Las causas y los responsables

Las claves de 75 años de genocidio contra Palestina

Nos presentan el conflicto palestino-israelí como un problema étnico, religioso o de "choque de civilizaciones". No lo es. La causa fundamental de 75 años de guerra, genocidio y apartheid del Estado de Israel contra el pueblo palestino no es otra que la intervención imperialista, concretamente de la superpotencia norteamericana

Aniquilación o exterminio sistemático y deliberado de un grupo social por motivos raciales, políticos o religiosos”. Esta es la definición de genocidio. Esto es lo que viene sufriendo desde hace 75 años el pueblo palestino.

Sus causas no se explican por una irresoluble incompatibilidad entre árabes y judíos. Lo que explica el origen del conflicto, y su continuidad durante más de siete décadas, es la intervención imperialista, especialmente de EEUU.

Imponiendo un estado de guerra permanente que se cobra vidas tanto de palestinos como de israelíes.

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La expansión de Israel y la negación de Palestina

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De la creación de Israel a la Nakba

Bajo el auspicio de EEUU e Inglaterra, la ONU aprueba la creación de dos Estados, Israel y Palestina, con Jerusalén bajo administración internacional.

A pesar de representar el 30% de la población, se adjudica a Israel el 54% del territorio.

Los países árabes no aceptan la partición y se desata una guerra que termina con el triunfo de Israel. 700.000 palestinos son obligados a exiliarse. Es la “Nakba”, desastre en árabe.

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El Estado palestino deja de existir. El Estado palestino, reconocido por la resolución de la ONU que da origen a Israel, es exterminado. Gaza pasa a estar controlada por Egipto y Cisjordania por Jordania.

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Israel devora Palestina

Tras la Guerra de los Seis Días, Israel se anexiona Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, territorio palestino. Y ocupa parte de Egipto -el Sinaí- y de Siria -los Altos del Golán-. Israel devolverá a Egipto el Sianí en 1979, pero hoy sigue ocupando los Altos del Golán.

Medio millón de palestinos vuelven a sufrir el exilio forzoso.

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Creación de la Autoridad Nacional Palestina y cerco israelí

En 1993 la Organización por la Liberación de Palestina (OLP) y el gobierno de Israel firman un histórico acuerdo de paz en Oslo. La OLP reconoce al Estado de Israel, y se establece la Autoridad Nacional Palestina como autogobierno en Gaza y Cisjordania.

Israel va a someter ambos territorios a un feroz cerco. A partir de 2006 impone un bloqueo total sobre Gaza, que hoy persiste, condenando a la miseria a la población. Y ha rodeado Cisjordania con un muro de 500 kilómetros, controlando más de la mitad del territorio, y amparando la construcción de asentamientos ilegales.

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La intervención norteamericana durante siete décadas de guerra

El principal responsable

Alexander Haig, que pasó de ser comandante supremo de la OTAN a ser nombrado por Reagan responsable de la política exterior norteamericana, declaró hace cuatro décadas que “Israel es el mayor portaaviones estadounidense, es insumergible, no lleva soldados estadounidenses y está ubicado en una región crítica para la seguridad nacional de Estados Unidos”.

Solo desde aquí pueden entenderse los casi 80 años de genocidio en Palestina. Se suele señalar como culpables a los sectores más belicistas y ultras del Estado de Israel. Pero se oculta demasiadas veces al máximo responsable: EEUU.

Bajo la presidencia de Truman, EEUU fue el primer país en reconocer al Estado de Israel… solo 11 minutos después de su fundación. La rapidez da cuenta de la necesidad. Como nueva superpotencia, Washington requería disponer de un gendarme fiel en una zona clave del planeta.

Desde entonces, el poder norteamericano ha avalado y permitido los crímenes de Israel.

Amparado por EEUU, Israel es el país que más resoluciones de la ONU ha incumplido

En 1967 EEUU abasteció a Israel y le dio la cobertura necesaria para obtener una enorme victoria en la Guerra de los Seis Días.

Y en 1973 el apoyo militar norteamericano fue esencial para la supervivencia de Israel. Sin el amparo norteamericano los países árabes habrían obtenido la victoria.

Es a partir de ese momento que Washington establece como doctrina la “Ventaja Militar Cualitativa”, comprometiéndose a garantizar que Israel mantiene una ventaja militar frente a sus vecinos árabes.

Israel es, con gran diferencia, el país que ha recibido una mayor cantidad de ayuda militar por parte de EEUU desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Y cada salto en la actuación criminal de Israel ha sido amparado y alentado desde Washington.

En los años ochenta la ofensiva global representa por la línea Reagan acrecienta el acoso contra Palestina, y lanza a Israel contra el Líbano.

Se suele señalar como culpables solo a los sectores más belicistas y ultras del Estado de Israel. Ocultando demasiadas veces al máximo responsable: EEUU.

Tras el 11-S, cuando EEUU invadió Afganistán e Irak, y contemplaba atacar a Irán, se produjo un nuevo repunte en la agresividad de los círculos más ultras de Israel.

Y ahora el gobierno más extremo de la historia de Israel, comandado por Netanyahu, y del que participan fuerzas que proclaman abiertamente el exterminio de Palestina, vuelve a encontrar el apoyo norteamericano.

Una paz justa y duradera, el horizonte que interesa tanto a palestinos como a israelíes, exige acabar con la nefasta influencia de EEUU.

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Cuando Israel apoyó a Hamás

El primer punto de los estatutos de Hamás fija como su objetivo la destrucción del Estado de Israel. Los criminales atentados cometidos recientemente son la culminación de un largo historial terrorista, que se ha cobrado la vida de muchos civiles israelíes inocentes.

Parece imposible encontrar ninguna conexión entre Hamás y el Estado de Israel. No es así.

El actual ministro de finanzas israelí, el ultraderechista Bezael Smotrich, declaró en 2015 que “la Autoridad Nacional Palestina es una carga y Hamás un activo para Israel”.

Y en 2019 el actual primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, permitió que Hamás recibiera fondos millonarios de Qartar, bajo el lema de que “quien esté en contra de un Estado palestino debería apoyar la transferencia de fondos”.

Una paz justa y duradera exige acabar con la nefasta influencia de EEUU

Andrew Higgins, periodista de The Wall Street Journal -medio nada sospechoso de atacar a Israel- ha documentado que el ejército y la inteligencia israelíes ayudaron en los años ochenta a Hamás, como medio para debilitar a la OLP de Yasser Arafat.

Eran los años de la “intifada”, una gigantesca revuelta popular que colocó contra las cuerdas a Israel. Y todo valía, incluso alentar el crecimiento de una organización islámica integrista, para sembrar división e intentar contener esa marea.

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Jamás podrán quebrar al pueblo palestino

Israel podrá desatar una nueva matanza en Gaza. Lo que no va a poder es quebrar la voluntad del pueblo palestino.

Los sufrimientos acumulados por el pueblo palestino durante estos últimos 75 años son inimaginables.

En 1948 la mitad de la población fue arrojada al exilio, y 500 pueblos palestinos fueron literalmente borrados del mapa.

En 2004 se censaron 10,7 millones de palestinos… de los que solo 3,9 millones vivían en Palestina.

Gaza se ha convertido en una gigantesca cárcel, sometida a un infame bloqueo durante 15 años. E Israel ha ocupado de facto más de la mitad del territorio de Cisjordania.

El pueblo palestino se enfrenta a Israel, el Estado con el ejército más poderoso de la región… y a la superpotencia norteamericana, que ampara los crímenes de Tel Aviv.

En condiciones extremas, Palestina no solo ha resistido sino que ha obtenido importantes victorias

En esas condiciones la “lógica” nos diría que ese pueblo ya ha sido exterminado. Nada de eso ha sucedido. Al contrario, en esas condiciones extremas no solo ha resistido sino que ha sido capaz de alcanzar importantes victorias.

En 1964 se creó la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) un amplio frente de resistencia. Y fue la lucha popular la que impuso la creación de una Autoridad Nacional Palestina en 1993. Desde 1987 se desató la “intifada” en Gaza y Cisjordania. La población se enfrentó abiertamente al ejército israelí. Y David obligó a Goliat a negociar el autogobierno para Palestina.

La persistente lucha del pueblo palestino ha conseguido, contando con sus propias fuerzas, que se reconozca unánimemente la “política de los dos Estados” como la única solución posible al conflicto. Cuyo centro es el reconocimiento de un Estado palestino que pueda convivir pacíficamente con Israel.

En noviembre de 2012 la Asamblea General de la ONU reconoció a Palestina como Estado observador. Y una inmensa mayoría de sus países miembros (139 de 193) han reconocido ya al Estado de Palestina.

Israel podrá desatar una nueva matanza en Gaza. Lo que no va a poder es quebrar la voluntad del pueblo palestino.

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