El 43,8% de los españoles menores de 25 años en paro

En bonanza precarios, en crisis al paro

España no sólo tiene una tasa de paro, el 19,4%, de más del doble que la media de la Unión Europea (UE), un 9,5%, y que es la segunda mayor de todos los paí­ses miembros de la UE, tras Letonia con un 22,3%, sino que encabeza dolorosamente la lista como el paí­s de la UE con mayor paro entre su población joven, el 43,8 de personas menores de 25 años no trabaja, mientras en el segundo, Letonia otra vez, es de un 36,3% (más de 7 puntos de diferencia). Este es el gran agujero negro de España, el paí­s con el mayor empleo temporal de toda Europa. La precariedad y la temporalidad generaron en el periodo de «vacas gordas», basado principalmente en el «ladrillo» y el turismo, muchos empleos de poca cualificación, entre ellos, de jóvenes; eso sí­, alimentando enormes ganancias. Y ahora ante la graví­sima crisis, causada por esta salvaje acumulación de beneficios, se lanza o se mantiene en el paro, entre otros, a todos esos jóvenes. España se ha convertido en el paí­s con mayor destrucción de empleo de toda Europa. Y especialmente del empleo de los jóvenes.

Ello es debido a un modelo económico de desarrollo basado rincipalmente en los sectores de construcción y de turismo. Sectores que han ofrecido a los jóvenes y a otros grupos de trabajadores como los inmigrantes, un tipo de empleo poco cualificado, precario, en periodos de temporalidad, en condiciones laborales de elevada explotación que ha permitido la obtención de inmensos beneficios a las grandes constructoras e inmobiliarias. Y con la aparición de la crisis inmediatamente han lanzado al paro a los que trabajaban y enseñado con toda crudeza el negro futuro a los que esperaban poder trabajar. Se dice muchas veces que las comparaciones son odiosas. Pero algunas veces las comparaciones son dramáticas. Se llegó a llamar a ese trufado modelo económico en España, la “locomotora del empleo”, la octava potencia del mundo, donde se creaban en 2007 dos de cada cinco empleos nuevos en Europa. Ahora España es el país que tiene tres de cada diez parados de la eurozona. Esto quiere decir que para igualar el número de parados que hay en España se tienen que sumar los de Francia y Canadá (ello sin tener en cuenta la proporción poblacional que representa). O sumar los de Japón, Australia y República Checa. O los de Alemania, Portugal y Hungría. Por ello, son claramente falsos y cínicos los reportajes que aparecen últimamente en los medios de comunicación sobre jóvenes que ni estudian ni trabajan. Es confundir sobre lo realmente importante de la sangrante situación, que la mayoría no encuentra trabajo y que los que trabajan aguantan en condiciones de dura explotación. Reportajes sobre estos jóvenes es lo que hace falta. En 1808 la clase dirigente francesa encabezada por Napoleón lanzó una campaña de imagen y propaganda (porque entonces ya existía) contra el pueblo español con los clichés de ignorante y vago. Una campaña de largo alcance, tanto, que llega hasta nuestros días. Sin embargo, la realidad es otra. Es la absurda situación existente en España de lo que se denomina como su capital humano. Tenemos las generaciones mejor preparadas de la historia española. En estos años pasados se ha alcanzado la mayor cantidad de universitarios. Sin embargo este capital humano no tiene empleos acordes con el nivel de sus estudios. Está devaluado. Porque este modelo económico no necesita trabajadores y empleados con la mejor y más alta cualificación para que apliquen sus conocimientos en sectores productivos de vanguardia y de alto rendimiento. Para ello hace falta un cambio de modelo económico.

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