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La fiesta mexicana de Santander

Cuando se trata de vender activos, la sincronización de Emilio Botín es difícil de criticar. Desde la venta de la italiana Antonveneta en 2007 a la OPV por su unidad brasileña en 2009, el jefe de Santander tiene un don para vender en el pico. Los inversores deberían tenerlo en cuenta mientras el banco español se prepara para sacar a Bolsa a su filial mexicana.

Es fácil ver por qué Santander quiere realizar una OPV mexicana. La economía está creciendo a un ritmo saludable, el crédito está fluyendo y la morosidad está disminuyendo, exactamente lo contrario que en España. También hay espacio para crecer: los créditos bancarios significan solo el 20% del PIB, mientras que en Brasil son el 49% o del 80% en Chile. Mientras, al Santander le vendría bien un colchón adicional capital

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