Endurecimiento y nuevas sanciones

Ley de extranjeria, otra vuelta de tuerca

El anteproyecto de la reforma de la Ley de Extranjerí­a promueve entre otras la posibilidad de multar hasta con 10.000 euros a todo aquel que acoja a un inmigrante sin papeles, tipificándolo como una infracción grave.

También eleva a sesenta días la estancia máxima en un centro de internamiento o acotar las reagruaciones familiares. Esta es la cuarta reforma en ocho años y todas han ido en la misma dirección, sanciones y endurecimiento. Que se quiten las caretas, este Gobierno cada medida que toma es un ataque contra los intereses de los trabajadores y de la gente. Ya está bien de maltratar a los sectores más débiles de nuestra sociedad, antes cuando hacía falta mano de obra barata, manga ancha y ahora que hay crisis patada en el culo. Además, no plantean nunca medidas ejemplares contra los contratadores y explotadores de “sin papeles”. Y ahora multas por acogerlos, que van ha hacer, multar a la señora que está en la playa socorriendo a los pobres que han llegado deshidratados en una patera, o al que ha cometido el error de trabajar en una ONG de ayuda a inmigrantes sin papeles por alojarlos mientras buscan formación o empleo. 10.000 euros, el sueldo de un año para muchos, una gran medida de un gobierno progresista, expulsar al que huye de la miseria para encontrar algo mejor y empobrecer al que lo ayuda. Por otro lado, Moratinos se compromete con EE.UU. para ayudar a eliminar la vergüenza de Guantánamo pero aquí tenemos otras vergüenzas que se amplían a sesenta días en centros de internamiento. Sesenta días encerrado sin cometer ningún delito, por huir de la miseria.

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