Rajoy se postula como alternativa a Zapatero para ejecutar los recortes que la banca exige

La otra cara de Botí­n

Como buen tahúr, Botí­n, el «padrino» de la banca, tiene las cartas marcadas y guarda un as en la manga por si el resultado de la partida no colma sus exigencias. Zapatero ha sido, desde su llegada a la Moncloa, el «negocio del siglo» para Botí­n. Pero los estragos de la crisis lleva camino de «quemar» al actual presidente. En estas condiciones, la gran banca puede necesitar echar mano de Rajoy, si Zapatero no es capaz de imponer los brutales recortes que Botí­n exige. Por eso el lí­der de la oposición, que hasta hace muy poco era vilipendiado y acosado desde todos los frentes, ha emergido como una estrella en alza.

Hasta hace muy oco tiempo, Rajoy era considerado poco menos que un cadáver político. El estallido del caso Gürtell parecía la puntilla para el líder de la oposición. Su autoridad era incluso cuestionada en el seno de su propio partido por Esperanza Aguirre.Pero, de repente, Rajoy es tratado ahora poco menos que como el futuro presidente in pectore.¿Qué ha cambiado en tan breve espacio de tiempo? Simplemente que Rajoy ha pasado a ser una baza real para Botín, que hasta hace muy poco se decantaba exclusivamente por Zapatero.El “programa anticrisis” que el líder del PP acaba de presentar estos días no puede ser más claro.Una reforma laboral donde se abarate el despido y se “flexibilice la negociación colectiva”… es decir donde se generen mejores condiciones para imponer una nueva rebaja salarial.Un drástico recorte del gasto público -que inevitablemente conllevaría tijeretazos en el capítulo social, como sanidad o pensiones-, para paliar el déficit público -generado por los multimillonarios planes de rescate bancarios-, y cuyo objetivo declarado es que no baje el ráting de la deuda -es decir que Botín no tenga que pagar más a los bancos extranjeros acreedores-.Y, por último, un espaldarazo a la “reordenación del sistema financiero”, es decir imponer una mayor concentración que haga todavía más grandes a los megagigantes bancarios.Las “recetas” de Rajoy son terriblemente sencillas: llevar adelante con mayor radicalidad que Zapatero el programa que Botín necesita. Para mantener al Santander como el primer banco de la zona euro, ya no es sólo suficiente con el rescate bancario. Es necesario un brutal recorte social, un gigantesco trasvase desde nuestros bolsillos a sus cuentas de resultados.Zapatero se prepara para imponernos a todos este proyecto. Este es el sentido de las subidas de impuestos, recortes de las pensiones o la futura reforma laboral.Pero el crédito de Zapatero para desarrollar el proyecto de Botín mientras nos confunde con banderas pseudoprogresistas como el enfrentamiento con la iglesia, la ampliación del aborto o la “memoria histórica” se está agotando.Según las últimas encuestas, el 52% desaprueba la gestión de Zapatero, y sólo un pírrico 24% considera que ganaría las elecciones si se presenta de nuevo.Impulsar la nueva oleada de recortes sociales que Botín exige para mantener sus beneficios puede suponer un desgaste excesivo para Zapatero. Y es en estas condiciones la gran banca está preparando a Rajoy como bala en la recámara por si falla su pistolero titular.Nunca ha quedado tan claro como Zapatero y Rajoy son las dos caras de Botín, dos maneras de imponernos el proyecto de la gran banca a la inmensa mayoría de la población.

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