable ante los proyectos del gobierno. Y exigir, especialmente a los sindicatos, que se acabe con esta complicidad con el gobierno de Zapatero-Botín y se inicie un camino de movilizaciones para imponer otra salida a la crisis.Ellos se creen fuertes, muy fuertes porque no se escucha en el mapa político ninguna voz que se atreva a desafiar sus proyectos. Pero su principal punto débil es que no pueden llevarlos adelante sin atacar una y otra vez los intereses más elementales de la gente. Ese es, por contra, nuestro mayor recurso. Difundir masivamente la línea de exigir la nacionalización de la banca y poner sus ingentes recursos al servicio de los intereses de la mayoría, y agrupar a los elementos más combativos de la clase obrera y el pueblo en torno a ella. Esa es la clave de todo.