SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La madrina` que quiere cambiar Alemania y dominar Europa

Alemania se encuentra en un momento de transición que puede terminar en una tercera dictadura, la Merkeliana. A trece meses de las elecciones generales y en plena rentrée tras las vacaciones, el mundo político y periodístico alemán se ha reactivado a conciencia con la presentación de Die Patin. Wie Angela Merkel Deutschland umbaut (La Madrina. Cómo Angela Merkel reforma Alemania), el libro que ha escrito Gertrud Höhler, una tertuliana y consultora en temas de comunicación que ha trabajado para el Deutche Bank y varios bancos suizos. Un ensayo no exento de polémica de casi trescientas páginas que disecciona la personalidad y las dotes políticas de Angela Merkel, a la que define como “una loba entre el silencio de los hombres”, “la chica de Kohl que se convirtió en ejecutora asesina”, “la ladrona de ideas” y “la agente del Este que aprendió que el silencio es oro”.

Höhler, una invitada habitual de los talk shows alemanes, considera que Merkel no es una mujer de ideas o de principios básicos, sino una máquina de ejercer el poder. Alguien que parece no tener sentimientos, que oculta emociones -especialmente cuando la han atacado o insultado-, que puede resultar simpática en una primera aproximación pero que destila coolness, es decir, ausencia de implicación personal con nada ni con nadie. Criada en un universo comunista, aprendió a leer entre líneas, como ella misma ha admitido, a callar y a no decir nada comprometedor, habida cuenta de que uno no se podía fiar de nadie. Ese modus vivendi lo ha seguido aplicando tras la caída del Muro, y así, según la autora, Merkel cree que lo que dices te delata, con lo cual, lo mejor es decir lo justo, sin que haya posibilidad de malinterpretar el contenido o el contexto.

En esta línea de ocultamiento, Merkel se comportó durante años como una corderilla que, en el fondo, albergaba la Loba que hoy conocemos: alguien que, con una maestría inigualable, ha echado del partido a los más brillantes quedándose con los más mediocres pero que le son fieles.

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