El estado de la corrupción

La punta del Iceberg

Según el informe del Fiscal General del Estado, la Justicia tiene abiertas 730 causas contra polí­ticos españoles por corrupción. El informe lo encabeza el PSOE, con 264 casos abiertos; seguido del PP con 200; 43 para Coalición Canaria; 30 Convergencia i Unió; 24 del Partido Andalucista; 20 de Izquierda Unida; 17 del GIL; 7 de Unión Mallorquina; 5 de Esquerra Republicana de Catalunya; 3 del Bloque Nacionalista Galego; 3 del PNV; 1 de ANV; 1 de EA…; y otros 139 contra imputados independientes.

El informe no es, como lo resentan el Fiscal Conde Pumpido y los partidos afectados, una demostración de que la corrupción es un “mal menor” porque ¿sólo? afecta al 1% de los 66.000 concejales y alcaldes de toda España. No es un problema de individuos corruptos, señor Fiscal, señores del PSOE, del PP, de CiU…, sino un cáncer sistémico en el que están implicados altos cargos, empresarios, bancos, cajas y grandes grupos como las constructoras, hasta llegar a los tesoreros de los partidos, alcaldes y concejales.Tampoco es un problema reducido. ¿Les parece poco que uno de cada 100 cargos políticos esté implicado en una causa criminal? Pero sabemos además que los implicados son sólo la punta del iceberg, muchas veces ni siquiera son la cabeza de la trama. Porque la corrupción política es eso un conjunto de tramas organizadas en torno a las castas políticas en el poder autonómico y local para saquear los recursos públicos. ¿Cuántos hay alrededor de cada implicado judicialmente que son parte del sistema de encubrimiento, blanqueo del dinero o colaboración necesaria para que la trama funcione durante años?Por eso no se trata cerrando los casos una vez destapado el cabeza de turco. Es preciso cambiar el código penal para perseguir la corrupción política de raíz y acabar con el cáncer. Penas más duras, hacer responsables subsidiarios a los partidos, a los bancos o las empresas implicadas para que devuelvan todo lo robado… Sólo con un tratamiento similar al crimen organizado se puede acabar con esta lacra y regenerar la vida democrática.

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