SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

La primavera árabe como reflejo del desarrollo mundial

La combinación de los tres procesos -la competencia entre Arabia Saudita e Irán, la oposición interconfesional entre los chiítas y sunitas y la creciente preocupación internacional por el programa nuclear de Irán- genera una situación nueva. El riesgo de una operación militar en 2012 se incrementa, entre otras cosas, debido a la coincidencia de los intereses objetivos de países tan diferentes como Arabia Saudita e Israel, y todo esto en el contexto de la campaña electoral en EEUU. En el conflicto en torno a Siria se promueve al primer plano el elemento chiíta iraní: la presión del mundo árabe sobre el régimen alavista sirio parece cada vez más una guerra subsidiaria contra Irán.

La intervención de la OTAN en Libia ha mostrado, primero, que la adaptabilidad operacional de la alianza es bastante limitada, y además, que esta organización no es tan cohesionada como antes. Sus operaciones parecen no tanto una acción de la OTAN sino la de ciertos países que actúan en sus propios intereses. Francia y Gran Bretaña sacaron provecho de su liderazgo en la campaña, mientras que EEUU ensayó en la misma el protagonismo europeo.

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