SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La ví­a Rajoy` a la asimetrí­a española

Mariano Rajoy se reunió el pasado mes de junio con un grupo de periodistas y les explicó lo que entiende por asimetría. El presidente no se prodiga mucho con la prensa, pero la Moncloa organiza algunos coloquios, en principio reservados. No es muy elegante escribir al día siguiente citas entre comillas, pero al cabo de ocho meses es lícito comentarlo en clave interpretativa. Es lo que vamos intentar en esta crónica.

Aquel día de junio, el foco estaba puesto en los papeles de Bárcenas. La atención estaba puesta en el tesorero del Partido Popular y en el remolino mediático que se avecinaba. Quizá por ello no todos los presentes tomaron nota cuando el presidente explicó su visión del problema catalán y del rompecabezas autonómico.

Sobre Catalunya dijo lo siguiente: “Es muy complicado, es verdaderamente complicado. No seré yo el presidente de España que ponga en cuestión la soberanía nacional, pero que nadie espere que ahora salga a dar voces por ahí”. Rajoy contestaba, indirectamente, a José María Aznar y a los editorialistas de la prensa de Madrid que en aquel momento ya le pedían medidas punitivas ante el “desafío soberanista”. Si nos atenemos a los hechos, esa frase explica la política que el Gobierno ha desarrollado en los últimos meses en relación a Catalunya: rechazo a la consulta, defensa orgánica de la soberanía nacional española, con una belicosidad verbal contenida, en el ámbito oficial. Contención compartida por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo -activista en relación a Catalunya- y por la mayoría de los ministros. Otra cosa son las portadas creativas de algunos periódicos y las arengas radiofónicas que aún subsisten, pese al lento giro episcopal hacia la moderación, que ahora oficiará Ricardo Blázquez, en sintonía con Roma.

Sobre el mapa autonómico, el presidente comentó lo siguiente en aquella reunión en la Moncloa en la que todo el mundo pensaba en un elefante. El elefante Bárcenas. Dijo: “Estamos desplegando una serie de leyes y de medidas para reforzar la unidad de mercado, evitar duplicidades administrativas, ahorrar gastos y, en definitiva, reforzar la solvencia de España ante el exterior. Estas medidas encuentran bastante apoyo en la sociedad y, evidentemente, no gustan a todo el mundo. Algunas de las simplificaciones que estamos planteando no serán aceptadas en algunas autonomías. No todo el mundo aceptará, por ejemplo, la eliminación del defensor del pueblo autonómico. Habrá aceptaciones y rechazos. Al final de este proceso seguramente tendremos un mapa autonómico diferente al actual”.

Rajoy no pronunció la palabra “asimetría”, puesto que este vocablo provoca sarpullidos en España. La vieja mitología igualitarista. “O todos o ninguno”. “Nosotros no vamos a ser menos” (detonante emocional de la rebelión autonómica andaluza de 1979-1980, dirigida políticamente por el PSOE frente a las contradicciones internas de UCD). “Nadie es más que nadie”, viejo lema castellano atribuido al líder comunero Juan Bravo; el sentimiento hidalgo derivado de la colonización de las tierras conquistadas. El igualitarismo presente en las páginas del Quijote: “No es un hombre más que otro, si no hace más que otro”. Un sentimiento de hidalguía que, llevado al extremo, conduce rápidamente a la envidia. La primera vez que Pasqual Maragall se pronunció a favor de un federalismo asimétrico, lo trataron, literalmente, de loco. Ahora ese concepto comienza a aparecer en los documentos oficiales del PSOE.

Rajoy no pronunció la palabra prohibida, pero en aquella sesión en la que todo el mundo pensaba en un elefante, expuso la vía del PP a la España asimétrica. Una asimetría no proclamada, para evitar inflamaciones. Una asimetría por la vía de los hechos, de las leyes y de los reglamentos. Se pasa el rodillo y el mapa queda modificado en función de las resistencias realmente existentes.

“Operación Aranzadi”, también podría llamarse. (Aranzadi, casa editora de la principal recopilación legislativa y jurisprudencia española, fundada por un nacionalista vasco que en 1936 se unió a los sublevados.) Uno de sus inspiradores, el actual subsecretario de la Presidencia, Jaime Pérez-Renovales, abogado del Estado y destacado colaborador de Soraya Sáenz de Santamaría en el plan de reforma de la Administración, sostiene que la asimetría autonómica en buena medida ya existe. “Lo del café para todos es una expresión que ha hecho fortuna, pero una vez radiografiada la situación se observa que Catalunya y el País Vasco son las autonomías con mayores competencias”, afirma.

Un rodillo uniformador que aplana todo lo que no resiste. Cabe otra imagen: un edificio antiguo en obras. La fachada se mantiene en pie, ninguna bandera desaparecerá del balcón, pero todo lo demás será reestructurado. Aquí instalamos unos sensores de control; aquí apretamos el grifo de la deuda: aquí eliminamos todos los impuestos autonómicos para controlarlos desde arriba; aquí cerramos unas cuantas embajadas; aquí levantamos tabiques y allí ponemos la cocina.

Los del principal segunda -ustedes ya me entienden- están irritados puesto que ese no era el trato de 1977, cuando fueron a buscar a Josep Tarradellas porque toda la obra podía hundirse. Irritados y con media familia decidida a marchar del inmueble. Los del ático tienen concierto.

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