EE UU desvia un vuelo de Air France

Las listas negras de EE UU

La decisión de Estados Unidos de prohibir el sobrevuelo de su territorio a un avión de Air France, que cubrí­a el sábado pasado la ruta entre Parí­s y México, por la presencia a bordo del periodista y escritor colombiano Hernando Calvo Ospina, desató polémica este viernes en Francia.

Faltaban aenas cinco horas para que el vuelo 438 de Air France, que enlaza Parí­s con México, llegase a su destino el 18 de abril cuando la voz del comandante despertó a los pasajeros somnolientos. Les anunció que las autoridades de Estados Unidos no autorizaban el sobrevuelo de su paí­s por el avión porque a bordo viajaba una persona que, por motivos de seguridad, no era bienvenida en su espacio aéreo. En voz baja los pasajeros empezaron a preguntarse quién podí­a ser el «terrorista» a bordo o quién tení­a «cara de musulmán».La aerolí­nea Air France «estudia actualmente las ví­as de recurso» contra las autoridades estadounidenses, tras su decisión de desviar el vuelo Parí­s-México del sábado pasado por la presencia a bordo de un periodista considerado indeseable por Estados Unidos, indicó este viernes un portavoz la compañí­a. El funcionario dijo que esta acción podrí­a hacerse «con la ayuda de su autoridad de tutela que es la Dirección general de la aviación civil (DGAC)». Por su parte, Francis Combes, el director de la editorial Le Temps des Cerises, que publicó algunas obras de Calvo Ospina, tachó la decisión de las autoridades estadounidenses de «grave atentado contra la libertad de circulación de las personas y la libertad de expresión». «Esto demuestra a qué nivel de paranoia conduce la ‘guerra contra el terrorismo’ iniciada por (el ex presidente George W.) Bush y que parece seguir dictando la conducta de la administración estadounidense», agregó el editor. Calvo Ospina relató que se encontraba en el vuelo AF 438 Parí­s-México del sábado cuando el comandante anunció que las autoridades estadounidenses no autorizaban el vuelo del aparato por el espacio aéreo de Estados Unidos. El avión fue informado «al aproximarse al espacio aéreo estadounidense e hizo una escala en Martinique, en Fort de France», en lugar de cruzar Estados Unidos, precisó el portavoz de Air France. Después de esta parada y una vez que el vuelo, con varias horas de retraso, prosiguió su ruta hacia México, el copiloto señaló a Calvo Ospina que era él el responsable del desví­o del aparato.El avión tomó tierra en México con seis horas de retraso y, como preveí­a Calvo, la policí­a le esperaba para interrogarle. Llevaban impresos una docena de folios sobre él que les ayudaron en sus pesquisas. «¿Es usted católico?», fue una pregunta recurrente para averiguar si era musulmán.»Fueron muy amables», recuerda Calvo. Uno de ellos le explicó incluso que estaba siendo interrogado por encargo de las autoridades de EE UU. «Después del 11 de septiembre [2001] los estadounidenses nos aumentaron el trabajo de colaboración», precisó el agente. A la mañana siguiente el periodista embarcó sin problemas rumbo a Managua dónde efectuó un reportaje para la publicación «Le Monde Diplomatique».»Quedé atónito y mi primera reacción fue preguntarle ¿cree usted que soy terrorista?», relató el periodista.»Me dijo que no y que por eso me avisaba, señalando que era algo extraño y que era la primera vez que ocurrí­a con un avión de Air France», agregó. Maurice Lemoine, redactor jefe del mensual francés Le Monde Diplomatique, para el cual colabora Calvo Ospina y por cuenta del cual viajaba para un reportaje en Nicaragua, calificó la decisión de » desví­o paranoico». Este «desví­o paranoico, en pleno cielo de un avión de lí­nea, con el pretexto de la presencia de un pasajero presentando ningún peligro, con un costo enorme para Air France (…) llama una vez más la atención sobre el acuerdo Bruselas-Washington», comenta Lemoine en un artí­culo que será publicado en el próximo número del mes de mayo de Le Monde Diplomatique. El acuerdo obliga a las compañí­as aérea que permitan al Departamento de Seguridad Interior estadounidense un acceso electrónico a sus listas de pasajeros. «Muchos imaginan que esta vigilancia sólo se refiere a los vuelos con destino a Estados Unidos», explicó el redactor jefe del mensual. » No es el caso», destacó. » Los servicios estadounidenses se interesan también, sin que lo sepan, a todo avión que sobrevuela, aguas territoriales y territorio estadounidense «. «Big Brother está, más que nunca, vigilándote», ironizó Maurice Lemoine.Washington no ha querido nunca desvelar el número de personas que figuran en su «no fly list», pero estimaciones de la prensa norteamericana calculan que son unas 50.000, en su mayorí­a musulmanas. Ahora ha quedado claro que estar en esa lista significa también que ni siquiera se puede sobrevolar la superpotencia.

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