La UE necesita un acuerdo para acabar con la crisis

«Este es fundamentalmente un problema polí­tico y no económico. Alemania, sede del poder financiero del continente, tendrí­a que pagar la mayor parte de cualquier solución. Sin embargo, se resiste con un sentimiento justificado de que los alemanes ya han pagado un montón de rescates – y con un sentido más bien poco justificado de que los paí­ses deudores son los únicos culpables de la situación actual. Los exportadores alemanes se beneficiaron enormemente de los gastos excesivos de España, Portugal y el resto – que los bancos alemanes financiaron.»

En cualquier caso, si a los contribuyentes alemanes les irrita el rescate de los euroeos del sur, a los europeos del sur les molesta quedarse sin trabajo por la política de austeridad. Políticos realistas exigen que se ofrezca a los votantes de los países deudores algo más que una interminable austeridad forzada por Alemania, a fin de evitar que la UE se agriete. Hacer pequeños ajustes al rescate actual no será suficiente. Europa necesita un nuevo acuerdo, que reconozca la responsabilidad de deudores y acreedores, e imponga costos en consecuencia. (THE WASHINGTON POST) THE NEW YORK TIMES.- Incluso tras el hercúleo esfuerzo requerido para aprobar la ratificación por el Senado del nuevo tratado Start, el presidente Obama no tiene tiempo para descansar. El tratado, que prevé modestos recortes en las armas nucleares de largo alcance, está en camino a su aprobación por la Duma, la cámara baja del Parlamento de Rusia. Una vez que esto suceda, Washington y Moscú deben empezar rápidamente a hablar de otros acuerdos de mayor alcance. Dos décadas después del fin de la guerra fría, Estados Unidos y Rusia aún tienen miles de armas nucleares. No es creíble que los dos países aboguen por restringir las ambiciones nucleares de Irán, Corea del Norte y otros aspirantes a menos que sigan trabajando para recortar sus propios números. EEUU. The Washington Post La UE necesita un nuevo acuerdo para acabar con la crisis actual A medida que 2010 llega a su fin, las cosas están mejorando para la economía de EEUU. Los economistas han elevado sus previsiones de crecimiento para 2011, en parte debido al acuerdo fiscal entre el Presidente Obama y los republicanos en el Senado. El pronóstico a largo plazo sigue dependiendo de la carga de la deuda pública federal y estatal. Luego está la amenaza del otro lado del Atlántico. Los 27 miembros de la Unión Europea constituyen el mayor socio comercial de los Estados Unidos. Pero desde hace casi un año, la UE ha estado en las garras de una crisis monetaria que amenaza el crecimiento y la estabilidad en el continente – y posiblemente más allá. Los líderes de la UE han logrado evitar la crisis hasta ahora. Por desgracia, su solución a largo plazo sigue estando sin resolver. En una reciente cumbre, se comprometieron a sustituir al actual billón de dólares del fondo de rescate de emergencia –que expira en 2013– por una versión permanente, en virtud de la cual a los tenedores de bonos se les podría pedir que cargaran con pérdidas caso por caso. Alemania rechazó medidas más radicales, tales como la emisión de eurobonos garantizados, en última instancia, por Berlín y otros países de la eurozona financieramente sanos. Una vez que se concrete, el plan tendría que ser aprobado por todos los países miembros de la UE, incluyendo los 11 que no utilizan el euro. Mientras tanto, la respuesta de la UE sigue siendo más de lo mismo: exigir austeridad a los países más profundamente endeudados, como España, Portugal, Irlanda y Grecia – y esperar nuevos acontecimientos. Esto no va a funcionar. Teniendo en cuenta que el plan de rescate en curso vence en 2013, Europa tiene más de dos años para salvar el euro. Como señaló recientemente el analista de PIMCO [el mayor fondo de inversión del mundo en deuda soberana] Saumil H. Parikh: "Es concebible que uno o más incumplimientos soberanos en Europa den lugar a una crisis bancaria [en 2011], con consecuencias potencialmente perjudiciales en todo el mundo…." Dejando de lado las cuestiones técnicas, este es fundamentalmente un problema político y no económico. Alemania, sede del poder financiero del continente, tendría que pagar la mayor parte de cualquier solución. Sin embargo, se resiste a un más amplio alivio de la deuda con un sentimiento justificado de que los alemanes ya han pagado un montón de rescates – y con un sentido más bien poco justificado de que los países deudores son los únicos culpables de la situación actual. Los exportadores alemanes se beneficiaron enormemente de los gastos excesivos de España, Portugal y el resto – que los bancos alemanes financiaron. En cualquier caso, si a los contribuyentes alemanes les irrita el rescate de los europeos del sur, a los europeos del sur les molesta quedarse sin trabajo por la política de austeridad. Políticos realistas exigen que se ofrezca a los votantes de los países deudores algo más que una interminable austeridad forzada por Alemania, a fin de evitar que la UE se agriete. Hacer pequeños ajustes al rescate actual no será suficiente. Europa necesita un nuevo acuerdo, que reconozca la responsabilidad de deudores y acreedores, e imponga costos en consecuencia. Un modelo podría ser el elaborado durante la crisis de la deuda de América Latina en los años 80: a las naciones deudoras les fueron impuestas profundas medidas de austeridad y reformas estructurales que favorecían el crecimiento a cambio de que sus acreedores (principalmente bancos de EEUU) "reestructuraran", es decir, cancelaran una parte importante de sus obligaciones de cobro. Esto significaría para los bancos de Alemania, y, por extensión, a sus contribuyentes, recibir un golpe – y posiblemente uno grande. También requeriría que el país permitiera un crecimiento de los países deudores impulsado por las exportaciones, aceptando una menor cuota de mercado para sí mismo. Pero los líderes europeos a menudo dicen que harán lo que sea necesario para salvar el euro, debido a que el destino de todo el sueño europeo depende de ello. El tiempo de dejar de charlar y pasar a actuar se acerca rápidamente. THE WASHINGTON POST. 27-12-2010 EEUU. The New York Times Los siguientes tratados de armas Incluso tras el hercúleo esfuerzo requerido para aprobar la ratificación por el Senado del nuevo tratado Start, el presidente Obama no tiene tiempo para descansar. El tratado, que prevé modestos recortes en las armas nucleares de largo alcance, está en camino a su aprobación por la Duma, la cámara baja del Parlamento de Rusia. Una vez que esto suceda, Washington y Moscú deben empezar rápidamente a hablar de otros acuerdos de mayor alcance. Dos décadas después del fin de la guerra fría, Estados Unidos y Rusia aún tienen miles de armas nucleares. No es creíble que los dos países aboguen por restringir las ambiciones nucleares de Irán, Corea del Norte y otros aspirantes a menos que sigan trabajando para recortar sus propios números. Una de las tareas más urgentes es reducir –o mejor, acabar con– sus armas nucleares tácticas. Estas armas pequeñas, con un alcance de 450 a 600 kilómetros, no tienen utilidad militar o valor disuasivo. Asimismo, nunca han sido objeto de un tratado, o de cualquier otra verificación. Eso es lo que las hace tan particularmente aterradoras. Los Estados Unidos tienen cerca de 500 armas nucleares tácticas, incluyendo 180 en Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía. Estas armas son consideradas seguras. Pero el arsenal de Rusia es mucho mayor –entre 3.000 y 5.000– y, probablemente, vulnerable a la venta clandestina o el robo. El presidente Obama ya se ha comprometido a negociar reducciones de armas nucleares tácticas. Y puede tener algunos nuevos aliados: los republicanos que pidieron una enmienda lateral a los tratados del New Start requiriendo negociaciones sobre las armas tácticas dentro de un año. Si querían decir lo que dijeron –y no trataban simplemente de abortar la ratificación del New Start–, deben apoyar al presidente en las negociaciones y comprometerse a acelerar la ratificación de un tratado. Si Rusia renunciará o no a su "ventaja" en las armas tácticas es difícil de calibrar. Moscú siempre ha dicho que no negociaría hasta que Washington retirara todas las armas tácticas de Europa. Más recientemente, los funcionarios rusos parecen más abiertos a las discusiones. Las dos partes no puede detenerse aquí. También tienen que reducir el número de cabezas nucleares almacenadas – su "fondo de reserva". Se estima que Rusia y Estados Unidos tienen cada uno alrededor de 2.000 armas almacenadas. Algunas piezas de repuesto son necesarias para reemplazar en caso de fallo catastrófico de las ojivas desplegadas o de engaño por la otra parte, pero estas grandes reservas son mucho más de lo necesario. Rusia quiere incluir las defensas de misiles en cualquier negociación. Esto no tiene por qué ser motivo de ruptura. La administración ya ha logrado importantes avances al persuadir a Moscú a que coopere con la OTAN en el desarrollo conjunto de un sistema para interceptar misiles de alcance medio y corto. También instamos al Presidente Obama para presionar al Congreso a que ratifique el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos nucleares, firmado por el presidente Bill Clinton en 1996. Es casi imposible para los países que buscan poseer armas nucleares conseguirlo sin pruebas, por lo que el tratado es una herramienta poderosa para detener la proliferación. Pero no puede entrar en vigor sin su ratificación por Estados Unidos y un puñado de otros países. Los senadores republicanos bloquearon la ratificación en 1999. Pero hay pocos acuerdos más favorables a este país. Estados Unidos probó sus armas más de 1.000 veces antes de adoptar una moratoria voluntaria hace casi 18 años. El presidente Obama ya ha prometido una enorme inyección de dinero nuevo – 85 mil millones de dólares en 10 años– para garantizar que el complejo de armas nucleares sigue siendo seguro y estando al día sin necesidad de pruebas. El presidente George W. Bush se burló de los tratados de control de armas como una forma antigua de pensar. El presidente Obama tiene razón en reactivar las negociaciones, pero aún tiene mucho trabajo por delante. La amenaza de la proliferación nuclear y el terrorismo nuclear son amenazas muy claras y presentes. THE NEW YORK TIMES. 31-12-2010

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