SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Las lí­neas que no serán traspasadas

Opiniones, fuerzas y corrientes que hace unos años estaban en la periferia, hoy ocupan el centro del escenario, o se aproximan a él. El domingo día 25 por la noche tendremos noticias frescas de esta nueva cartografía europea. El Norte y el Centro de Europa no quieren perder el gran bienestar consolidado. El Este vuelve a tener miedo de Rusia. Y en el Sur se buscan culpables. Y vías de salida.

Catalunya, siempre muy influida por las radiaciones anímicas de Francia -el primer ministro de la República francesa acaba de dar un gran mitin en Barcelona-, es hoy una de las expresiones avanzadas del malestar europeo. A la francesa manera. Malaise (malestar intenso y difuso), grandes palabras, grandes proyectos. Clases medias politizadas. Y una cierta vanidad.

Catalunya, en el norte del sur, irradiada psicológicamente por Francia, se halla en alta tensión con la deficiente copia española del centralismo parisino, presente y latente bajo el manto autonómico, que la crisis ha deshilachado.

Educado en la escuela francesa, Artur Mas no es un frívolo. Ha adquirido un compromiso y lo intentará llevar a cabo. Ahí están las urnas y las papeletas para el 9 de Noviembre.

En toda Europa, ideas que ayer parecían periféricas, hoy desafían el viejo centro, empujadas por el malestar. Catalunya, vieja marca, también forma parte de ese nuevo marco.

Mas declaraba a La Vanguardia, el 2 de febrero: “No tenemos que descartar ningún escenario excepto dos: Uno, el de cualquier tipo de violencia. Dos, hacer el ridículo. Ni violencia, ni hacer el ridículo“. Cumplirá con la palabra dada.

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