Las cajas piden una rebaja salarial del 4,5%

«La propuesta ha sido calificada de «agresiva» e «inaceptable» por parte de las centrales que consideran su propuesta de crecimiento salarial cero suficientemente acorde con el panorama que afronta el sector. «Las plantillas no son las responsables de la situación en la que se hallan algunas entidades», apostillan.»

Paralelamente, la Asociación de Cajas de Ahorros ara Relaciones Laborales, (ACARL) ha planteado que se desbloquee el límite de movilidad geográfica de los trabajadores, establecido actualmente en 25 kilómetros. Así, argumentando razones técnicas, económicas, de producción u organizativas, las cajas tendrían las manos libres para reordenar su plantilla por todo el territorio nacional en función de sus nuevas necesidades. Un punto que los representantes de los trabajadores han rechazado también de plano. (CINCO DÍAS) EL PAÍS.- El último informe del Fondo Monetario Internacional sobre Europa señala que el ajuste fiscal español, con incremento de los impuestos y recortes de gastos, será el que más frene el crecimiento de todos los países europeos analizados. Según un gráfico incluido en el documento, dicho ajuste restará 2,2 puntos al crecimiento del producto interior bruto (PIB) este año y 1,5 puntos en 2012. Los siguientes en la lista son Grecia y Portugal ABC.- Se curtieron en el desierto que dejó el desmoronamiento de las «subprime» en EEUU. Pujan a la baja —muy a la baja— por compañías a la deriva o por parte de su negocio. «Fondos buitre» suelen negociar con una sencilla carta de presentación: no son necesariamente el mejor camino, pero sí el más corto con que cuentan las empresas para desprenderse de los vestigios que afloran en sus balances durante las épocas de crisis. Después de examinar de cerca nuestro país y concluir los primeros trabajos de campo, estos fondos acechan ahora al sector inmobiliario español. Convenios. Cinco Días Las cajas plantean una rebaja salarial del 4,5% sobre el IPC hasta 2015 Juande Portillo La negociación del nuevo convenio colectivo de las cajas de ahorros prometía resultar sencilla. Los sindicatos del sector ya habían adelantado una propuesta de congelación salarial durante dos años. Un caramelo para el empresariado, si se tiene en cuenta que el aumento medio del sueldo firmado durante 2010 fue del 2,17%. Sin embargo, la patronal de las cajas inauguró la mesa de diálogo ayer con una petición que promete complicar el proceso. Reclaman una rebaja del 4,5% anual sobre el IPC durante los próximos cuatro años. Tomando como referencia la previsión de inflación de Funcas, que marca un 3,5% para el cierre del año, la propuesta de la patronal se traduciría en una reducción salarial del 1%. Teniendo en cuenta que las rebajas de los años siguientes se aplicarían sobre las anteriores, el recorte acumulado se multiplicaría año a año. La propuesta ha sido calificada de "agresiva" e "inaceptable" por parte de las centrales que consideran su propuesta de crecimiento salarial cero suficientemente acorde con el panorama que afronta el sector. "Las plantillas no son las responsables de la situación en la que se hallan algunas entidades", apostillan. El planteamiento sindical se apoya en el acuerdo marco de contención salarial que UGT y CC OO firmaron el pasado año con CEOE y Cepyme. En él se establecía un periodo de moderación para hacer frente a la crisis, que sería compensado en bonanza. Un pacto que en la mayoría de sectores no se está siguiendo. En el ámbito de las cajas, los sindicatos apuestan por dos años de congelación, seguidos de otros dos de recuperación del poder adquisitivo perdido. Paralelamente, la Asociación de Cajas de Ahorros para Relaciones Laborales, (ACARL) ha planteado que se desbloquee el límite de movilidad geográfica de los trabajadores, establecido actualmente en 25 kilómetros. Así, argumentando razones técnicas, económicas, de producción u organizativas, las cajas tendrían las manos libres para reordenar su plantilla por todo el territorio nacional en función de sus nuevas necesidades. Un punto que los representantes de los trabajadores han rechazado también de plano. La confrontación provocada por estos dos puntos -salarios y movilidad- dejó la reunión de ayer sin avances, y la negociación paralizada. Un mal comienzo para la consecución del nuevo convenio, que afectará a unos 130.000 empleados, y debería quedar cerrado antes de agosto. Dos temas más complicarán el proceso. Por un lado los sindicatos buscan establecer garantías de mantenimiento del empleo en un sector que ya ha reducido su personal en más de 13.800 empleados como consecuencia de la reestructuración. De otro, queda pendiente cómo y durante cuánto tiempo se ligará a este convenio al personal de las cajas que como resultado de su transformación en bancos pasará a depender del convenio de banca. La banca gana tiempo ante la reforma de convenios El secretario general de la Asociación Española de Banca (AEB), Pedro Pablo Villasante, se sentó ayer con los representantes sindicales del sector para recordarles que la actual situación económica requerirá "sacrificios". Eludió especificar cuáles. La reunión para negociar el XXII convenio colectivo del sector, estaba prevista para que la patronal de los bancos presentara su contrapropuesta a las peticiones que CC OO, UGT, CIGA, ELA y LAB entregaron en la cita anterior. No fue así. La AEB declaró que "necesita más tiempo de reflexión" para responder. La indignación sindical fue en aumento cuando la concertación de la próxima reunión no quiso fijarse antes de comienzos de junio. Desde UGT calificaron de "extraña coincidencia" que el retraso en la negociación coincida con la demora en la reforma del sistema de negociación colectiva, que la CEOE ha rehusado firmar antes de las elecciones del 22 de mayo. Las centrales temen que la banca esté esperando a que concluya la reforma para incluir en el nuevo convenio las novedades que más les convengan. La principal sería el fin de la ultractividad, que mantiene vigente cada convenio hasta que no se firma el siguiente, lo que impide cambios sustanciales de las condiciones de trabajo sin el consentimiento de los trabajadores (afecta a 120.000). Los sindicatos se han mostrado dispuestos a hacer esfuerzos, pero han recriminado a la patronal que en época de "vacas gordas" no se compartió el beneficio, y que ahora, "con las vacas flacas", se les pidan sacrificios, mientras los directivos siguen repartiéndose bonus millonarios. *************************** Editorial España no puede esperar otro año Un año después de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero anunciase el mayor ajuste de gasto de la historia de España -un total de 15.000 millones de euros- las expectativas creadas entonces parecen lejos de cumplirse. El plan de ajuste, imprescindible para tratar de calmar la desconfianza de los mercados financieros y alejar el fantasma de un hipotético rescate, incluyó medidas como la rebaja salarial a los funcionarios, la congelación de las pensiones, el recorte de transferencias estatales a las comunidades autónomas, la supresión del cheque bebé y un ajuste en la inversión de más de 6.000 millones. Doce meses después, el balance de esa puesta en marcha, realizada tarde y a regañadientes, arroja dos únicos resultados: una notable reducción del déficit público, capítulo en el que España ha cumplido durante este periodo con las exigencias de Bruselas, pero también un anémico e insuficiente crecimiento del PIB. No hay razón para sentirse satisfechos. Los recortes y las reformas que han sido culminadas hasta el momento -principalmente en lo que se refiere al ámbito de las pensiones y el mercado laboral- se han revelado alicortas para estimular la devastada economía española y no han servido de escudo al tenaz acoso que sufre en los mercados la prima de riesgo. Ello revela que los inversores continúan sin confiar en la solvencia de España y que no comparten la complacencia del Gobierno sobre la buena marcha de las reformas y ajustes implementados hasta el momento. Una complacencia que resulta difícil de compartir ante la creciente destrucción del empleo -que durante el primer trimestre ha alcanzado los casi cinco millones de parados-, el estancamiento de la reforma de la negociación colectiva -a la que hoy intentará dar Zapatero un impulso-, la lentitud del plan de saneamiento del sector financiero o la persistente indisciplina fiscal de las Administraciones autonómicas. Precisamente ayer, en una jornada marcada por la inestabilidad política y económica europea, la ministra Elena Salgado volvía a negar la necesidad de acometer mayores reformas, en contraste con las cada vez más numerosas voces técnicas que reclaman lo contrario. Pese al terco inmovilismo del Ejecutivo, en la lista de deberes que restan por acometer a España figura un puñado de prioridades que no pueden esperar: la culminación del saneamiento del sistema financiero, la reforma real de la negociación colectiva y la firme exigencia a las comunidades autónomas para que cumplan con sus obligaciones en materia de déficit público. Si este Gobierno no quiere o no puede llevar a cabo esas medidas, debe dejar paso a quien esté en condiciones de hacerlo. Lo que está claro es que ni España ni su economía están en situación de esperar otro año. CINCO DÍAS. 12-5-2011 Economía. El País El FMI calcula que el ajuste fiscal español será el que más frene el crecimiento Miguel Jiménez El último informe del Fondo Monetario Internacional sobre Europa señala que el ajuste fiscal español, con incremento de los impuestos y recortes de gastos, será el que más frene el crecimiento de todos los países europeos analizados. Según un gráfico incluido en el documento, dicho ajuste restará 2,2 puntos al crecimiento del producto interior bruto (PIB) este año y 1,5 puntos en 2012. Los siguientes en la lista son Grecia y Portugal, si bien es probable que el informe aún no recoja las nuevas medidas de ajuste pendientes de ejecutar por estos países que han necesitado ser rescatados. La política fiscal restrictiva frena la economía. Esa es la mala noticia. La buena es que el Fondo parece creer que el ajuste español va en serio. Con todo, aunque el informe admite que España se está despegando algo del resto de los países periféricos gracias a sus reformas, aún incluye a la economía española en una categoría analítica en la que sus compañeros de viaje son nada más y nada menos que los tres países rescatados: Grecia, Irlanda y Portugal. El Fondo analiza a los países de la zona euro en dos grupos y España cae del lado de los malos, pese a que el organismo admite que se ha ido despegando algo de ellos. El FMI usa reiteradamente para sus análisis, comentarios y gráficos una categoría que ha denominado EA4 (por euro área 4) en la que está España en el mismo saco que esos tres países rescatados. El Fondo, que en general ha aplaudido las reformas realizadas en España y con frecuencia ha subrayado las diferencias con esos otros tres países, no explica expresamente por qué usa esa categoría, en más de una treintena de ocasiones, ni qué rasgos la definen. Solo en una ocasión en un nota a pie de página señala que esos cuatro países son los que han tenido una prima de riesgo frente al bono alemán de 200 puntos básicos (dos puntos porcentuales) o más entre enero y abril de 2011. Es cierto que los cuatro han sido los más castigados en los mercados y que han superado esa cota, pero la prima de riesgo española está mucho más cerca de la italiana o la belga que de la de los tres países rescatados. Pero el FMI ha preferido agrupar a España, con una prima de riesgo de algo más de 210 puntos básicos con Grecia (que tiene una prima de 1.250), Irlanda (750) y Portugal (630), en lugar de dejarla con Italia (cuya prima de 150 puntos básicos es la más cercana a la española) o Bélgica (110). De hecho, las cuentas públicas españolas están mucho mejor que las italianas en deuda y solo algo peor en déficit, y la economía italiana crecerá más o menos lo mismo que la española en los próximos dos años. Se deduce, no obstante, que además de la alta prima de riesgo, el grupo EA4 lo forman los países más retrasados en la recuperación, con problemas de competitividad, un elevado déficit público y un importante desequilibrio en la balanza por cuenta corriente. Con todo, el FMI dedica una frase claramente elogiosa a España al analizar la evolución prima de riesgo y los seguros contra impago de la deuda soberana y de los bancos. Según el Fondo, la profundización de las reformas "ha permitido a España despegarse de otros países periféricos a comienzos de 2011". El FMI cree que el panorama seguirá variando entre las distintas economías avanzadas de Europa. A su juicio, la demanda privada se afianzará aún más en los países centrales de la zona del euro y los países nórdicos, contrarrestando el impacto de la consolidación fiscal sobre el crecimiento, y "se mantendrá débil en España, Grecia, Irlanda y Portugal, donde persisten los esfuerzos para corregir los grandes desequilibrios acumulados antes de la crisis". Según las proyecciones, las economías de Grecia y Portugal estarán en recesión este año. El Fondo Monetario Internacional (FMI) analiza en su último informe sobre Europa cómo el deterioro del mercado laboral durante la última crisis ha variado mucho entre unos países y otros. Mientras que en los países del norte de Europa el paro apenas ha aumentado y los esquemas de reducción de jornada han funcionado, en otros como España e Irlanda, donde el estallido de la burbuja inmobiliaria ha dejado a mucha mano de obra poco cualificada en paro, el desempleo se ha disparado. El Fondo subraya que el paro juvenil, en particular, ha aumentado sustancialmente. Y advierte que el "caso extremo" de España, donde cerca de la mitad de los jóvenes están en paro, hace surgir el fantasma de una "generación perdida". El informe publicado hoy por el FMI prevé que "la recuperación en Europa se afiance". Se espera un crecimiento para toda Europa del 2,4% en 2011 y del 2,6% en 2012, siempre y cuando el aumento de precio de los alimentos y la energía sea temporal y no provoque una inflación generalizada que haga necesario un severo endurecimiento de la política monetaria. El crecimiento previsto para las economías avanzadas de Europa es del 1,7% y del 1,9% en 2010 y 2011, respectivamente. El Fondo mantiene las previsiones publicadas el mes pasado en su informe mundial para los países de la zona euro (1,6% y 1,8%) y para España (0,8% y 1,6%). Es decir, este año la economía española crecerá la mitad que la de la zona euro y una tercera parte que la del conjunto de Europa. Para el continente, lo que inspiran las pevisiones es una "confianza sosegada", según Antonio borges, director del Departamento de Europa, que receta "reformas estructurales, consolidación fiscal y el fortalecimiento del sistema financiero, sobe todo en los países periféricos" y "afianzar la integración financiera". Sector financiero y deuda pública Los economistas del organismo que dirige el francés Dominique Strauss-Kahn insisten en que el principal riesgo se deriva de las tensiones en la periferia de la zona del euro. "Hasta el momento, las firmes medidas de política adoptadas por los países han contenido de manera eficaz los problemas de la deuda soberana y del sector financiero en la periferia de la zona del euro, pero los efectos de contagio que podrían afectar a los países centrales de esta zona, y luego a las economías de mercados emergentes de Europa, siguen siendo un riesgo a la baja tangible", señala. "El círculo vicioso entre la preocupación por la estabilidad de los balances de los gobiernos y de los bancos sigue siendo difícil de romper", subraya. Para hacer frente a esas tensiones financieras en la zona euro "se requerirán políticas firmes y de gran alcance". "Hay mucho en juego. Como primera línea de defensa a nivel nacional, los países golpeados por la crisis no deben cejar en su empeño de avanzar en la reforma. El saneamiento de las finanzas públicas, afrontando directamente el problema de los bancos débiles, y la aplicación de reformas para restablecer la competitividad son fundamentales. El mayor fortalecimiento de la gestión de crisis a escala de la Unión Europea es esencial para garantizar que el resultado final sea positivo", se dice en el informe. El FMI considera que es esencial el restablecimiento de la confianza en el sistema bancario de la zona del euro para pasar página y superar la crisis. "La próxima ronda de pruebas de resistencia sólidas, amplias y transparentes brinda la oportunidad de abordar las vulnerabilidades pendientes. Pero para que estas pruebas sean eficaces, deberán complementarse con programas de reestructuración y recapitalización creíbles", apunta. Sector financiero y deuda pública son las dos grandes preocupaciones del Fondo. "La sostenibilidad de la deuda pública es vital para lograr una solución duradera a las tensiones financieras en la zona del euro y romper el círculo vicioso entre la inestabilidad soberana y del sector bancario. Los países que están bajo presión del mercado han adoptado medidas iniciales de ajuste fiscal adecuadas, que ahora deben llevar a cabo", dice el informe. Integración financiera El Fondo también hace un examen de las crisis en la periferia de la zona del euro, y en las economías emergentes de Europa, después del colapso de Lehman Brothers. Su conclusión es que la integración financiera tras la introducción del euro contribuyó a un aumento de los flujos internacionales de capital hacia los mercados de deuda pública, interbancarios y el sector no transable. Los rendimientos de los bonos públicos convergieron rápidamente en toda la zona del euro, las grandes exposiciones transfronterizas de los bancos internacionales continuaron acumulándose y el sector no transable registró una fuerte expansión. "Las autoridades económicas no afrontaron de manera firme las burbujas de precios de los activos en el sector relativamente protegido de los bienes no transables (como los inmuebles), aumentando aún más su rentabilidad percibida. Tras muchos años de déficits en cuenta corriente cada vez más elevados y pérdidas de competitividad, el financiamiento se agotó abruptamente, sumiendo a las economías en profundas recesiones. Los fuertes ajustes necesarios, el alto nivel de endeudamiento y el círculo vicioso entre la inestabilidad bancaria y la inestabilidad soberana auguran una recuperación prolongada", dice el informe, que subraya que la internacionalización del sector bancario no se complementó adecuadamente con reformas bancarias, regulatorias y de supervisión. La responsabilidad última, incluso para los rescates públicos, siguió recayendo en las autoridades nacionales. Además, los mercados financieros no reflejaron las crecientes vulnerabilidades en las primas de riesgo hasta que fue demasiado tarde para un aterrizaje suave, dice el FMI antes de concluir que "sería un error dar marcha atrás en el proceso de integración financiera" y que lo que hay que hacer es adoptar políticas adecuadas para "afrontar rápidamente cualquier burbuja futura de precios de los activos para no estimular las inversiones en usos relativamente improductivos". Algo fácil de decir, pero difícil de hacer. Por último, el Fondo señala que para superar las crisis en Europa se requiere restablecer la productividad en los países afectados, "una tarea que va mucho más allá de modificar los marcos de gestión de gobierno y completar el proceso de integración financiera". "El crecimiento de la productividad de la mano de obra ha resultado deficiente en estos países en los últimos diez años, a pesar del amplio acceso al financiamiento del exterior", si bien el FMI dice que se observan los primeros resultados de auge del sector exterior en los países bálticos y Bulgaria, así como en Irlanda y España, donde se ha registrado un repunte de las exportaciones y los indicadores de competitividad están mejorando (…) EL PAÍS. 12-5-2011 Economía. ABC Fondos buitre presionan a la banca para hundir el precio de la vivienda Luis M. Ontoso Se curtieron en el desierto que dejó el desmoronamiento de las «subprime» en EEUU. Tenían el bolsillo lleno cuando cundió el pánico en una banca cuyas arcas comenzaban a vaciarse y en las que sobraban viviendas. Pujan a la baja —muy a la baja— por compañías a la deriva o por parte de su negocio. «Fondos buitre» es un apelativo que les desagrada enormemente. Se definen como inversores «oportunistas» o, acudiendo a la jerga financiera, fondos especializados en la compra de «activos dañados». Llevados de la mano invisible que rige la oferta y la demanda suelen negociar con una sencilla carta de presentación: no son necesariamente el mejor camino, pero sí el más corto con que cuentan las empresas para desprenderse de los vestigios que afloran en sus balances durante las épocas de crisis. Después de examinar de cerca nuestro país y concluir los primeros trabajos de campo, estos fondos acechan ahora al sector inmobiliario español. Su máxima es la discreción. Son grupos internacionales, la mayoría estadounidenses y europeos, ligados a grandes grupos de inversión (entre ellos, Goldman Sachs , Bank of America y Deutsche Bank). Durante las últimas semanas se han dirigido con sigilo profesional a los representantes de bancos y cajas de ahorros; muchos de estos consideran que están haciendo propuestas a precios de derribo. «Las ofertas que realizan suelen rondar el 20 o el 30% del valor en libros, mientras que ninguna entidad financiera está dispuesta a vender por menos del 50 o el 60%; la diferencia es abismal», señala Juan Fernández-Aceytuno, presidente de la Sociedad de Tasación. En el caso del suelo, incluso han echado en cara a las entidades que el valor de sus propiedades es cero. Por el momento, no ha habido brindis ni apretones de manos. Las entidades financieras, cautelosas, saben que un «sí» equivaldría a un descenso en cascada de los precios de los inmuebles. Un abogado intermediario de estos fondos en España, que prefiere no desvelar su identidad, justifica la resistencia de la banca. De ella depende la estabilidad del malogrado sector. «Se trata de un producto muy novedoso. Antes no se compraban las carteras de viviendas, porque las hipotecas funcionaban. Difícilmente habrá acuerdos. El día en que un fondo le compre a un banco su cartera el precio de la vivienda se desplomará». Estas conversaciones pocas veces se ven amenizadas por el tono y las maneras sutiles de la diplomacia de los negocios. Donde unos denuncian un intento descarado de imponer condiciones abusivas a costa de hurgar en la debilidad y la impaciencia del sistema financiero español, que acumula más de 100.000 millones de euros en activos problemáticos ligados al ladrillo, los defensores de las inversiones «low cost» encuentran una expresión legítima del libre mercado. Dos no firman si uno no quiere. Un juego desigual «No los calificaría de buitres. Hay una recesión económica, hay una oferta y una demanda. Los fondos dicen: “Si lo quiere, tome; si no, es su problema”. Es usted quien dio hipotecas a todo el mundo», subraya Pepe Oriola, abogado especialista en el cobro de deudas y representante de varios de estos grupos de inversores. En nuestro país, operan con un organigrama reducido. Los de mayores dimensiones cuentan, en algunos casos, con equipos de no más de cuatro personas. El resto acude a despachos de abogados con sede en España para escoger y tramitar sus ofertas. Esta última posibilidad les permite, además, respetar la esencia de su negocio: invertir en diversos sectores para obtener una rápida rentabilidad. Cuando entran en una empresa, sus planes de futuro no rebasan los diez años. Con suerte, si han logrado imponer sus condiciones sin paliativos, «en tres años han recuperado la inversión y han sacado un buen beneficio», destaca Oriola. De momento, los negocios de las entidades españolas con este tipo de fondos ha arrancado con las ventas de las carteras de clientes morosos. Sonada fue la compra por parte de Lindorff Group, grupo noruego, de Reintegra Contact Center, sociedad de gestión de cobro telefónico del grupo Santander. De la operación, que incluyó una cartera de créditos fallidos, no trascendió el importe. Los especialistas confían en que la banca no ceda al pulso, que busque alternativas. «Las entidades no se van a precipitar. Es mucho más inteligente hacer una venta ordenada, ya sea segregando activos o bien cediéndolos a otros vehículos, a las futuras grandes inmobiliarias que se están gestando en estos momentos», explica Fernández-Aceytuno. Las firmas de inversión, sin embargo, sacan músculo y definen las negociaciones como una especie de «juego de casino», en el que bancos y fondos se afanan en cada movimiento. Lo malo, sentencian, es que las entidades «ahora no tienen la posibilidad de elegir». ABC. 9-5-2011

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