Las cifras disimuladas

Los dos principales modos en que Puigdemont y otros dirigentes independentistas esconden que sus apoyos son minoritarios.

Aquí no es real ni lo cualitativo ni lo cuantitativo. Puigdemont y otros dirigentes esgrimen el argumento de la mayoría basándose en que ocupan más escaños en el Parlamento y en que 3 de cada 4 alcaldes les apoyan; pero en ambos casos queda oculto lo principal: ¿A cuánta población representan? Además en una escalada antidemocrática, sustituyen su posición minoritaria por las presiones y hasta amenazas, contra quienes no siguen sus dictados, como se puede leer en la pintada del Ayuntamiento de Palau-Solità i Plegamans contra la alcaldesa socialista Teresa Padrós. Como ha denunciado el PSC, esto se ha generalizado contra los ediles que se oponen a ceder sus locales.«Estafa: Engaño en una compra, trato, espectáculo u otra actividad del que se prometen unos resultados que no se cumplen o unas cualidades que no son reales. (Del Diccionario)»

Hasta 712 alcaldes de un total de 948 municipios existentes en Catalunya han anunciado que apoyarán, cediendo locales, la consulta del día 1. Los Tribunales les han advertido de posibles delitos y éstos se han reafirmado en un acto conjunto en Barcelona. 712 de 948 es una abrumadora mayoría: un 75%. Ahora bien ¿cuántos habitantes suman esos municipios? ¿cuál es su peso en el conjunto? Exactamente un 42%. Y es que entre las localidades cuyos alcaldes apoyan el Referéndum sólo está una de las cuatro capitales de provincia (Girona); y sólo tres de las 10 poblaciones que superan los 100.000 habitantes.

Dos maneras completamente distintas de presentar los datos. Puigdemont habla sólo de alcaldes que les secundan para ocultar los habitantes que representan.

La otra cuenta interesada

Las otras cifras manejadas son las que sirven para atriburise la representación de la mayoría hablando de diputados y obviando de nuevo a qué porcentaje del censo representan. En tanto que para poner en marcha el Referéndum han tenido que aprobar una serie de leyes y normas opuestas a la legalidad, deben justificar su valided apoyándose en que representan a la mayoría. Y efectivamente aplicando el rodillo que les otorga sus 72 diputados (62 de Junts pel Si y 10 de Cup) frente a 63 de la oposición, tras unos plenos televisados que dejaron a los espectadores asombrados por cómo se pueden retorcer los reglamentos para acabar con la democracia parlamentaria, la mayoría independentista sacó adelante su marco jurídico para la consulta. Pero nuevamente la legitimidad no se sostiene si repetimos la pregunta del apartado anterior: ¿cuál es el porcentaje de población que representan?

Si contamos el conjunto de votos en las elecciones autonómicas de 2015 que dieron lugar al actual Parlament catalán, la realidad es antagónica a la de la “mayoría independentista” que esgrime Puigdemont. El 52,76% de los votantes catalanes votaron el 27-S a formaciones que se enfrentaban a la independencia, y solo un 47,24% lo hicieron por las candidaturas que defendían la fragmentación. Medido respecto al censo electoral, la cifra se reduce a que solo un 36,81% de los catalanes apoyaron en las urnas la fragmentación. Por contra un 63,19% del censo en Cataluña no votó a ninguna de las opciones independentistas.

El caso de Barcelona

Una vez más el delicado equilibrio de la Alcaldesa de Barcelona, cabeza de una organización con diferentes sensibilidades a favor y en contra de la consulta y a favor y en contra de la independencia; en minoría en el ayuntamiento, obligada a pactos con otras fuerzas políticas, y presionada duramente desde Generalitat y organizaciones independentistas, ha negado finalmente la disposición de locales municipales; pero ha manifestado su acuerdo con Puigdemnot para no dificultar (se supone con la intervención de la Guardia Urbana) el uso de los locales que disponga la propia Generalitat para el dia 1. A pesar de que Ada Colau considera la consulta con una movilización válida, no se le escapa que la base mayoritaria de sus votantes siguen el patrón del llamado cinturón rojo, de los núcleos urbanos del cinturón industrial: de izquierdas y contrarios a la independencia. Entre las bases y votantes de En Comú el apoyo a la ruptura se limita un 24% en todas las encuestas. Y hace apenas unas semanas, en un manifiesto firmado por dirigentes históricos de la izquierda integrados en Barcelona en Común se han posicionado contra la independencia.

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