Aminetu Haidar

La «Pasionaria» saharaui

Haidar es conocida como «la Pasionaria saharaui». Y realmente Aminatu pertenece a esa raza de mujeres inquebrantables, capaces de cristalizar con su ejemplo la lucha de todo un pueblo. Y esa es su fuerza incontenible. La que le ha permitido convertir su expulsión y confinamiento en el aeropuerto de Lanzarote en una victoria de la causa del pueblo saharaui. Pocas veces hemos podido comprobar con tanta radicalidad el antagonismo de principios entre una mujer luchadora y un puñado de hombres sin honor: el rey macaco marroquí­, el presidente francés empeñado en defender a su tirano local, y un vergonzoso Zapatero en su papel de mamporrero del sátrapa alauita.

Una mujer, un ueblo en luchaLa expulsión de Aminetu Haidar del Sahara no es un hecho casual. Desde principios de los noventa, Marruecos no había expulsado a ningún dirigente saharaui. Pero la estrategia de Rabat ha cambiado. Tal y como ha declarado Haidar, “Marruecos esta ahora llevando a cabo un proyecto basado en hacer desplazar los refugiados saharauis a países terceros”.Un proyecto que se encuadra en la agudización de la represión marroquí contra el pueblo saharaui. Junto a la expulsión de Haidar, otras siete figuras del independentismo saharaui han sido detenidas cuando regresaban de visitar los campamentos de refugiados en Tinduf, y están a la espera de ser juzgados por un tribunal militar que puede llegar a imponerles la pena de muerte. En la trayectoria personal de Aminetu está cristalizada la lucha del pueblo saharaui, como en otras muchas mujeres anónimas que nutren buena parte de las manifestaciones en las zonas ocupadas, y han sufrido por ello cárcel y tortura. Su historia comienza en 1987 cuando, con apenas 21 años, toma parte en una manifestación que exigía el referéndum de independencia. Aminetu es detenida y pasa, junto a otras 9 mujeres y 50 hombres, cuatro años en el infierno de las cárceles secretas marroquíes. La propia Aminetu nos relata la brutal represión en las mazmorras de Mohamed VI, ese personaje al que Sarkozy y Zapatero alaban “sus pasos hacia la democracia”: “Pasé encercelada, sin juicio, cuatro años, con los ojos vendados, día y noche. La comida no valía ni para los animales. Fui torturada durante tres semanas. Me aplicaron corriente eléctrica, me amarraron a una silla con cuerdas, me pegaron continuamente. En pleno invierno nos sacaban fuera y nos echaban agua helada. Los insectos vivían en mi cuerpo. Desconocíamos lo que pasaba fuera, y nuestros familiares desconocían si seguíamos vivos o no. Cada dos o tres meses traían perros salvajes. Hay dos personas que estuvieron conmigo que aún siguen con las marcas de los perros. Nosotras tuvimos suerte de no ser violadas aunque los guardas lo intentaron. Hay otras que sí lo han sufrido, y de forma brutal”.Pero los golpes sólo consiguen forjar aún más el acero, y Aminetu contesto con más rebelión y lucha a la represión.En 1994 forma parte del Comité de coordinación de las víctimas de desapariciones frozosas y detenidos del Sahara; en 2001 del Comité para la Liberación de Sidi Mohamed Daddach y todos los detenidos saharauis, en 2002 del Comité preparatorio de información sobre los desaparecidos saharauis… Aminetu Haidar se había convertido ya en un símbolo de la lucha del pueblo saharaui cuando, el 17 de junio de 2005, fue encarcelada tras ser apaleada brutalmente por la policía cuando organizaba una manifestación en la ciudad de Smara.El 13 de diciembre de ese año un tribunal marroquí la condenó a siete meses de prisión, en un fraudulento proceso repleto de irregularidades.La respuesta a este ataque supuso un aldabonazo para la lucha saharaui. Una campaña internacional de solidaridad obliga a Marruecos a liberar a Aminetu en enero de 2006. Una victoria que reaviva las manifestaciones en las calles de El Aaiún, e incluso da lugar a protestas de los estudiantes saharauis en la universidad de Marrakech.La figura de Aminetu se agiganta, reforzada por los sucesivos premios internacionales en reconocimiento a su inquebrantable lucha.Con su expulsión, Rabat intentaba separar de su pueblo a Aminetu, buscaba convertir a una luchadora en un mito en el exilio.Pero, otra vez, Aminetu ha triunfado en una lucha desigual donde sólo contaba con su voluntad de lucha y el aliento de todo un pueblo. Amas mucho más poderosas que la represión de cualquier tirano.

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