El Estetoscopio

Listas de espera: denegación de auxilio

La cifra de pacientes que llevan más de seis meses su operación quirúrgica se ha disparado un 178% en dos años.

Ningún termómetro mide mejor el estado de salud de la sanidad pública que las listas de espera. Los vascos esperan, de media, 48 días para entrar en quirófano mientras que los catalanes aguardan 125.

El último informe de la Defensora del Pueblo aclara que las listas de espera son la principal causa de insatisfacción de los ciudadanos con la sanidad pública. En el último barómetro sanitario del ministerio (de 2011), el porcentaje de personas que creen que las listas de espera han empeorado ha pasado en un año del 11,71% al 18,17%.

Las listas de espera han sido siempre caballo de batalla electoral y elemento propagandístico del gobierno de turno. Objeto de manipulación informativa en comunidades gobernadas por unos o por otros.

En las dos últimas décadas, diferentes denuncias hechas por servicios hospitalarios en Barcelona o Madrid sobre la cruda realidad de gente muriendo o empeorando mientras esperaban operaciones de corazón o diagnósticos neurológicos han espoleado legislaciones que hacían algo más transparente y eficaz la gestión de las listas de espera.

Pero ahora, los decretos en los que algunas CCAA se comprometían a unos tiempos máximos de espera, que nos permitían a los enfermos acudir a un centro privado con cargo a la sanidad pública si se superaban, se han convertido en poco menos que papel mojado.

Ahora las cifras, los casos, se usan para otra cosa. Para constatar lo mal que está la sanidad pública y lo recomendable, por tanto, de que quien pueda se guarde las espaldas en seguros privados.

Las últimas cifras al respecto son elocuentes. Según El País, de diciembre de 2010 a junio de 2012 las listas de espera para operarse aumentaron un 125%. Hay más ciudadanos aguardando y durante más tiempo, porque el plazo de demora media también ha crecido: de 32 a 72 días, según los datos de 10 comunidades autónomas , las únicas que no se han negado a aportar la información.

Es decir, la política de recortes en sanidad iniciada por Zapatero y continuada (multiplicada) por Rajoy, bajo los correspondientes “consejos” del FMI y Bruselas, han conseguido en tan sólo dos años dispara un 178% la cifra de pacientes que llevan más de seis meses esperando para pasar por quirófano. Los 5.000 millones que se le han quitado a la sanidad se traducen en insuficiencia de medios, personal y camas y un aumento de la espera, quirúrgica y de pruebas diagnósticas.

180 días de retraso es el tiempo que las CCAA se comprometieron a no rebasar nunca allá por 2003. Y, de nuevo, el decreto de 2011 aprobado por el Ministerio de Sanidad, establecía que para operaciones de cataratas, corazón, prótesis de cadera y de rodilla ese plazo de seis meses no podía superarse.

Llovía sobre mojado. En diciembre de 2011 las cifras ya apuntaban a un deterioro general de las listas de espera, aunque en ningún momento haya sido posible desgranar las cifras por CCAA.

Aunque parezca inaudito, desde que en 2004 se empezaron a publicar las listas de espera quirúrgica, la espera para pruebas diagnósticas y consultas externas, el Ministerio de Sanidad se ha negado a revelar la situación por comunidades autónomas. Sólo ha dado cifras generales a nivel nacional.

En el Consejo Interterritorial de Sanidad se fraguó un criminal pacto de silencio entre Gobierno (entonces PSOE, luego PP) y autonomías (de todos los signos) para ocultar la creciente desigualdad en el acceso a una buena sanidad que se estaba produciendo entre autonomías y provincias.

Imposible bucear, pues, en las últimas cifras hechas públicas por el ministerio (de diciembre de 2011), que ya mostraban un preocupante incremento en las listas de espera quirúrgica.

Con las cifras aportadas por algunas comunidades, ahora podemos saber que en Extremadura y en Castilla-La Mancha los enfermos esperan casi cuatro meses para someterse a una operación. 43 y 58 días más de media, respectivamente, que hace un año y medio. Extremadura ha pasado en ese tiempo de tener 290 personas aguardando más de seis meses para operarse a registrar más de 1.000. En la comunidad gobernada por María Dolores de Cospedal, 7.132 pacientes han rebasado ya ese plazo, frente a los siete contabilizados en diciembre de 2010

La manipulación continua, por supuesto. En Madrid el paciente no entra en lista de espera hasta que le visita el anestesista, lo cual permite reducir en el papel hasta treinta días la espera media.

Otras regiones no incluyen en las listas de espera, por ejemplo, los casos de aquellos pacientes que han rechazado ser intervenidos en centros privados.

Otra fórmula es cerrar las agendas de los especialistas. Curiosamente, la lista de espera para la consulta con el especialista se reduce. Aunque esto es solo un espejismo puesto no es que el paciente y su enfermedad no existan, sino que como no se pueden apuntar en la agenda del médico no empieza a correr el tiempo de espera. «Preparan el terreno para la introducción del copago hospitalario y/o la privatización de los servicios»

Y mientras tanto, el Ministerio de Sanidad, sabedor de la situación particular de cada Comunidad Autónoma, calla. Lo atribuye, como no, a la gestión del anterior gobierno del PSOE.

José Luis Vera lleva 10 meses aguardando para ser operado de próstata en un hospital extremeño. Lo que esperaba que fuera cosa de un par de meses se está extendiendo. “Ya no sé si me van a llamar. Pregunto a mi médico de cabecera, pero me dice que no desespere, que todo llegará”, dice este hombre de 76 años. Se alegra de que su patología no sea muy grave. “Si llego a tener algo peor me muero antes de que llegue la operación. Estos recortes van a acabar con nosotros”, critica.

Negocio hospitalario

Un reciente estudio sobre 131 enfermos con politraumatismo (muchos por accidente de tráfico) en el Hospital 12 de Octubre de Madrid afirma que un día de hospitalización (la cama) cuesta 146 euros. Si se está en la UCI, el importe sube a 2.061. Un día en urgencias son 429 euros

Las tres comidas (desayuno, almuerzo y cena) suponen 34,3 euros diarios, 5,1 del desayuno, 22 de la comida y 7,2 de la cena.

Una radiografía simple de pelvis cuesta 17,3 euros; la simple de tórax, 15,3 euros; una ecografía abdominal, 45; un TAC de miembro, 55,7; el abdominal (con contraste), 309.

Una resonancia magnética cerebral cuesta 406 euros; la arteriografía, 484 y la arteriografía con embolización, 1.002,2. Las analíticas estándares son mucho más baratas. El hemograma sale por 0,94; la medición del sodio (clave para problemas cardíacos) 0,69 y una más específica, como la creatinina (que mide entre otras cosas, la función renal), 1,35.

Casi 1000 euros de anestesia, más de 2.000 de quirófano…En pacientes con politraumatismo, el coste de la atención total durante 9,6 dias fue de 32.790 euros, los pacientes que sobrevivieron.

Ojo, tales estudios no dan puntada sin hilo. Aparte de crear el clima de opinión sobre lo cara que es la sanidad (que no puede ser de otra manera en pacientes tan graves como son los politraumatizados) preparan el terreno para la introducción del copago hospitalario y/o la privatización de los servicios, tal como ya ha anunciado el presidente de la Comunidad Madrileña.

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