Cargando...La vicepresidenta y consejera de Economía del Gobierno de Navarra, Lourdes Goicoechea, ha estado en su papel al desmentir a su exdirectora de Hacienda, Idoia Nieves. Ha negado injerencias en la Hacienda Foral de Navarra, como no podía ser de otra forma. Es lógico que la declaración no haya convencido casi ni a los suyos, y en especial a los socialistas navarros, que piden una investigación por tráfico de influencias. Y a partir de aquí podrá salir casi todo. Porque el caso de a absorción de Banca Cívica, donde la CAN tenía una situación de privilegio, no ha terminado. El caso sigue abierto en la Audiencia Nacional, pero allí puede ir para muy largo. Como la mayoría de los casos que investigan la quiebra de las cajas.
De ahí que los socialistas navarros quieran que se diluciden las responsabilidades políticas de forma más rápida. No vale escudarse en que los abertzales quieren buscar excusas para hacerse con el poder en Navarra. El expolio de la caja hay que investigarlo, como hay que investigar la actuación de la presidente de la Comunidad.
Porque el tsunami desencadenado por Idoia Nieves cuando explicó su dimisión así lo exige. Nieves acusó a Goicoechea de injerencias, y a la presidenta, Yolanda Barcina, de haber pedido eventualmente a Goicoechea que consiguiera información tributaria de los consejeros de la extinta Caja de Ahorros de Navarra. La confesión de Idoia Nieves ha puesto en precario al Gobierno en minoría de Unión del Pueblo Navarro desde que destituyera a su entonces vicepresidente del Gobierno, el secretario general de los socialistas navarros, Roberto Jiménez. Es el que más quiere cobrarse la pieza y claramente, no por una cuestión de apoyar a los partidos abertzales.
De momento, la comparecencia de la consejera de Economía, Lourdes Goicoechea, no se ha dado por concluida y pasadas más de tres horas ante la comisión de investigación del Parlamento foral de Navarra tendrá que volver a comparecer de nuevo este martes. Pese a que la comparecencia puede quedar en muy segundo lugar dado el inicio del debate del estado de la Nación, la oposición en Navarra no quiere dejar pasar la oportunidad. Ya se han ido muchos sin asumir responsabilidades.
Era lo previsto. En varias ocasiones, Lourdes Goicoechea, ha tenido que responder que no se acordaba de algunos asuntos y negar que pidiera a Idoia Nieves Nuin, la ex directora gerente de la Hacienda Tributaria de Navarra hasta el pasado 20 de enero, fecha en la que presentó su dimisión irrevocable, el plan de inspección para conocer si había alguna empresa de su anterior asesoría fiscal.
Goicoechea ha tratado de mostrar que tan no ha querido intervenir a favor de ninguna empresas, que incluso acordó no devolver el IVA a las empresas en el calendario previsto para cumplir con el objetivo de déficit, insistiendo además que «nunca» ha dado orden de actuar contra la ley ni para dar un trato de favor a nadie. Tampoco a la Universidad de Navarra, pese a que en ese caso expresó su desacuerdo con una actuación de la inspección.
La única actuación que ha admitido está relacionada con una pequeña empresa del sector agroalimentario que había sido cliente suya, pero su intervención se debía al delicado momento que atravesaba tras un grave accidente laboral. En ningún caso esta actuación la realizó para obtener beneficio personal.
Más importante que la declaración de la Consejera es la batería de preguntas previstas para la presidenta del Gobierno navarro, que debe comparecer esta misma tarde para responder por la actuación del Ejecutivo foral en torno a la Hacienda Navarra y de su propia intervención persona en el caso.
Aunque no se esperan novedades relevantes, la presidenta no va a declarar en su contra, es la comparecencia más mediática de un caso que parece abocado a anticipar las elecciones y a abrir futuras investigaciones sobre nuevos casos de favor en la CAN. Haberlos los ha habido. Y los investiga en el ámbito judicial la Audiencia Nacional. Pero esto llevará muchos años antes de que salga el primer juicio. Para entonces ya se habrán celebrado muchas elecciones.