Las finanzas de EEUU se estremecen de nuevo

«Si algunos se han regocijado este fin de semana de ver al gigante financiero vacilar al fin -Goldman Sachs no carece de enemigos, todaví­a más después de la crisis financiera de 2008-, esta acción ha suscitado también mucha inquietud entre los actores del complejo mercado de los productos derivados, que se preguntan si les aguarda una suerte similar. Los nombre de Deutsche Bank y de Citigroup han sido señalados especialmente»

La acción de la SEC es imortante no sólo porque toca protagonistas significados, sino también porque pone en su punto de mira el producto que ha acentuado el descarrilamiento del sistema financiero. Wall Street se entusiasmó por los CDO sintéticos a partir de 2004. Cuando el mercado de las subprime empezó a ralentizarse, los bancos encontraron una nueva materia, los seguros sobre los créditos inmobiliarios (y no los mismos créditos) para empaquetar (LES ECHOS) LA JORNADA.- Las acusaciones del gobierno de Washington contra el banco de inversiones estadunidense Goldman Sachs, como responsable de incurrir en fraude millonario por la creación y venta de activos tóxicos entre sus inversionistas –a sabiendas de que perderían su valor en poco tiempo–, exhibe de nuevo la dimensión intrínsecamente irracional, corrupta y depredadora del libertinaje financiero que prevalece en Wall Street, a pesar de la catástrofe económica mundial gestada ahí el año antepasado, y prefigura el riesgo de una debacle similar a consecuencia de la falta de regulación en el sistema financiero estadunidense y mundial. Francia. Le Echos Goldman Sachs acusado de fraude: las finanzas de EEUU se estremecen de nuevo Virginie Robert Acusando a Goldman Sachs de fraude, el gendarme de la Bolsa norteamericana hace vacilar al banco guía de Wall Street en su pedestal, y toma como objetivo uno de los instrumentos financieros que precipitaron la crisis de 2008. Lloyd Blankfein, su presidente, podrá pronto explicarse públicamente ante el Senado para intentar reparar la reputación del grupo. El elefante sagrado de Wall Street ha sido tocado. Atacando por fraude a Goldman Sachs, la Securities and Exchange Commission (SEC) ha provocado un seísmo en un banco tan poderoso que se le creía prácticamente intocable. Tanto su reputación como la relación de confianza que mantiene con sus clientes aparecen hoy comprometidas. Si algunos se han regocijado este fin de semana de ver al gigante financiero vacilar al fin –Goldman Sachs no carece de enemigos, todavía más después de la crisis financiera de 2008–, esta acción ha suscitado también mucha inquietud entre los actores del complejo mercado de los productos derivados, que se preguntan si les aguarda una suerte similar. Los nombre de Deutsche Bank y de Citigroup han sido señalados especialmente. Pero es el conjunto de sector financiero el que ha recibido el golpe este viernes en las plazas bursátiles, las ondas de choque de esta acusación civil prometen ser enormes. Concretamente, el gendarme bursátil reprocha a Goldman Sachs haber engañado a sus clientes en beneficio del fondo de inversión Paulson & Co, que hizo su reciente fortuna apostando a la baja de los valores inmobiliarios. Un joven francés de 31 años, Fabrice Tourre, que trabajaba entonces en los productos derivados de Goldman en Nueva York, está también afectado por la denuncia. A comienzos de 2007, montó a petición de Paulson un CDO sintético (“Collateralized Debt Obligation”), es decir, un título representativo de créditos inmobiliarios, las famosas ‘subprime’. Bautizado como Abacus 2007-AC1, este CDO fue vendido a muchos inversores, entre los cuales se encuentran el alemán IKB y el holandés ABN-AMRO, sin que éstos supieran que Paulson había participado activamente en la composición del portafolio ni que había tomado una posición inversa… Por el contrario, la SEC acusa a Fabrice Tourre de haber dejado creer que Paulson invertiría 200 millones de dólares en el CDO. En apenas unos meses, los inversores habían perdido mil millones de dólares en el CDO, mientras que Paulson había ganado, por su lado, mil millones. Habiendo pagado a Goldman Sachs 15 millones de dólares por haber estructurado Abacus y asegurado su marketing. Alemania podría atacar Después de haber perdido 10.000 millones de dólares de capitalización bursátil el viernes al conocerse este anuncio, el banco ha empezado a preparar su defensa. Afirma que los hechos por los que le incrimina “son completamente infundados y que defenderá vigorosamente su reputación”. Su presidente, Lloyd Blankfein, podrá explicarse próximamente, pues podrá ser oído en audiencia por un comité del Senado en la semana del 27 de abril. En un comunicado más detallado emitido el viernes por la tarde, el banco explica que “no puso en pie un portafolio destinado a perder dinero”, y que él mismo perdió 90 millones de dólares en el asunto. Asegura que el IKB y el ABN-AMRO fueron ampliamente informados y subraya que se trata de “inversores sofisticados”. Admite que Paulson participó en la discusión de la selección del portafolio de contratos inmobiliarios pero, añade, “esto es algo típico en este tipo de transacciones”. La acción de la SEC es importante no sólo porque toca protagonistas significados, sino también porque pone en su punto de mira el producto que ha acentuado el descarrilamiento del sistema financiero. Wall Street se entusiasmó por los CDO sintéticos a partir de 2004. Cuando el mercado de las subprime empezó a ralentizarse, los bancos encontraron una nueva materia, los seguros sobre los créditos inmobiliarios (y no los mismos créditos) para empaquetar. Según el New York Times, Goldman creó 25 contratos de tipo Abacus entre 2004 y 2008. Los inversores que sintieron girar el viento estaban particularmente ávidos puesto que un CDO implica que un inversor apuesta por el alza y otro por la baja del producto. Aquellos que, como Paulson, habían visto los límites de las subprime y jugaron a su baja, hicieron fortunas. Pero también contribuyeron al desbocamiento del sistema, hasta la quiebra de la aseguradora AIG, cuya incursión en el terreno de los CDS ha costado 187.000 millones de dólares a los contribuyentes norteamericanos. Las repercusiones judiciales podrían ser numerosas. Este fin de semana, el gobierno alemán ha hecho saber que está considerando perseguir a Goldman Sachs. “El gendarme financiero alemán DaFin ha hecho un petición a la SEC para obtener información” y “después de un atento estudio de los documentos, examinaremos los recursos jurídicos” posibles, afirmó un portavoz. El banco alemán IKB fue salvado de la bancarrota al precio de muchos miles de millones de euros de dinero público en 2008. El primer ministro británico, Gordon Brown, ha pedido también al regulador de su país (FSA) iniciar una investigación, diciéndose “afectado” por la “quiebra moral” del sistema financiero. LES ECHOS. 19-4-2010 México. La Jornada Goldman Sachs: el tamaño de la inmoralidad Las acusaciones del gobierno de Washington contra el banco de inversiones estadunidense Goldman Sachs, como responsable de incurrir en fraude millonario por la creación y venta de activos tóxicos entre sus inversionistas –a sabiendas de que perderían su valor en poco tiempo–, exhibe de nuevo la dimensión intrínsecamente irracional, corrupta y depredadora del libertinaje financiero que prevalece en Wall Street, a pesar de la catástrofe económica mundial gestada ahí el año antepasado, y prefigura el riesgo de una debacle similar a consecuencia de la falta de regulación en el sistema financiero estadunidense y mundial. Son significativas, al respecto, las caídas observadas la jornada de ayer en las bolsas de todo el mundo, luego de conocerse que la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) presentó una demanda legal contra Goldman Sachs y uno de sus vicepresidentes, Fabrice Tourre. Con independencia de la trayectoria que siga la denuncia en los tribunales estadunidenses –Goldman Sachs calificó las acusaciones de completamente infundadas en la ley y en los hechos, y anticipó que se defenderá con vigor en el litigio–, el hecho que se comenta es indicativo de una inmoralidad vasta y reconocida en las prácticas de los llamados titanes de Wall Street, consentidos en forma insultante por el anterior gobierno de Washington, no obstante que desempeñaron un papel central como agentes de la crisis de las hipotecas subprime. El propio Goldman Sachs puede presumir de haber salido prácticamente indemne de la crisis que se desató en 2008 gracias a los beneficios que le significó el plan de rescate operado por el gobierno de George W. Bush, uno de cuyos principales artífices, el ex secretario del Tesoro Henry Paulson, fue empleado de esa firma de inversiones. Los buenos oficios de los ejecutivos del organismo influyeron también, al parecer, en la polémica decisión del gobierno de rescatar la aseguradora AIG, compañía de la que el propio Goldman Sachs recibió unos 13 mil millones de dólares por ser su contraparte en transacciones de derivados, ante el enojo y la impotencia de los contribuyentes estadunidenses. Como consecuencia de lo anterior, en 2009, mientras miles de familias del vecino país perdían casas, empleos y ahorros y la crisis se extendía en todo el mundo con efectos particularmente devastadores en economías pobres y dependientes, como la nuestra, ese banco de inversiones obtuvo ganancias por 12 mil 200 millones de dólares, e incluso se permitió otorgar bonos millonarios a sus altos mandos, lo que fue percibido por la opinión pública estadunidense e internacional como premio a la irresponsabilidad, a la ambición especulativa y al oportunismo. Los episodios referidos dejan entrever, en suma, la existencia en Wall Street de las más burdas prácticas del capitalismo de amigos. En la circunstancia descrita, y ante las presiones ejercidas por el gran capital ante los intentos de la administración Obama por sacar adelante una reforma del sistema financiero de su país, el actual ocupante de la Casa Blanca enfrenta dos retos mayúsculos: probar las acusaciones fincadas a Goldman Sachs y sancionar a los responsables, así como operar los cambios necesarios para introducir elementos de racionalidad y control en el sistema financiero de su país y del mundo, a efecto de evitar la redición de los recientes descalabros económicos y de episodios fraudulentos. LA JORNADA. 17-4-2010

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