Huelva. Movilizaciones

La rebelión de las Calles del Centro

Mientras los poderes locales de desgarran por salvar a las construuctoras locales, los pequeños comerciantes sufren la apatí­a polí­tica de los consistorios.

Los comerciantes del centro de Huelva se movilizan contra la eatonalización de la Gran Vía de esta ciudad. La Asociación de Comerciantes denuncia que todas las medidas de este tipo el ayuntamiento las toma sin consenso ninguno por lo que demuestra la gran desidia que recibe este sector. La asociación, Calles del Centro, manifestó que no apoyara ninguna medida de peatonalizar el casco urbano que no lleve consigo una alternativa en aparcamientos subterráneos. Si esto no fuera así los ciudadanos se alejarían del centro en beneficio de los grandes centros comerciales periféricos y en prejuicio del sector del pequeño comercio urbano. Este colectivo que es de los más afectados por la crisis económica de los últimos tiempos en Huelva denuncia la gran despreocupación del Consistorio por este sector socio económico. Anteriormente los comerciantes tuvieron que finalizar actividades lúdicas que organizaban en el centro urbano para animar las calles y las compras. Por ejemplo en la Plaza de las Monjas que tras su remodelación tuvieron que cesar las actividades organizadas. El Ayuntamiento prometió construir un aparcamiento en el parque de la Esperanza, como alternativa a la construcción en la Plaza de las Monjas que es lo que reivindicron los comerciantes. Pero esta promesa ha sido incumplida. Además las obras que supondría la construcción en Gran Vía lleva inevitablemente a la bajada del comercio urbano más lo que supone la bajada de aparcamientos en la zona ahora y en el futuro. Por esto Calles del Centro ha trasladado inmediatamente al Consistorio sus reivindicaciones y sus medidas de protesta. Cuando se trata de constructoras o faraónicos centros comerciales todas las ventajas son pocas para hacer que este negocio avance y amase plusvalías. A las constructoras se le diseña un plan de rescate de 9000 millones de euros, a las multinacionales se le hacen rebajas en impuestos municipales, a los faraónicos centros comerciales entradas para sus clientes, salidas directas de las autovías e incluso suelen tener el apoyo y la cobertura de la prensa. El pequeño comercio acosado entre impuestos, la competencia de los monopolios del comercio y el estrecho margen de beneficio no recibe absolutamente nada. Se convierten así en una especie de trabajadores expoliados por los impuestos al estado, los pagos a la banca donde lo único que le queda al pequeño propietario es un sueldo para la cantidad enorme de horas que invierte todos los días. Entre sus primeros pasos se encuentran la recogida de firmas por los barrios de Huelva. La campaña informativa entre los vecinos y una concentración semanal todos los viernes para exigir alternativas

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