Las nuevas tendencias en la situación mundial

«La actual situación mundial está experimentando grandes cambios, y presenta tres tendencias de significación profunda. Primero, EEUU comienza a presentar sí­ntomas de decadencia. Segundo, comienza a modificarse la gran disparidad de fuerzas entre el norte y el sur. Tercero, el problema del desarrollo ha pasado a ser el problema de núcleo del mundo contemporáneo. La competencia de poderí­o integral ha pasado a ser el contenido principal en las relaciones internacionales. Su connotación, agudeza y complicación no se registran nunca antes en las relaciones internacionales».

A raíz de los rofundos cambios de la paridad de fuerzas entre el sur y el norte, el orden político y económico, manipulado durante largo tiempo por unos pocos países desarrollados, enfrenta graves desafíos, y se oyen voces cada vez más altas exigiendo reformas. La crisis financiera global ha impulsado la sustitución del G7 y G8 por el G20. A pesar de que actualmente el poderío económico de los países en vías de desarrollo es inferior al de los desarrollados, la correlación de fuerzas entre el norte y el sur sufre un cambio cualitativo a largo plazo. (DIARIO DEL PUEBLO) THE NEW YORK TIMES.- Es alarmante que Estados Unidos, Europa y las Naciones Unidas, a pesar de sus esfuerzos, no pudieran encontrar una manera de persuadir a Camboya a hacer lo correcto. Deben asegurarse de que Camboya paga un precio por su comportamiento, pero la atención debe centrarse en China, a partir de una demanda urgente de acceder a los 20 uigures para asegurarse de que no son maltratados. Ningún refugiado chino podrá sentirse seguro si China se permite intimidar a otros países forzándolos de nuevo a un futuro incierto e injusto. THE WASHINGTON POST.- China ha estado haciendo alarde de su preeminencia económica recién descubierta en la escena mundial en los últimos tiempos. Pero de regreso a casa, su gobernante Partido Comunista sigue temiendo desesperadamente a la disidencia y enganchado a la represión a la vieja usanza. China. Diario del Pueblo Las nuevas tendencias en la situación mundial La actual situación mundial está experimentando grandes cambios, y presenta tres tendencias de significación profunda. Primero, EEUU comienza a presentar síntomas de decadencia. Después de la entrada del presente siglo, en vista de que el Gobierno norteamericano está profundamente atrapado en las guerras de Afganistán e Irak sin poder salirse de los atolladeros, cierta gente en EEUU comienza a hablar de la decadencia de la influencia y el poderío de EEUU. A partir del estallido de la crisis financiera global, se multiplican en el seno de EEUU y en la comunidad internacional comentarios sobre la “recesión de EEUU”. El Comité Nacional de Inteligencia de EEUU publicó hace pocos días un informe de evaluación estratégica señalando: “EEUU verá debilitado en gran medida su predominio en el mundo antes de 2025. En el campo de las fuerzas armadas en que ahora goza de superioridad, verá también disminuir su importancia.” Para determinar el comienzo de la decadencia de EEUU, no se niega que en un período bastante largo de aquí en adelante EEUU siga siendo la potencia de mayor poderío integral, sino que se basa en los siguientes puntos: Primero, el peso que representa la economía norteamericana en el volumen total de la economía mundial está reduciéndose, y la hegemonía del dólar norteamericano enfrenta desafíos cada vez más serios. Segundo, bajo el impacto de la crisis financiera global, el modelo económico del que EEUU depende para desarrollar su mercado libre sufre contestación seria. Tercero, la influencia de EEUU en los asuntos mundiales se ve debilitada. Segundo, comienza a modificarse la gran disparidad de fuerzas entre el norte y el sur. Durante un período prolongado, los países desarrollados han jugado un papel protagonista en el orden político y económico de la comunidad internacional, y han acaparado casi por completo la voz en el manejo de los asuntos mundiales. Y los países en vías de desarrollo se hallaban en una situación de marginación. Pero en los últimos años, bajo la influencia de la globalización económica, algunos países en vías de desarrollo prestan atención a poner en juego las funciones reguladoras de sus gobiernos, y no copian mecánicamente el modelo económico de los países desarrollados de Occidente. Han logrado desarrollar su economía a ritmo relativamente acelerado, y están denominados como “economías del mercado emergente” o “países emergentes”. Suman unos 30 países, incluyendo principalmente a China, India y Brasil. Los “países emergentes” llevan consigo una serie de cambios: Primero, han disminuido las disparidad del poderío económico con los países desarrollados. Según las estadísticas, en los últimos diez años, el desarrollo económico de los países en vías de desarrollo supera al de los países desarrollados en más del doble. Esto se mantiene incluso bajo el impacto de la crisis financiera global. Segundo, el cambio del poderío económico ha aumentado la conciencia de los países en vías de desarrollo sobre la importancia de su unión para fortalecerse. Han surgido diversas clases de organizaciones regionales, y éstas juegan un papel cada vez más importante en la escena internacional. Frente a los países occidentales, manifiestan una determinada independencia y autonomía en el manejo de ciertos problemas internacionales importantes. Tercero, a raíz de los profundos cambios de la paridad de fuerzas entre el sur y el norte, el orden político y económico, manipulado durante largo tiempo por unos pocos países desarrollados, enfrenta graves desafíos, y se oyen voces cada vez más altas exigiendo reformas. La crisis financiera global ha impulsado la sustitución del G7 y G8 por el G20. A pesar de que actualmente el poderío económico de los países en vías de desarrollo es inferior al de los desarrollados, la correlación de fuerzas entre el norte y el sur sufre un cambio cualitativo a largo plazo. Tercero, el problema del desarrollo ha pasado a ser el problema de núcleo del mundo contemporáneo. La competencia de poderío integral ha pasado a ser el contenido principal en las relaciones internacionales. Su connotación, agudeza y complicación no se registran nunca antes en las relaciones internacionales. Las contradicciones entre los países en vías de desarrollo y los desarrollados en torno al problema del desarrollo han pasado a ser las contradicciones principales del mundo contemporáneo. Los focos de lucha entre las dos partes están en mantener o reformar el actual orden político y económico que está en mano de los países desarrollados. Las superpotencias, para impedir la emergencia de otros países, recurren a todos los medios, incluido los financieros, además de continuar con sus amenazas militares. Como resultado del desarrollo de la globalización económica, los países mantienen lazos cada vez más estrechos, y se observa que cada vez más problemas requieren la coordinación de la comunidad internacional. Los países desarrollados y los en vías de desarrollo, en vista de su diferente nivel de desarrollo, comparten intereses. Pero la tesis de “responsabilidad compartida” ha pasado a ser un pretexto altisonante de los países desarrollados para descargar su responsabilidad y su crisis en los países en vías de desarrollo. Las tres tendencias arriba expuestas tendrán una gran influencia en la evolución de la situación internacional, y merecen atención y seguimiento estrechos. DIARIO DEL PUEBLO. 24-12-2009 EEUU. The New York Times China, Camboya y los uigures Hace poco más de un año, Camboya fue elogiada por las Naciones Unidas por su labor en favor de los refugiados. Fue una de las únicas dos naciones del sudeste asiático en firmar la Convención de 1951 sobre los refugiados internacionales, y abrió una oficina de nueva marca que parecía sugerir una nueva determinación de proteger los derechos humanos de los refugiados. Eso fue entonces. Hoy en día, Camboya ha violado abiertamente sus compromisos internacionales y pone en riesgo la vida de 20 miembros de la minoría uigur –entre ellos dos niños– que fueron deportados de regreso a China el viernes. Pobre, la débil Camboya no es el único villano en esta pieza. China carga sobre sus hombros aún más culpa por el mal uso de su creciente riqueza e influencia para obligar a Camboya a hacer su voluntad. Convertida ya en el inversor extranjero más grande de Camboya, China recompensó a Camboya el lunes con 14 ofertas, valoradas en unos 850 millones de dólares, incluida la ayuda para la construcción de carreteras y la reparación de templos budistas. Los uigures, miembros de una minoría musulmana de habla turca que afirman que el gobierno chino los discrimina, entraron en Camboya hace un mes con la ayuda de misioneros cristianos y pidieron asilo. China está persiguiendo a los uigures desde los disturbios étnicos en julio, los peores en varias décadas. Beijing, dijo que al menos 197 personas –en su mayoría chinos la etnia mayoritaria Han– fueron asesinados en esa ola de violencia. Los chinos han tomado represalias y centenares de uigures han sido detenidos. Varios de los uigures fugitivo dijeron por escrito o en declaraciones a las Naciones Unidas que habían participado en los disturbios y temían largas penas de cárcel o incluso la pena de muerte si eran devueltos a China. Las autoridades chinas alegaron que los uigures son delincuentes, pero no ofrecieron ninguna prueba. Dichos argumentos son a menudo un pretexto engañoso de las sociedades represivas, pero en cualquier caso, los uigures habían estado protegidos mientras sus peticiones de asilo estaban siendo investigadas por las Naciones Unidas para los refugiados. China y Camboya tienen una responsabilidad en virtud del derecho internacional para permitir que el proceso se complete. Es alarmante que Estados Unidos, Europa y las Naciones Unidas, a pesar de sus esfuerzos, no pudieran encontrar una manera de persuadir a Camboya a hacer lo correcto. Deben asegurarse de que Camboya paga un precio por su comportamiento, pero la atención debe centrarse en China, a partir de una demanda urgente de acceder a los 20 uigures para asegurarse de que no son maltratados. Ningún refugiado chino podrá sentirse seguro si China se permite intimidar a otros países forzándolos de nuevo a un futuro incierto e injusto. THE NEW YORK TIMES. 22-12-2009 EEUU. The Washington Post Una peligrosa lucha por la libertad en China Bueno, ha sido rápido. El juicio al disidente chino Liu Xiaobo por "subversión del Estado" terminó tres horas después de que comenzara el miércoles con un veredicto –casi con toda seguridad "culpable"– que era el que se esperaba de la corte de Beijing. La pena máxima es de 15 años de prisión. China ha estado haciendo alarde de su preeminencia económica recién descubierta en la escena mundial en los últimos tiempos. Pero de regreso a casa, su gobernante Partido Comunista sigue temiendo desesperadamente a la disidencia y enganchado a la represión a la vieja usanza. El Sr. Liu es un veterano disidente, encarcelado por primera vez por su papel en el levantamiento de Tiananmen de 1989. También ha hecho tres años de reeducación por el trabajo por cuestionar el monopolio del Partido Comunista sobre el poder y la promoción del diálogo entre Pekín y el Dalai Lama, líder en el exilio del Tíbet. Su último delito, por el que ha estado preso por más de un año a la espera de "juicio", fue el proyecto de Carta de 2008, un manifiesto de los derechos humanos inspirada en el documento de la Carta 77 que inspiró a Europa del Este durante los oscuros días de la hegemonía soviética. Carta de 2008 exige una nueva Constitución, la libertad de expresión y de reunión, un poder judicial independiente y elecciones democráticas para todos los niveles de gobierno. Cuenta con 10.000 seguidores afirman los signatarios. El absurdo caso en contra de este valiente intelectual no podía soportar el escrutinio público, por lo que las autoridades de China cerraron la sala de audiencias a los medios de comunicación, diplomáticos y activistas de derechos humanos. Los partidarios del Sr. Liu lograron brevemente mostrar y distribuir cintas amarillas en señal de protesta, antes que llegara la policía y se las arrebatara arrojándolas a la basura. Con el mundo sumido en crisis económica, se ha hablado mucho del dinamismo de China y su aparente inmunidad relativa a las vicisitudes del mercado. Algunos incluso sugieren que esto hace que sea una especie de modelo para otras naciones. La Carta de 2008 del Sr. Liu, por el contrario, exige que China "abrace los valores humanos universales [y] se una a la corriente principal de las naciones civilizadas." En la declaración, el documento insiste en la primacía de la libertad humana sobre la prosperidad material. Por hablar de esta verdad, Liu Xiaobo se ha hecho un criminal a los ojos del Estado chino, pero un héroe para la causa de la libertad en todo el mundo. THE WASHINGTON POST. 24-12-2009

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