La economía de Japón cayó a una tasa anualizada de 12.7 por ciento en el último trimestre de 2008. Esta baja contrasta con 3.7 por ciento de Estados Unidos y 1.5 por ciento en la zona Euro.
Jaón es la segunda mayor economía del planeta, con un PIB de 4.84 billones de dólares. Tiene un superavit comercial de 80 mil millones de dólares y reservas de divisas de 954 mil millones. Sus empresas están entre las cinco primeras del mundo en automotriz, banca, artículos electrónicos y telefonía. No ha tenido quiebras de gigantes como Estados Unidos ni su banca estaba involucrada con las subprime. Todas estas fortalezas no le impiden estar en crisis. En realidad hacen más difícil explicar por qué tiene la mayor caída del PIB.La economía de Japón cayó a una tasa anualizada de 12.7 por ciento en el último trimestre de 2008. Esta baja contrasta con 3.7 por ciento de Estados Unidos y 1.5 por ciento en la zona Euro. Es el mayor descenso para Japón desde 1974, cuando el alza en los precios del petróleo le pegó. Una caída mayor a 10 por ciento deja atrás el término de recesión y permite hablar de Depresión.Las proyecciones indican que Japón sufrirá una caída mínima de 3.8 por ciento en 2009. Las exportaciones no mejorarán en el corto plazo. Estados Unidos es el destino de 20 por ciento de sus ventas externas y China se queda con 15 por ciento. El Tío Sam está en recesión. El dragón redujo 43 por ciento sus importaciones en enero de 2009.Las dificultades de Aso para agotar su mandato hasta septiembre se han agrandado con el escándalo del ministro Nakagawa, uno de sus más cercanos aliados y que anunció, aconsejado por sus compañeros, su dimisión para no ahondar la crisis de gobernabilidad.El gobierno conservador de Taro Aso, cuya popularidad bajó a menos de 10% a siete meses de las elecciones legislativas, se halla en dificultades para hacer aprobar todo tipo de ley en el parlamento. Sólo controla la Cámara de Diputados, mientras la oposición, que cuenta con mayoría en el Senado, se opone ferozmente con la esperanza de lograr una votación anticipada.A raíz de este bloqueo parlamentario, los dos planes de reactivación de un monto total de 49,900 millardos de yenes (415,000 millones de euros), anunciados a fines de 2008 por Aso, aún están en duda.El gobierno «es demasiado débil políticamente como para adoptar a tiempo las medidas que se imponen. Por lo tanto es probable que el declive de Japón continúe un cierto tiempo, incluso cuando la economía mundial comience a despegar», predijo Hiromichi Shirakawa, economista del Credit Suisse.El aumento del paro en un país donde el empleo conlleva por tradición un vínculo vitalicio y las medidas de recorte de gastos y empleo que han abordado las grandes multinacionales para contrarrestar la crisis han aumentado la desconfianza de los ciudadanos.Los principales bancos japoneses son sólidos, pero una menor demanda en los socios comerciales del país está arrastrando a la economía a una recesión, en medio de un alza en las quiebras en el sector de bienes raíces y en las pequeñas empresas.Toyota, Sony y otras corporaciones multinacionales anunciaron despidos masivos y proyectaron pérdidas netas para el período fiscal que concluye en marzo. La subida del yen, que encarece las exportaciones japonesas, ha intensificado la crisis.El único respiro para la popularidad de Aso llegó de manos de la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, que lo invitó a reunirse con Barack Obama en la Casa Blanca.Es considerado como un intento de fortalecer la alianza con el principal aliado de EEUU en Asia y podría ayudar a la pobre imagen pública de Aso.Clinton dejó en claro que la alianza entre ambos países tiene una «importancia vital» para enfrentar la crisis financiera mundial. «Al fortalecer nuestras alianzas históricas con Asia, comenzando aquí en Japón, podemos comenzar a construir juntos redes en todo el mundo para resolver los problemas que ninguno de nosotros puede resolver por su cuenta», destacó.