Agricultores contra la destruccion de empleo.

Entrevista a Francisco Ruiz Bartolome responsable hortofruticola de COAG.

¿Quien hay detras de las importaciones masivas de productos marroquies?, ¿se benefiecia los pequeños agricultores del vecino paí­s del sur o las multinacionales del ptro lado de los pirineos?

DVd: ¿Cómo valoras la movilización de hace unas semanas frente al Ministerio?, ¿cuales son vuestras rincipales reivindicaciones? AG: El objetivo de la movilización era, por un lado, presionar al Gobierno central para que despierte de su letargo y defienda los intereses de los productores españoles de hortalizas en las negociaciones de la Unión Europea con Marruecos y, por otro, sensibilizar a la población de lo injusto que resulta para nuestros agricultores que países extracomunitarios con menores costes de producción puedan introducir sin control sus hortalizas en Europa, desestabilizando los mercados en origen europeos. Hasta que COAG salió denunciando el incumplimiento del acuerdo actual y lo que se estaba “cociendo” en las negociaciones bilaterales entre la UE y Marruecos, nadie se había pronunciado sobre este asunto y ahora está en boca de todos. En ese sentido, creo que la acción desarrollada por nuestra organización cumplió totalmente con su propósito ya que, además, el gabinete del ministro Moratinos se ha comprometido a estudiar nuestras peticiones y contestarnos en breve. COAG reclama un control más férreo de las exportaciones de países terceros, información clara sobre la situación de las negociaciones del acuerdo UE-Marruecos, la adaptación de los precios mínimos de entrada a los costes reales de producción de nuestras zonas y el rechazo total a la liberalización de aquellos productos catalogados en el acuerdo como no sensibles, es decir que no tendrían ninguna protección. Los más importantes para España son pimiento, sandía, melón y cítricos. DVd: ¿Ha dejado de ser España la huerta de Europa para pasar a ser Marruecos, o hay un proceso para conseguirlo? AG: Está claro que la competencia en el mercado de frutas y hortalizas se ha incrementado en los últimos años y los agricultores españoles son perfectamente conscientes de ello y lo aceptan. La tendencia actual apunta hacia un mercado global en el que los productos agroalimentarios circularán libremente dado su carácter de primera necesidad. El problema surge cuando las reglas del juego no son iguales para todos. Países como Marruecos, Egipto, Argelia o Turquía soportan unos costes de producción muy inferiores a los que gravan nuestras exportaciones y, además, no se ven sometidos a los rigurosos controles fitosanitarios que garantizan la salubridad de las producciones comunitarias. Lo único que demandamos desde COAG es que todos podamos concurrir al mercado en igualdad de condiciones. DVd: ¿Ha dejado de ser España la huerta de Europa para pasar a ser Marruecos, o hay un proceso para conseguirlo? AG: Está claro que la competencia en el mercado de frutas y hortalizas se ha incrementado en los últimos años y los agricultores españoles son perfectamente conscientes de ello y lo aceptan. La tendencia actual apunta hacia un mercado global en el que los productos agroalimentarios circularán libremente dado su carácter de primera necesidad. El problema surge cuando las reglas del juego no son iguales para todos. Países como Marruecos, Egipto, Argelia o Turquía soportan unos costes de producción muy inferiores a los que gravan nuestras exportaciones y, además, no se ven sometidos a los rigurosos controles fitosanitarios que garantizan la salubridad de las producciones comunitarias. Lo único que demandamos desde COAG es que todos podamos concurrir al mercado en igualdad de condiciones. DVd: ¿Detrás de esto y de la competencia desleal de Marruecos está el interés de multinacionales, principalmente francesas? AG: Está claro que las grandes cadenas de distribución europeas son las mayores beneficiadas de estos acuerdos y han formado importantes lobbys de presión en Bruselas para asegurarse de que la UE respalda sus intereses. La deslocalización de no es un fenómeno ajeno al sector agroalimentario y muchas empresas cuentan desde hace años con centros de producción en el norte de África. Hay un dato bastante significativo: tan sólo por el mercado de Saint Charles de Perpignan pasaron, sólo durante el mes de enero, más de 20.000 toneladas de tomate marroquí, cuando el cupo previsto para ese mes era de 31.300 toneladas para toda Europa, registrando además precios inferiores al precio mínimo de entrada. DVd: ¿Que multinacionales? AG: Prácticamente todos los grandes grupos europeos de distribución alimentaria importan hortalizas desde fuera de la UE; por citar algunos Carrefour, Alcampo, Eroski, Migros, Tesco, Lidl, Aldi, Plus, Spar y un largo etcétera. DVd: ¿La importación de paí­ses de fuera de la Unión, en las actuales condiciones, qué supone en destrucción de empleo y riqueza para España? AG: Para hacerse una idea, basta con un dato: sólo en la provincia de Almería el sector hortofrutícola emplea de manera directa a más de 250.000 personas. Desde COAG estimamos que un acuerdo entre la UE y Marruecos, en los términos que se barajan en las actuales negociaciones, supondría la destrucción del 10% del empleo generado por el sector. DVd: ¿Cuál ha sido la posición del Gobierno español en este campo? AG: Desde el inicio de las conversaciones con Marruecos, el Gobierno español se ha mostrado apático; no ha sabido (o no ha querido) defender frente a la Comisión Europea los intereses de sus agricultores. Pero aún no es tarde, todavía estamos a tiempo de evitar un acuerdo lesivo y así se lo transmitimos el otro día al gabinete del ministro Moratinos. España debe hacer valer su peso en la Unión y evitar que las frutas y hortalizas vuelvan a ser moneda de cambio en estas negociaciones. DVd: ¿Habrá próximas movilizaciones y actos? AG: El acto frente al Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid constituyó el pistoletazo de salida de una campaña de movilizaciones que tendrá continuidad durante las próximas semanas en las principales áreas productoras del país.DVd: ¿Quieres añadir algo más? AG: Nada más, muchas gracias por vuestro interés.

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