La sucesión prevista por Francia

Además de la oposición y sus seguidores, muchos son los que consideran que Francia ha impuesto a los gaboneses «su» candidato. Aunque Parí­s dejó claro que no apoyaba a ninguno en concreto, el consulado tuvo que ser vigilado por 70 militares del sexto batallón de Infanterí­a de Marina. Por su parte, Total evacuó a su personal expatriado y familiares de Libreville, por si la revuelta continuaba.

En esos días, Francia tenía reparado un dispositivo de 1.000 soldados listos para proteger a los 10.402 expatriados, 8.193 en Libreville y 2.209 en Port-Gentil, además de salvaguardar los abundantes intereses franceses en el país. De hecho, existen más de 150 filiales o sucursales de empresas francesas implantadas en Gabón: Total, Elf-Gabón, Bouygues, Sogea, BNP, Paribas, Crédit Lyonnais, Société Générale, Axa… Gabón. Mundo Negro La sucesión prevista por Francia Alí Bongo Ondimba, hijo del fallecido presidente de Gabón y ex ministro de Defensa, fue declarado ganador de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 30 de agosto, con un 41,43 por ciento de los votos, según anunció el 3 de septiembre el ministro del Interior gabonés, Jean François Ndongou. En segundo lugar quedó el ex ministro del Interior, André Mba Obame, con un 25,88 por ciento del sufragio, mientras que el histórico líder opositor de la Alianza para el Cambio y la Restauración, Pierre Mamboundou, alcanzó el 25,22 por ciento. Poco después de hacerse públicos los resultados, el resto de candidatos presidenciales los rechazaron abiertamente. André Mba Obame no dudó en calificar los comicios de “golpe de Estado electoral”, argumentando que se habían encontrado numerosos fraudes y manteniendo que él era el presidente legítimo de Gabón. Obame, antiguo amigo de Alí Bongo y ahora rival suyo, aseguró a la agencia AFP: “Estoy soportando todo tipo de trampas, de provocaciones. Estoy expuesto a tentativas de asesinato, de complots. Los riesgos son enormes. Pero he sellado un contrato con el pueblo gabonés, y lo cumpliré hasta el final”. También lamentó que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se precipitara al felicitar al nuevo presidente. Mba Obame y ocho candidatos más presentaron un recurso ante el Tribunal Constitucional el 17 de septiembre alegando que el escrutinio había sido “falsificado”. Dos cosas llaman poderosamente la atención, según subraya el columnista del periódico keniano Daily Nation, Gitau Warigi: “El inesperado amplio margen entre el líder beneficiado y la oposición, y el sospechoso retraso entre el día de la votación y el anuncio de los resultados”. Según los medios de comunicación críticos, de una población de 1.331.138 habitantes, se ha ampliado el número de electores con otros 820.000 y se ha permitido votar a menores de 21 años (mayoría de edad en Gabón) para asegurar la victoria de Alí Bongo. Ante los indicios de pucherazo y “fraude masivo”, y después de varios días de tensa espera, el mismo día del anuncio comenzaron los disturbios en las calles de Libreville, la capital, y de Port-Gentil, la segunda ciudad más importante del país y feudo de Mamboundou, en donde las revueltas continuaron hasta el 6 de septiembre. Los jóvenes manifestantes, que coreaban esloganes anti-Alí y anti-Francia, atacaron la prisión y liberaron a los presos. También resultó incendiado el consulado de Francia. Asimismo, varios jóvenes descontentos atacaron un club social propiedad de la petrolera gala Total. Además de la oposición y sus seguidores, muchos son los que consideran que Francia ha impuesto a los gaboneses “su” candidato. Aunque París dejó claro que no apoyaba a ninguno en concreto, el consulado tuvo que ser vigilado por 70 militares del sexto batallón de Infantería de Marina. Por su parte, Total evacuó a su personal expatriado y familiares de Libreville, por si la revuelta continuaba. En esos días, Francia tenía preparado un dispositivo de 1.000 soldados listos para proteger a los 10.402 expatriados, 8.193 en Libreville y 2.209 en Port-Gentil, además de salvaguardar los abundantes intereses franceses en el país. De hecho, existen más de 150 filiales o sucursales de empresas francesas implantadas en Gabón: Total, Elf-Gabón, Bouygues, Sogea, BNP, Paribas, Crédit Lyonnais, Société Générale, Axa… Según el Gobierno, la violencia postelectoral se saldó con tres muertos, mientras que la oposición asegura que murieron al menos 15 personas, además de numerosos heridos y detenidos. Inmediatamente, el ministerio de Interior abría una investigación para depurar responsabilidades sobre los desórdenes ocurridos en Port-Genil. Además, el nuevo Gobierno prohibía abandonar Gabón a todos los líderes de la oposición, especialmente a los candidatos a la presidencia. La primera víctima de la restricción fue el opositor Paul Mba Abessole, que decidió no presentarse para apoyar la candidatura de Mba Obame. Abessole no pudo tomar el avión cuando pretendía viajar a Abiyán (Costa de Marfil) el 9 de septiembre. “Después de las formalidades propias, los policías me indicaron que habían recibido órdenes estrictas de no dejar viajar a ningún líder de la oposición”, afirmó Abessole. Una medida que muchos calificaron de “atentando a la libertad de circulación”. Antoine Glaser, director de la publicación La Lettre du Continent, en una entrevista concedida a la BBC hacía la siguiente valoración de las elecciones: “Todo el mundo sabía que Alí Bongo iba a ganar por las buenas o por las malas. Se está preparando desde 1986. En la época de Jacques Chirac ya había acudido a Matignon para anunciar que quería suceder a su padre y durante diez años ha sido ministro de Defensa. Quiere ser presidente a toda costa y suceder a su padre”. Queda claro, por tanto, que se ha cumplido de nuevo el deseo de Francia y con ello se han asegurado sus amplios intereses en el país. MUNDO NEGRO. 28-10-2009 Alemania. Deutsche Welle Acuerdo de coalición en Alemania: ¿se lleva el sistema social la peor parte? Bettina Marx "Queremos sacar al país de la crisis y hacer que entre renovado en la próxima década", puede leerse en el preámbulo del tratado de coalición que la CDU/CSU [Unión Cristianodemócrata/Unión Cristianosocial] y el FDP [Partido Liberal Alemán] han sellado tras tres semanas de arduas negociaciones. Sin embargo, cómo lograr este objetivo aparece definido sólo de forma vaga y sustentado básicamente por el principio de la esperanza. Esperanza de que la coyuntura mejore y la economía se recupere rápidamente, se creen nuevos empleos y la gigantesca deuda pública pueda reducirse. Pero, en realidad, lo que aquí se expresa son más ilusiones que esperanzas. Una cosa está clara desde ya: en el momento en el que el Gobierno comience a aplicar su programa, las deudas del Estado van a crecer. Ya el 1 de enero de 2010 quiere el nuevo Ejecutivo empezar con las rebajas fiscales. Se planean reducciones de impuestos por valor de 24.000 millones de euros anuales. Posibles subidas, como por ejemplo la del IVA, han sido categóricamente descartadas por la canciller, Angela Merkel. ¿De dónde va a salir entonces el dinero? Merkel, que presentó públicamente el acuerdo de coalición en compañía del jefe de la Unión Cristianosocial, Horst Seehofer, y del presidente del FDP, Guido Westerwelle, limitó sus aclaraciones a unos pocos formalismos. "Queremos adentrarnos en la senda del crecimiento", dijo en la conferencia de prensa celebrada en Berlín, y: "hay que pensar con dinamismo". El ciudadano debe disponer de más parte neta del sueldo bruto y el rendimiento tiene que volver a merecer la pena. Pero lo que el Gobierno piensa meterle el año que viene al ciudadano en un bolsillo, se lo va a sacar por otros. Al final, las descargas y las cargas acabarán equilibrando la balanza. La nueva orientación que se le quiere dar al sistema de salud sirve como ejemplo de por dónde van los tiros: la seguridad social pasa cada vez más a manos privadas, el principio de la solidaridad entre los asegurados se atenúa. La planeada reforma del seguro médico, que se espera iniciar en 2011, establece que en el futuro las subidas de las cotizaciones corran exclusivamente a cargo del trabajador. Aparte, los ciudadanos estarán obligados a contratar un seguro privado adicional que cubra la asistencia en el hogar en casos de invalidez o enfermedad. Las aseguradoras deben estar contentas. Van a firmar millones de contratos nuevos. Los contribuyentes deben de estar estremeciéndose al pensar en los millones de jubilados estadounidenses que invirtieron en rentas ligadas al mercado de capitales y que a raíz de la crisis financiera y gracias al despreocupado proceder con esos pagos de los consorcios aseguradores han quedado ahora relegados a la pobreza. Al final, ¿supondrá esto el paso del sistema alemán de financiación paritaria al sistema inversionista estadounidense? ¿Quedará cimentada la transformación sociale iniciada por el Gobierno de socialdemócratas y verdes y continuada por el posterior Ejecutivo de democratacristianos y socialdemócratas? ¿Continuará la redistribución de abajo hacia arriba, que incuestionablemente se produjo en los últimos tiempos? Los miembros de la próxima coalición gubernamental, que de buen ánimo se presentaban el sábado por la mañana ante la prensa, realizaban claros esfuerzos por no aparecer como los representantes de un Ejecutivo socialmente frío. Los tres líderes políticos aseguraron apostar por la justicia social y querer acabar con las injusticias aún reinantes. Esa es la promesa con la que conservadores y liberales se inician en esta legislatura. Por el cumplimiento de la misma serán juzgados. El ciudadano sólo puede esperar que una oposición fuerte le ayude en la tarea. DEUTSCHE WELLE. 26-10-2009

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