«Sustentó sus palabras con el hecho irrebatible de que las bandas de narcotraficantes controlan diversas regiones del territorio nacional, lo que -dijo- coloca a nuestro país en una situación parecida a la Colombia de hace 20 años. Estas declaraciones resultan tan desafortunadas como improcedentes.»
Lo más reocupante del dislate de Clinton es que, equiparar a las bandas de narcotraficantes con las organizaciones insurgentes alimenta la criminalización de movimientos y de activistas sociales con el pretexto de combatir a los cárteles de la droga. Recuérdese que en Colombia, Washington y los gobiernos nacionales acuñaron el término narcoguerrilla, con el objetivo de dar un pretexto a la contrainsurgencia y encubrir la infiltración de altos organismos del Estado por parte de los paramilitares. (LA JORNADA) THE WALL STREET JOURNAL.- Los bancos centrales podrían tener que aportar nuevos estímulos y en algunos casos los gobiernos podrían tener que retrasar sus planes de reducir los déficit públicos para hacer frente a la desaceleración de la economía mundial durante la segunda mitad del año, dijo el jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. La OCDE señaló que el ritmo del crecimiento económico mundial durante el segundo semestre de este año será más lento de lo que se esperaba. La OCDE espera que la desaceleración más brusca la sufra Alemania México. La Jornada Clinton: confusiones peligrosas En el contexto de una conferencia sobre política exterior realizada en Washington, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, afirmó que los cárteles de la droga en México están mostrando un nivel cada vez mayor de insurgencia. La funcionaria sustentó sus palabras con el hecho irrebatible de que las bandas de narcotraficantes controlan diversas regiones del territorio nacional, lo que –dijo– coloca a nuestro país en una situación parecida a la Colombia de hace 20 años. Estas declaraciones resultan tan desafortunadas como improcedentes. En primer lugar, afirmar que la insurgencia y la delincuencia organizada son lo mismo porque ejercen control sobre franjas del territorio, confunde y distorsiona la comprensión de fenómenos sociales y delictivos. En sus señalamientos, Hillary Clinton construye la identificación entre guerrillas y tráfico de drogas con base en una falacia: el ejercicio del poder sobre el territorio determinado implica que los grupos delictivos y los movimientos guerrilleros comparten un mismo medio –al cual recurren también otros actores, empezando por el Estado–, pero no los mismos fines: mientras que los grupos insurreccionales tienen objetivos de transformación política y social, las organizaciones criminales no protagonizan oposición política alguna al gobierno; su motivación es, en cambio, estrictamente mercantilista y de utilidad económica. Para la consecución de ese propósito, los grupos delictivos aprovechan las ventajas y condiciones que les otorga el modelo económico neoliberal –con sus principios de máxima rentabilidad, desregulación y globalización comercial– y la política de prohibición al consumo, producción y trasiego de narcóticos aplicada por el gobierno federal y promovida desde Washington. Lo más preocupante del dislate de Clinton es que, al equiparar a las bandas de narcotraficantes con las organizaciones insurgentes, da fundamento a una confusión que alimenta, a su vez, la criminalización de movimientos y de activistas sociales con el pretexto de combatir a los cárteles de la droga. Recuérdese que en Colombia, Washington y los gobiernos nacionales acuñaron desde hace décadas el término narcoguerrilla, con el objetivo de dar un pretexto ideológico y moral a la contrainsurgencia y encubrir, por añadidura, la infiltración de altos organismos del Estado por parte del narcotráfico, por conducto de los paramilitares. Ciertamente, el narcotráfico y los movimientos sociales –insurreccionales o no– que recorren el país tienen un origen común: ambos son consecuencia de la rapiña y la devastación neoliberales, si bien el primero capitaliza las consecuencias desastrosas del modelo económico vigente: da trabajo donde no lo hay, se convierte en autoridad ahí donde el Estado ha abdicado de sus responsabilidades y crea incluso mecanismos de beneficencia ante el desmantelamiento de las políticas de bienestar social. Fuera de eso, la única razón posible para identificar insurrección con narcotráfico es un inocultable designio contrainsurgente e injerencista. LA JORNADA. 9-9-2010 EEUU. The Wall Street Journal La OCDE afirma que el crecimiento económico mundial se desacelerará en el segundo semestre Los bancos centrales podrían tener que aportar nuevos estímulos y en algunos casos los gobiernos podrían tener que retrasar sus planes de reducir los déficit públicos para hacer frente a la desaceleración de la economía mundial durante la segunda mitad del año, dijo el jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. La OCDE señaló que el ritmo del crecimiento económico mundial durante el segundo semestre de este año será más lento de lo que se esperaba. La organización con sede en París dijo que el crecimiento anualizado del producto interior bruto en el G-7 se ralentizará al 1,4% en el tercer trimestre y al 1% en los tres últimos meses del año. En el primer y el segundo trimestre, el crecimiento fue del 3,2% y el 2,5%, respectivamente. Las cifras no son directamente comparables con las previsiones publicadas por la OCDE en junio, ya que se basan en información diferente, pero muestran una reducción marcada de las expectativas. El informe sitúa el crecimiento anualizado del PIB de Estados Unidos en el 2% y el 1,2% en el tercer y el cuarto trimestre de 2010, mientras que el informe de la OCDE de junio pronosticaba un crecimiento del 2,8% y del 2,7% para los mismo periodos. La OCDE señaló que hay gran incertidumbre en torno a la perspectiva. "No está todavía claro si la pérdida de ritmo de la recuperación es temporal (…) o si indica una mayor debilidad subyacente en el gasto privado en un momento en el que se están retirando los estímulos", apuntó la OCDE. Los dos escenarios exigirían diferentes respuestas monetarias y fiscales, indicó la OCDE. Si las razones de la desaceleración de la recuperación son duraderas, sería adecuado aplicar nuevos estímulos y la consolidación fiscal podría incluso retrasarse. "Si la desaceleración refleja fuerzas duraderas que lastren la actividad, podrían ser necesarios nuevos estímulos monetarios en la forma de relajación cuantitativa y compromiso con una política de tipos de interés cercanos a cero durante un periodo largo", señaló la OCDE. La organización dijo que el crecimiento a largo plazo podría verse dañado por el tímido gasto de los consumidores dado que persiste la preocupación por la amenaza del desempleo. El sistema financiero también podría verse afectado por la debilidad de la economía y las incertidumbres en los mercados de deuda soberana, dijo la OCDE. La OCDE espera que la desaceleración más brusca la sufra Alemania, que registró un crecimiento anualizado del 9% en el segundo trimestre. Después podría tener un crecimiento de sólo el 0,7% en el cuarto trimestre y del 1,1% en el cuarto trimestre, prevé la organización. THE WALL STREET JOURNAL. 9-9-2010