La sanidad andaluza en cuidados intensivos

“Un paciente por minuto” fue la medida tomada para la atención primaria en Málaga capital durante el verano. Ante el rechazo unánime la Junta sólo tardó 4 días en retractarse. Pero se fotografía una vez más la realidad de un sistema público de salud asfixiado por los recortes.

Cinco centros de salud malagueños eran los afectados: Puerta Blanca, El Palo, Cruz Humilladero, La Roca y El Cónsul. De lunes a viernes, de 15 a 20 horas, los profesionales debían atender a cada paciente en sólo sesenta segundos. La aceptación por parte de profesionales y pacientes no podría haber sido peor.

La plataforma Basta ya se ha creado recientemente para mejorar las condiciones del personal sanitario. “Para nosotros, lo primero son los pacientes y nos esforzamos en atenderlos pese a la falta de medios que tenemos y a que el SAS (Servicio Andaluz de Salud) abusa de nosotros”, declaran.

Su portavoz, Carlos Bautisa, médico malagueño, denuncia en un vídeo en YouTube: “hoy he visto pacientes de un compañero que está jubilado desde hace muchos meses -y la Junta no cubre su plaza-, he hecho la consulta de una compañera que lleva un año de baja médica -tampoco se cubre-, he visto pacientes de un compañero de vacaciones y también he visto mis pacientes… he llegado a unos 60-70 en total”.

Por su parte, el Sindicato Médico de Málaga denuncia el ahorro de las contrataciones no efectuadas. Los profesionales se ven obligados a pasar el doble de consultas sin percibir en su nómina lo debido. No se cubren las plazas y mientras, la población de algunos municipios de la Costa del Sol se duplica o triplica en verano. La situación es insostenible.

La Junta de Andalucía ha reconocido el error de limitar el tiempo de la consulta a un minuto, y ha dado marcha atrás. Ahora defiende que se utilice “el tiempo que cada profesional determine”. Aun así, la indignación de los profesionales se ha destapado, mostrando los graves problemas de la sanidad andaluza.

¿Qué hay de fondo?

Andalucía es la comunidad donde menos se invierte en Sanidad por habitante. El gasto (previsto) es de 1.007,11 € por persona, mientras que la media nacional está en 1.232,60 €.

Además, gran parte del presupuesto destinado para la joya de la corona (como se refiere la presidenta de la Junta a la sanidad), no es utilizado finalmente. Así en 2016, sólo se empleó el 37,5% del dinero reservado para sanidad; porcentaje similar al de 2015, que fue del 38%.

Además, las plazas de formación sanitaria especializada se han reducido drásticamente en los últimos años. Según un informe de la federación de Sanidad de CCOO, desde 2011 se han perdido 711 contratos de médicos especialistas, que se estarían trabajando si se hubiera mantenido el mismo número de puestos de 2010.

Los enfermeros no han tenido mejor suerte. Se ofrece un 15% menos de plazas que en 2012. Una vez más, Andalucía está a la cola.

Ante la enorme presión popular, ejercida valientemente por pacientes y profesionales de la salud, desde Granada a Sevilla, pasando por Jaén o Málaga, la situación “parece cambiar”. Se ha aumentado el presupuesto en sanidad y a Junta se ha comprometido a aumentar en 15.000 el número de interinos. Pero no es suficiente.

Los recortes en sanidad matan. Es necesario atender a las demandas de los profesionales y los pacientes. Invertir en medicina preventiva, en formación y contratación de nuevo personal, otorgar los medios necesarios, dar el tiempo necesario para cada consulta… La capacidad de los profesionales andaluces ha demostrado ser inmensa aun en estos momentos de dificultades para ejercer su trabajo. Con los medios suficientes, Andalucía puede, y debe, ser un referente en salud para España y Europa.

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