Violencia de género

La lucha de las mujeres, una fuerza imparable y en avance

Las manifestaciones y concentraciones convocadas por las organizaciones de mujeres en hasta cuarenta ciudades de toda España, frente al recorte de 120 millones de euros en el presupuesto contra la violencia de género, son una prueba más de que, desde la huelga general del 8 de marzo, las reivindicaciones de las mujeres pesan más que nunca en la sociedad.

Convocada por más de 300 asociaciones en defensa de los derechos de las mujeres y feministas (la Plataforma 7N contra las violencias machistas, Movimiento Democrático de Mujeres, Alerta Feminista, etc.), y con el lema “Compromiso = Presupuesto”, las mujeres vuelven a salir a la calle para exigir que el gobierno cumpla lo prometido con respecto al gasto del Estado para financiar la lucha contra la violencia machista.

El 28 de noviembre del 2017, se aprobó el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, un total de 213 medidas para combatir contra la violencia machista, lacra que ya ha costado la vida de más de 900 mujeres en tan solo 15 años, y 20 mujeres en el primer trimestre de 2018, según datos del Ministerio de Interior. En ese pacto, el gobierno se comprometía a financiarlo con un presupuesto de 200 millones de euros.

Sin embargo, lo que nos hemos encontrado el 3 de abril, con la presentación en las Cortes Generales del Proyecto de Presupuestos Generales del Estado, es que el Estado va a dedicar sólo 80 millones de euros para el cumplimiento de las 213 medidas contra la violencia machista, los que va a repartir entre los distintos ministerios encargados de luchar contra la violencia de género. Los 100 millones que se debería destinar a las Comunidades Autónomas y los 20 millones a los ayuntamientos, para que éstos puedan actuar contra el maltrato machista, se han quedado en cero.

Para hacer frente a otra nueva injusticia contra las mujeres, la sociedad entera vuelve a salir a la calle. Como bien dice el manifiesto convocante del 16 de Mayo: “No es que no haya dinero, es que sus prioridades son otras: el aumento del presupuesto de Defensa en 819 millones (el 10,7% respecto al año pasado) o seguir financiando rescates de bancos y autopistas. En decir, la dignidad de las vidas del 51% de la población, no es una prioridad para ellos. Pero nosotras no vamos a permitir que nuestros derechos queden en papel mojado”.

El 8 de Marzo, un antes y un después

El éxito de la Huelga General de las mujeres trabajadoras del 8 de marzo ha trazado una línea en la sociedad de la cual ya es imposible retroceder. La lucha que ha permitido su triunfo, ha generado una huella imborrable en toda la sociedad.

Lo hemos visto en la propia celebración del 8 de marzo, con una participación y movilización abrumadoras, y no sólo de las mujeres sino de todo el país.

También en la respuesta multitudinaria y masiva a la injusta sentencia contra los miembros de “La Manada”, negando el delito de violación. Consiguiendo que el ministro de Justicia Rafael Catalá deba incluir a mujeres en la Comisión para la reforma del Código Penal.

Y por no olvidar, el avance del movimiento de “las Kellys”, obligando al presidente Rajoy a tener que reunirse con ellas en La Moncloa para escuchar sus reivindicaciones.

Desde la movilización del 8 de marzo, todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales se ven obligadas a tomar posición ante cada una de sus reivindicaciones: acabar con la violencia de género, acabar con una justicia y una educación en sistema de valores patriarcal, acabar con la brecha salarial (y también en las pensiones), acabar con la precariedad laboral, que en mayor medida afecta a las mujeres, etc.

Al igual que los pensionistas han salido a la calle, y siguen saliendo, para defender las pensiones (tanto actuales como futuras), las mujeres también lo hacen para defender sus derechos, y arrastran con ellas a la gran mayoría de la población, de quien gozan toda su simpatía, apoyo y solidaridad.

Estamos en una nueva etapa, donde las mujeres ya no se limitan a denunciar, sino que ahora también exigen. El gobierno prometió 200 millones en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género y no van a detenerse hasta que como mínimo cumpla con lo prometido. Y con ellas tiene que marchar todo el país, como pasó el 8 de marzo, el día donde el mundo paró y que desde entonces, nada es igual para las luchas y reivindicaciones de las mujeres.

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