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La UE teme otra fuga de depósitos en España por culpa del corralito de Chipre

La Unión Europea teme que la quita a los depósitos impuesta en el rescate de Chipre, que se arbitrará mediante una especie de corralito, provoque una fuga de dinero de los bancos de otros países en peligro de ser rescatados, como España o Italia. Aunque nuestro Gobierno salió ayer al paso de estos temores asegurando que la situación de la isla no es extrapolable a España, lo cierto es que varios de los líderes que se reunieron en la madrugada del viernes al sábado se opusieron a esta medida en Chipre por temor a provocar el pánico entre los ahorradores españoles. E incluso alguno de ellos no descarta que haya que imponer quitas similares en futuros rescates.

El temor que existe respecto a España es que los ahorradores opten por retirar su dinero del banco en grandes cantidades por miedo a que un futuro rescate de España -sea por la incapacidad de contener el déficit público o por la necesidad de inyectar más dinero a la banca- suponga una quita en sus depósitos. Además, «se ha quebrado la confianza en que los depósitos por debajo de 100.000 euros estaban garantizados; esa cifra era sagrada y ha saltado por los aires en Chipre, con lo que puede pasar lo mismo en otros países», explica un experto en el sector.Entre los que se opusieron a la quita a los depósitos se encuentran varios miembros de la Comisión Europea (que participaron en la reunión junto a los ministros de Finanzas de la zona euro, el BCE y el FMI), que se refirieron específicamente al peligro de retiradas masivas de fondos en España dada la inestabilidad de nuestro sistema financiero, según informa el Financial Times. De hecho, este temor fue una de las causas que retrasaron el acuerdo hasta altas horas de la madrugada, junto con la resistencia del Gobierno chipriota.El ministro holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, partidario de las tesis alemanas -que es quien ha impuesto esta quita a los depósitos para reducir el importe del rescate europeo-, no quiso descartar ayer categóricamente que los depósitos bancarios vayan a verse afectados en futuros rescates, y se limitó a decir que «no se está considerando actualmente para ningún otro país».No obstante, Jörg Asmussen, miembro del Consejo del BCE, quiso tranquilizar los ánimos y recordó que los programas de rescate ya en vigor están totalmente cubiertos por los fondos europeos y no tienen necesidad de recaudar nada de los depósitos bancarios. Entre esos rescates se encuentra el de la banca española por 40.000 millones, además de los de Grecia, Irlanda y Portugal.Las condiciones de rescate de 10.000 millones a Chipre incluyen la introducción de una tasa del 6,75% sobre los depósitos de hasta 100.000 euros y del 9,9% en los depósitos por encima de esa cantidad, una medida con la que Nicosia recaudará 5.800 millones de euros. Esta tasa ya se ha cobrado de golpe puesto que las entidades han retenido ya esa cantidad, y se han limitado las transferencias para impedir una retirada masiva de fondos, lo que supone un pequeño corralito. El martes volverán a abrir los bancos (el lunes es fiesta en ese país) y no se descarta imponer otras limitaciones si hay una retirada masiva de depósitos por temor a que en el futuro se les impongan nuevas quitas.Vuelven los viejos demoniosNo sería la primera fuga de depósitos desde que estalló la crisis. Ya en 2009, con el hundimiento de los mercados, y en 2010, con el rescate de Grecia y el miedo a una ruptura del euro y una vuelta a la peseta, muchos ahorradores con elevado patrimonio se llevaron su dinero fuera de España. El año pasado se registró otra salida de fondos, esta vez más generalizada, por el miedo provocado por el rescate europeo de la banca española. De esta forma, salieron 55.000 millones del sistema financiero, de los que 15.000 fueron a parar a entidades extranjeras. Esta pérdida de liquidez provocó la mayor restricción de crédito desde la quiebra de Lehman Brothers en 2008.Una nueva pérdida de liquidez -que agravaría el menor interés de los depósitos por las restricciones a los elevados tipos de interés por parte del Banco de España- restringiría todavía más el crédito en nuestro país e incrementaría la dependencia de las entidades españolas de la barra libre de liquidez del BCE. Esto puede volver a poner en duda la estabilidad de nuestro sistema financiero y provocar de nuevo el cierre de los mercados y la subida de la prima de riesgo de la deuda pública.

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