Sara Baras

La Pepa por bulerí­as

La Pepa más jonda y sentí­a interpretada por la bailaora Sara Baras pone el broche de oro a los actos de celebración del bicentenario de la Constitución de 1812. «Mi Pepa es la voz del pueblo» dice la artista.

Sara Baras será la voz del pueblo encarnada de mujer. Una Pepa mujer y madre y que no calla. Un mosaico de estilos con la música de Keko Baldomero en un montaje nuevo e innovador. Para la promulgación de la Constitución: la farruca; para el pueblo gaditano un tanguillo; para La Pepa, las alegrías… Pero también seguirillas, fandangos, bulerías y guajiras en una impresionante puesta en escena. El proyecto ya tiene programado una gira mundial durante tres años que se iniciara en la ciudad de Cádiz símbolo de la libertad.

Sara Baras vuelve a los escenarios después de ser madre acompañada del coreógrafo José Serrano como artista invitado. El bailaor se meterá en la piel del presidente de Las Cortes . «Ha preparado unas farrucas preciosas. Para explicar ese romance entre La Pepa y el presidente necesitaba a alguien muy especial y, afortunadamente, nos ocurre que en mi baile hay parte del suyo, y en su baile hay parte del mío. Y eso es lo que hace mágica la escena» dice SaraEste nuevo espectáculo está dirigido por Sara Baras que además firma el guión y la coreografía. Keko Baldomero es el director musical y uno de los guitarristas del espectáculo junto con Miguel Iglesias. El espectacular diseño de luces de Oscar Marchena, Jose Luis Alegre y Sara Baras, la escenografía de Ras Artesanos y el vestuario de Torres & Cosano, ambos también gaditanos.

Llevar ese episodio histórico al flamenco no ha sido difícil: «La Pepa respira libertad y el flamenco es pura libertad, hay una unión que nos ha obligado a sentirnos muy libres y eso es algo maravilloso» dice Sara Baras. Empezó a escribir el guión cuando estaba embarazada llena de fuerza, ganas e ilusión por poder llevar al flamenco, al arte una constitución como la de Cádiz. Un espectáculo que le ha llevado más tiempo que cualquiera de sus anteriores montajes. Sara Baras ha reinventado su compañía para dar cabida a muchos artistas gaditanos buscando el plantel perfecto.

La Pepa, encarnada por Sara Baras, es «un aroma que toca casi todas las estampas», «la voz del pueblo en forma de mujer». «Yo digo que esta Pepa no es sólo un símbolo sino que es una forma de ser, un sentimiento, una esperanza, el carácter de nuestra tierra, y eso es lo que he querido transmitir «dice.»La obra empieza en la Guerra de la Independencia para después meterse en el puerto de Cádiz donde se ve el comercio marítimo y las cosas que representan al Cádiz de ese tiempo como la venta de seda, como los títeres, como los cafés donde se leía la prensa… Es importantísimo el papel de los periódicos, hemos metido un zapateado dedicado a los periódicos, y también se verán a esas señoras que hacían reuniones en casas privadas para hablar de política. Tertulias donde la Pepa también es una de esas señoras que permiten que se pueda hablar, decir y discutir lo que quieran, también se ve la influencia de las ideas que vienen del otro lado del charco…» Historia de unos zapatos

Artista de raza, capaz de interpretar a Carmen o a Juana la Loca y ahora a “la Pepa”. Hace más de veinte años que comenzó su andadura por los escenarios del mundo entero. Sus inicios, en Cádiz, su tierra, son parte de su historia. Su madre, Concha Baras, ha sido indiscutiblemente su mejor maestra que hizo de su hija su alumna más brillante. También ha recibido formación de grandes maestros de la danza entre los que destacamos Ciro, Manolete, El Güito, Dania González. «Sara Baras será la voz del pueblo encarnada de mujer»

Aprendió de los gitanos de Cádiz el arte, lo que unido a una técnica aprendida y a la disciplina hicieron de ella una artista capaz de llenar un escenario sóla. Pero su madre se negaba a que bailara sola, como ella deseaba; le decía que «una niña tiene que saber esperar y no acaparar protagonismo». Y así hasta los diecisiete años, en que la dejó soltar amarras.

Tras su debut en el teatro Alameda de Cádiz, actuó enseguida junto a los grandes como Camarón de la Isla, Tomatito, Manuela Carrasco, Pansequito antes de pasar a formar parte de la compañía de Manuel Morao, en la que gozaba de libertad para bailar en solitario, como hizo en 1989 en el programa-concurso de Televisión Española Gente Joven, en el que ganó el primer premio, o bien con otros grupos, como cuando bailó junto a su madre y Joselito Fernández en el montaje Leyendas, de la compañía de Paco Moyano, antes de viajar a Japón, en 1990, y actuar durante seis meses en la sala El Flamenco de Tokio.

Con la compañía Manuel Morao y los Gitanos de Jerez se convirtió en una artista de proyección internacional. Bailó en el teatro Éduard VII de París, en el teatro Town Hall de Nueva York, en la Bienal de la Danza de Lyon y en el Palacio de Congresos de París formando pareja artística con Javier Barón.

Ya en 1994 bailó al son del cantaor Enrique Morente, luego con la compañía de Paco Peña, con la que realizó una gira por varios países de Europa, y más tarde en la Bienal de Flamenco de Sevilla. Pero, no obstante la relevancia de todas las experiencias precedentes, fue a partir de la primavera de 1996, tras formar parte del espectáculo Mujeres, de la compañía de Merche Esmeralda, estrenado en el teatro Principal de Vitoria y que se paseó después por Madrid, Barcelona y el Festival de Segovia, cuando su colaboración con Antonio Canales la situó de inmediato a las puertas del éxito.

Antonio Canales se hallaba por entonces en la cima de su carrera. Sara se integró en su compañía como artista invitada en la producción Gitano (1996-1997), presentada en la Bienal de Sevilla y con la que acudió al Festival de Otoño de Madrid en el teatro Albéniz antes de recorrer las principales salas de España. La asociación entre ambos bailarines se prolongó hasta principios de 1999, pero antes, aprovechando la suspensión de un nuevo espectáculo de Canales, La Cenicienta, que ella debía protagonizar, decidió formar su propia compañía.

El Ballet Flamenco Sara Baras

Después de bailar con Antonio Canales, y trabajar y colaborar con grandes personajes de la música como el tenor Jose Carreras y el guitarrista Paco de Lucía Sara presentó su propia compañía, el Ballet Flamenco Sara Baras, a fines de 1997 cerrando l XXXVII Festival Nacional del Cante de las Minas. Con su siguiente espectáculo, Sensaciones, un recorrido por los distintos palos del flamenco en el que bailaba una farruca con pantalones puso en pie al Auditorio de Murcia, iniciando el gran despegue, y más adelante gracias al estreno, en el teatro Villamarta de Jerez, de Sueños, un nuevo montaje de su compañía ganó los premios Max.

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