Un torrente de energí­a

Las voces del 15-M

Doce dí­as después de la manifestación del 15-M, más de 55 acampadas permanecen en las principales ciudades españolas, y cientos se extienden por todo el mundo. Un torrente popular desatado que refleja que nuestra sociedad está llena de indignación, y de energí­a creadora.

Un gruo de gente se agolpa en torno a la comisión de alimentos. Se discute si se mantiene la universalidad de la comida o se restringe a la gente que trabaja en la acampada. Al final se decide continuar ofreciendo comida y bebida gratuita. Ésta discusión con un carácter tan práctico, que las hay a decenas todos los días en Sol, se entrecruza con otras en las que se debate por qué no queremos un mundo como este, y con unas cuantas propuestas de concienzuda seriedad política presentadas por gente que jamás había participado en esta dirección. La gente se comunican por la red, utilizando correos, mensajes y vídeos. Se cuelgan pancartas en la plaza, y se da rienda suelta a la creación informática. Hay puntos de información en toda la plaza, hay atención médica, se reparte crema solar, y consejos básicos. Todo funciona como una pequeña ciudad. Y luego hay gente que va con su megáfono y ¡habla de lo que quiere!. Cada uno colabora en una cosa. Hay un “speakcorner” en el que la gente expresa su opinión y la gente te aplaude… o no. Tienes dos minutos. Musica, capotera, tambores, y alrededor mucho visitante que acuden a firmar y que se quedan más o menos, o sencillamente vienen a mirar, pasan a verlo. Hay mucha vida en cada reunión, mucha gente preparada, mucho respeto por lo que dice la gente, por la pluralidad, por escuchar hasta el final. Es un grito que luego a devenido en cambiar, en otro mundo, en que quiero otra sociedad, una energía que se transmite… Hay gente que viene de otras partes de España a apoyar esta olla de presión a la que se le ha quitado la válvula. Hay muchas ganas de que esto cambie, no solo la ley electoral, que el mundo cambie. Ganas de decir que quiero otra cosa, y que para eso hay que trabajar de forma voluntaria y desinteresada… admirable. Una persona ha dejado placas solares y se tiene un generador. La imaginación es desbordante, no burocrática, sino muy dinámica. Ya existen cientos de blogs, entre los que se encuentran varios de ilustraciones que la gente cuelga. De uno de estos, y con permiso del autor se ha elegido la portada de este número. Y sobretodo se respeta la iniciativa de la gente, y no con la boca pequeña. Y luego está la pura libertad de expresión… musica, cómic, pintura, vídeo, el debate. Es el grito de la gente que se oponen no a una cosa, sino a todo un sistema de cosas que obedecen a la misma lógica. En menos de diez días, y solo en Madrid, se han recogida 200 mil firmas. Miles de personas han tomado la plaza publica, a contracorriente, sin medios, para decir que ya está bien. Energía desbordada de la gente para debatir cuáles son los muros que hay que tirar. Eduardo es uno de ellos, portavoz de la Acampada de Sol. Las voces del 15-M “Ningún partido ni organización tiene la capacidad de convocatoria que ha demostrado este movimiento” ¿Cuál es la situación ahora mismo en la acampada?, ¿cuáles son las decisiones inmediatas actividades que unen en torno? En comparación con la semana pasada, sobretodo con el fin de semana, el clima es de normalidad, sin ningún tipo de problema. Hay menos gente que en las enormes concentraciones anteriores, pero tampoco ha habido ninguna convocatoria que pretenda ser masiva. La logística de la acampada sigue funcionando con cientos de voluntarios en cada comisión, cada día. Y por otro lado los grupos de debate, que son los que están preparando las propuestas sobre las que la Asamblea General se tendrá que pronunciar, siguen debatiendo por las tardes, tanto en la Puerta del Sol como en las plazas adyacentes. No es un tema solo de Sol, que es el centro, sino que el lugar físico del movimiento es mucho más grande. Abarca casi todo el centro de Madrid. El tema prioritario ahora son las asambleas en los barrios que están convocadas todas este sábado 28 a las 12 del mediodía, a las que acudirán todas las personas con inquietudes, que no están de acuerdo con este sistema político y económico, a plantear sus propuestas desde su entorno. Hay convocadas entre 30 y 50 asambleas, tanto en barrios de Madrid como en municipios de la Comunidad. Hubo una primera reunión de preparación el martes que fue un éxito. Acudieron miles de personas que se organizaron por distritos y luego por barrios. El barrio que menos gente llevaba eran 20 personas. Seguramente este fin de semana la reunión menos nutrida sea de cien personas, hasta las mil. Esta gente acudirá el domingo a la Puerta del Sol donde se constituirá la Asamblea del Pueblo de Madrid, uniendo todas estas asambleas que son las que darán continuidad al movimiento. También se decidirá si se continua con la acampada. ¿No está todavía decidido? No, no hay nada decidido. El fin de semana pasado se decidió continuar una semana más, pero eso no significa que nos vayamos. Hay gente que dice que es mejor dejarla y continuar en los barrios, hay gente que piensa que hay que compatibilizarlo, y otros que continuar. ¿Cómo os organizáis? El órgano de gobierno es la Asamblea General. Cada día hay dos para que todo el que quiera participar lo pueda hacer independientemente de sus horarios de trabajo o familiares; a las 12h y a las 20h. En ella se presentan todas las comisiones que llevan el mantenimiento de la acampada y que generan las diferentes propuestas, y se va exponiendo el trabajo que se ha hecho y si hay alguna iniciativa. Estamos hablando de que asisten en torno a mil personas, que intervienen a mano alzada o preguntan para poder tomar una decisión con toda la información necesaria, votando a mano alzada. Hay aproximadamente 15 comisiones, que llevan en primer lugar las cuestiones técnicas; está la comisión de alimentación que proporcionan comida y bebida gratuita con las aportaciones de la gente, que nos llegan de toda la Comunidad de Madrid. Está la comisión de enfermería, la de coordinación interna que intenta que no se repita trabajo ni que se contradigan las decisiones; la comisión de respeto que cuida que no haya problemas, que no los ha habido, o que nadie se confunda y venga a la plaza a beber alcohol, porque ahora mismo no está para eso; o comunicación que trata con los medios. Hablamos de una organización que nace sobre la marcha, ¿no?, y se atiende a miles de personas. Sí, con desayuno, comida y cena ¿Qué espacios hay en la acampada? Están los espacios, las carpas en las que se reúne cada comisión, aunque no todas porque no caben ahí. Ten en cuenta que solo cada comisión la forman como mínimo 30 personas. Por eso nos hemos tenido que desplazar a plazas adyacentes. Hay otro espacio para las tiendas de campaña, una guardería, una enfermería… que constituyen una especie de “aldea” que se ha montado de la nada. Y luego hay un espacio de micrófono abierto en el que durante determinadas horas del día la gente se acerca a dar su opinión sobre lo que quiera o a informar de cómo están las cosas en otras acampadas. La gente escucha y luego se toma la palabra para abrir el debate. ¿Cuántas acampadas hay en toda España? Desconozco la cifra. Aquí solo coordinamos Madrid, no tenemos ningún tipo de rango jerárquico sobre el resto. He escuchado que habían hasta 600 acampadas, pero esa cifra hay que tomarla con precaución porque no estoy muy seguro. ¿Cómo os coordináis con el resto? Ahora lo que hay son listas de correo o una comisión que es de coordinación con otras acampadas. No tanto para ver que hacemos conjuntamente todavía, porque no ha dado tiempo ha crear estructuras de decisión comunes. Hay muchas acampadas que nos toman como referencia por haber sido la primera y la más grande junto con Barcelona y la comisión trata de responder las preguntas más frecuentes sobre cómo organizarse o hacer las cosas, pero tampoco estamos seguros de que esta sea la mejor forma de trabajar, ni si quiera aquí en Madrid. Sencillamente si nos preguntan ayudamos en lo que podemos. Es algo que está literalmente naciendo, ¿no? Sí. Piensa que la gente que se quedó a dormir el primer día ni si quiera tenían claro si quedarse. No había ningún plan de acampada, ni tiempo de duración. Todo se ha ido construyendo con la creatividad de todo el mundo y el trabajo desinteresado de la gente. Y de eso hay en abundancia por lo que se puede ver… creatividad, digo. Sí, es espectacular. Mi opinión personal es que mucha gente tiene claro que hace unas semanas cualquiera había escuchado en los ámbitos de los movimientos sociales que se intentaba mover un poco el panorama… hablando de lo que se hacía en Francia o en Grecia, o pensando que la gente tenía asumida una condena de por vida, y de repente ha estallado todo. Antes teníamos la sensación que el compañero de clase, o el vecino no se preocupaba por nada, porque ni si quiera nos preocupábamos de hablar con ellos, y nos hemos encontrado con filósofos, poetas, políticos… pero no profesionales, claro. Todo el mundo está sorprendido con la creatividad que se ha desarrollado y que se va a seguir desarrollando. O sea, que no es que la gente estuviera resignada sino que no tenían cauce… La manifestación del 25 de mayo dio el empujón a todo el mundo: “este es el momento y yo no me quedo en mi casa”, de momento a protestar contra los banqueros y la clase política, y después a crear puntos de unión en torno a qué queremos. ¿Hay ya puntos de unidad acordados? Hay 16 puntos que están colgados en la página web oficial de la acampada (www.madrid.tomalaplaza.net), en los que se trata la sanidad, la vivienda… son oficiales pero provisionales, porque por lo menos en Madrid hay un montón de comisiones de debate que están tratando cada día cosas nuevas. Eso tarde o temprano se va a ver y si se estima conveniente se hará un nuevo manifiesto con los mismos, más, menos u otros. Han salido otros manifiestos con otros puntos, que se parecen mucho, que la gente se lo envía a sus contactos, se ponen en las redes sociales y parece que éstas son las reivindicaciones oficiales. Luego la gente nos escribe diciendo, por ejemplo, que no está de acuerdo con que hayamos aprobado tal punto, pero es que no lo hemos aprobado. Si se quiere aprobar hay que venir aquí y debatirlo. Se ha dicho que esto es un movimiento de la extrema izquierda, antisistema… pero ¿no coincide esto con el sentir de la mayoría de la población? Este tipo de etiquetas, como antisistema o extrema izquierda… nunca he conocido a nadie que se defina así, sinceramente. La gente se define si tiene una ideología determinada, pero no se quienes son los antisistema, no los conozco. Pero ni estos ni la extrema izquierda tiene la capacidad de convocatoria que ha demostrado este movimiento. Bueno, ni ningún partido ni organización. No se puede atribuir esto a un sector político concreto. Aquí está la gente a título individual, para decir que no soporta más la situación, que ya está bien y que se une a todos los que piensan igual, para poner puntos de vista en común y pelarlos. Algo plural, como es la sociedad. El éxito que ha tenido esto ha sido gracias a unas maneras de expresarse en las que cabe todo el mundo. Si en el futuro se quiere trabajar de otra manera debe ser la Asamblea General quien lo decida. Habéis recibido el apoyo de otros sectores, ¿no? Los bomberos de Madrid que llevan hace tiempo luchando contra la precariedad, han estado presentes y acudiendo directamente con los camiones de bomberos. La verdad es que no son tanto los movimientos sociales como los ciudadanos y ciudadanas de Madrid. Todos los días se cuelga en la página web una lista con las necesidades materiales de la acampada, desde comida hasta materiales de todo tipo, y todos los días se cubren. Se trata de solidaridad directa, incluso la gente se gasta el dinero y nos lo trae. Al mismo tiempo que se debate sobre qué democracia tenemos y qué hay que cambiar, se han abierto también debates mucho más hondos si cabe, sobre qué mundo queremos, ¿no? Desde un principio todos tenemos bastante claro que cuando pedimos una democracia de verdad no nos referimos a un canal de participación política exclusivamente. Hemos adquirido un grado de conciencia mayor comprendiendo que lo político está relacionado con lo económico, y que no se puede separar una cosa de otra. De hecho la manifestación se convocó diciendo que no queremos ser mercancía de banqueros y políticos. Lo que queremos cambiar es la política de los políticos, que previamente se decide en la esfera financiera. Que lo que está claro es que a quienes nos enfrentamos es al FMI y a la UE. Sí. Es que la crítica al bipartidismo hay que entenderla. Si fueran dos partidos que responden a las demandas populares de una forma u otra, seguramente no habría problema. Lo que se critica del bipartidismo es que son dos partidos que podría ser uno solo, porque los dos obedecen a unos ámbitos que no tienen nada que ver con las necesidades de la gente común. Excepto en algunos barrios en las últimas décadas no ha habido conciencia de barrio. Los barrios se han convertido en un sitio para dormir, sin contacto con los vecinos. Es moneda común que la gente no conozca a la gente de su barrio o manzana, ni a los de su propio portal. En la reunión preparatoria de los barrios se ha encontrado gente que son amigos pero que no viven en el mismo barrio, porque la gente no está en esas coordenadas. Pero ya solo sentarse con 30 o 40 personas que viven a menos de un kilómetro a la redonda para tratar temas comunes es un paso importantísimo. Se trata de hablar con gente con la que nunca te habías cruzado ni una sola palabra para tratar problemas que nos incumben a todos y ver qué podemos hacer. Vaya donde vaya el movimiento este paso es fundamental para el futuro. Se está recomponiendo la sociabilidad que había desaparecido durante décadas.

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