El partido de los trabajadores del Kurdistan

Kurdistán un conflicto olvidado

El antiguo Kurdistán, es una región del suroeste de Asia que engloba territorios de distintas naciones: Irak, Irán, Turquí­a, Armenia, Siria (actualmente a esta región se llama «el gran Kurdistán»).

Casi todo el mundo ha oí­do alguna vez hablar del Kurdistán y del conflicto kurdo. Sin embargo es muy oca la información que la opinión pública recibe sobre cual es la problemática y los procesos históricos de otros pueblos, como los kurdos, que sufren muchas de las desigualdades que conducen a muchos de los conflictos actuales.Cuando se hace referencia al pueblo kurdo es importante tener en cuenta dos cuestiones fundamentales: en primer lugar que representan la más numerosa minorí­a étnica sin estado del mundo (aproximadamente 22 millones); y en segundo lugar que, como pueblo, llevan décadas sobreviviendo a polí­ticas de exterminio, lo cual hace que la historia de este ancestral pueblo sea la historia de una resistencia.El antiguo Kurdistán, es una región del suroeste de Asia que engloba territorios de distintas naciones: Irak, Irán, Turquí­a, Armenia, Siria (actualmente a esta región se llama «el gran Kurdistán»). Las raí­ces de las actuales polí­ticas represivas del pueblo kurdo se remontan a después de la Primera Guerra Mundial, de 19l5 a 1925, cuando se da un proceso de lucha por el reparto del Kurdistán.En 1924, Attaturk proclamó la nueva república turca, prohibiendo la lengua kurda y toda manifestación cultural de los que consideraba oficialmente «turcos de la montañas».En 1925 se produce ampliación kurda del estado de Irak, se crea la Irak Petroleum Company con participación de EEUU, Gran Bretaña y Francia para el negocio petrolero.A la «lógica» nacionalista del nuevo estado turco se le unió la «lógica» colonial derivada del descubrimiento en el subsuelo del Kurdistán del «oro negro».Mediante los acuerdos de San Remo (1920) Francia y Gran Bretaña recibí­an de la SDN (Sociedad de Naciones) los «mandatos» (protectorados) de Siria e Irak respectivamente.En 1926 (pacto de Mosul) estos paí­ses llegaron a un acuerdo con Attaturk para el reparto de los beneficios del petróleo kurdo, al crearse la «Irak Petroleum Company» con capital británico, norteamericano y francés. El futuro del Kurdistán quedó establecido por los intereses de las compañí­as petrolí­feras ( British Oil, Irak Petroleum, Anglo Persian) que tuvieron su expresión material en el oleoducto Alepo-Mosul-Bagdad.Las polí­ticas represivas produjeron una gran cantidad de exiliados, refugiados y una fuerte emigración hacia Europa, sobre todo a Alemania (que cuenta con casi 1.000.000 de habitantes de etnia kurda) también a Italia, Francia, Suecia, EE.UU y Australia.En el plano económico, el territorio del Kurdistán es una zona rica en recursos naturales, como el agua y el petróleo, así­ como también en grandes extensiones de robles, zonas de pastoreo y es una de las mayores zonas cerealistas de «oriente medio», además de ser una zona de encuentro entre tres continentes y sus rutas comerciales.El partido mas fuerte es el P.K.K. (partido de los trabajadores del Kurdistán) en Turquí­a, fundado en 1978 y que en 1984 impulsó la organización de guerrillas. El partido, que adoptó entonces una lí­nea marxistaleninista, habí­a surgido seis años antes -el 7 de noviembre de 1978-, cuando las organizaciones de izquierda turcas se negaron a asumir el problema kurdo.el PKK -o más concretamente su brazo armado, el Ejército Popular de Liberación del Kurdistán (ARGK), que cuenta con unos 10.000-15.000 hombres- se ha enfrentado al Ejército más numeroso de la OTAN, después del de EEUU. Los intensos combates entre guerrilleros y soldados y la posterior represión estatal han provocado 31.000 muertos.En su último congreso, el sexto, celebrado en febrero en la zona montañosa enclavada en la frontera turcoiraquí­, la organización moderó sus postulados ideológicos y estratégicos. Renunció al marxismo leninismo, eliminó la hoz y el martillo de su bandera roja y aceptó, en lugar de la independencia, un Estado federal dentro de Turquí­a, que permita la educación y la lengua kurdas.En los últimos años los gobiernos de Siria, Turquí­a, Irak e Irán están cada vez más unidos en su polí­tica de persecución y represión contra los kurdos. Negociaciones como estas están siendo alentadas por los aliados occidentales para evitar la «Balcanización» de los paí­ses de Oriente Próximo.

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