La 2 estrena la serie de Oliver Stone sobre la historia oculta de EEUU

La historia no contada de una superpotencia

Oliver Stone, el cineasta que desde las entrañas de Hollywood se atrevió a sacar a la luz los «demonios imperiales», cuenta la «historia oculta» de la superpotencia yanqui.

Bajo la denuncia de que “EEUU está podrido y nadie ha tenido agallas para cambiar nada”, Oliver Stone anuncia que “queremos darle la vuelta a todo, poner en duda lo establecido”. Y promete desvelar “los patrones importantes del poder, conocer el porqué y el cómo Estados Unidos se convirtió en un Imperio”.

La 2 nos ofrece la oportunidad de conocer el punto de vista de una izquierda norteamericana que existe aunque a muchos sorprenda.

Y, como en todas sus películas, Oliver Stone cumple con su máxima de no dejar indiferente a nadie. «EEUU está podrido y nadie ha tenido agallas para cambiar nada (Oliver Stone)»

Oliver Stone demostró en “JFK” ser capaz de denunciar como la burguesía norteamericana, a través de la CIA y el Pentágono, había instaurado una dictadura capaz de asesinar a un presidente si no se plegaba a sus dictados.

En “Nacido el 4 de julio” dirigía sus dardos contra el imperio, capaz de utilizar a la juventud norteamericana como carne de cañón en Vietnam.

Y se ha atrevido a proclamar públicamente su apoyo a Fidel Castro o a Chávez, cuando éstos habían sido señalados por Washington como el corazón del “eje del mal” en un mundo hispano que lucha por no volver a ser nunca más el “patio trasero” del imperio.

Ahora, Oliver Stone se rebela contra las mentiras que han justificado durante décadas el dominio yanqui sobre el planeta. Mentiras que el cineasta norteamericano vivió en primera persona: “Crecí en un ambiente muy conservador. Necesité más de treinta años en cambiar mis ideales, fue muy lento. En los setenta viví algunas revelaciones que me transformaron: y cuanto más investigas más te das cuenta de lo equivocado que estabas. Formo parte del imperio americano, vivo en Nueva York, he sido bendecido con un montón de privilegios, pero debes rebelarte contra esos privilegios”.

Porque a Oliver Stone lo que le ha movido es la sensación de engaño que se desprende de la historia que se estudia en los colegios de Estados Unidos. Y los documentales están especialmente dedicados a ellos. De montaje visual extraordinario, los capítulos están repletos de documentos sonoros e imágenes impactantes, articulados con un ritmo vibrante. La voz en off del cineasta guía al televidente para que siga de su mano la historia. No hay entrevistas, sino todo poder de la imaginería visual del cine dedicada a desvelarnos ese lado oculta de una historia que es también la nuestra.

Cómo hemos llegado hasta aquí

El primer capítulo de la serie es una declaración de intenciones. Dedicado a destruir el mito –muy productivo para el dominio norteamericano, y explotado por Hollywood- de que fue EEUU quien liberó a Europa de la tiranía nazi.«Si queremos conocer los orígenes de los recortes que nos impone el FMI, debemos conocer la “historia oculta” de EEUU»

Es valioso que sea un director norteamericano quien nos muestre que fue el heroísmo del pueblo soviético quien derrotó a la ofensiva hitleriana, liberando a Europa de la barbarie nazi.

Stone no “confraterniza” con Stalin, a quien califica de “dictador”. Pero se muestra sinceramente conmovido ante la lucha del pueblo soviético, y reivindica para él los laureles de la victoria sobre el nazismo, que usurparon generales norteamericanos.

No esconde cómo amplios sectores de la burguesía norteamericana o británica apoyaron a Hitler, para que erradicara, barriendo del mapa a la URSS, “el peligro del bolchevismo”.

Y bucea hasta la Guerra Civil española, para recordar como los grandes monopolios norteamericanos respaldaron a Franco para que quebrara la resistencia del pueblo español, que amenazaba sus intereses de explotación.

El tercer capítulo dirige su atención hacia las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaky.

Frente a la “historia oficial”, que nos lo presenta como “un genocidio justificado” porque era la única manera de detener al imperialismo nipón y evitar más sufrimientos, Stone desvela que Japón estaba ya derrotado, y que Truman aprobó las dos masacres con el único objetivo de certificar, exhibiendo el criminal monopolio del arma atómica, que EEUU saldría de la IIª Guerra Mundial como una superpotencia capaz de imponer su ley sobre todo el planeta.

La cuarta entrega desvela la construcción de la nueva arquitectura del poder mundial, destinada a convertir a EEUU en la única superpotencia. Erigiéndose en el “policía del mundo” capaz de perpetrar invasiones o golpes de Estado en los cinco continentes. Y dotándose a través del FMI o el Banco Mundial de tentáculos económicos que siguen utilizando hoy para saquearnos.

Oliver Stone desvela que «Estados Unidos es hoy el gobierno sin ley, nadie se mete con nosotros, somos el imperio que lo controla todo, una sociedad agresiva y militarista, y yo cuento cómo hemos llegado hasta aquí».

Y lo hace huyendo de fórmulas fáciles. Como cuando negó que George W. Bush –al que dedicó una inmisericorde película- fuera la encarnación del mal. Para Stone, Bush “no es una aberración, sino otro ejemplo de los productos que nacen de la política imperialista americana”.

Al mismo tiempo, Stone carga contra Barack Obama, al que apoyó en 2.008, pero que ahora declara “sentirse estafado por él, porque no ha ha llegado a hacer lo que prometió. Se limitó a coger el dinero de Wall Street. Y ha continuado las políticas ilegales de Bush”.

Para concluir que Obama “es un producto del sistema que muestra la serie, y ningún hombre puede con el imperio”.

La “historia oculta” que desvela Oliver Stone es también la nuestra. Porque EEUU se convirtió en una superpotencia capaz de intervenir en todos los rincones del planeta, también en España.

Si queremos conocer los orígenes de los recortes que nos impone el FMI, debemos conocer la “historia oculta” de EEUU.

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