SELECCIÓN DE PRENSA INTERNACIONAL

La Fed sigue adelante con compras de bonos

La Reserva Federal de Estados Unidos indicó que seguirá adelante con su programa de compra de bonos de US$85.000 millones al mes e insinuó que podría incluso acelerar el ritmo si el desempleo sigue siendo alto y la inflación continúa siendo moderada.

El pronunciamiento del miércoles que culminó una reunión de dos días representó un cambio en el tono del banco central.

En marzo, cuando el mercado laboral de EE.UU. parecía mejorar, la Fed comenzó a analizar cómo y cuándo empezar a retirar los programas de estímulo. En el comunicado divulgado el miércoles, sin embargo, la entidad no dio ninguna señal de que se inclina a reducir las compras de bonos. Advirtió, en todo caso, que podría «incrementar o reducir» las operaciones mensuales, dependiendo de la evolución de la inflación y del empleo en los meses siguientes.

La inflación de EE.UU. ha quedado claramente por debajo de la meta de 2% de la Fed, como parte de una moderación global de los precios. Esto le ha dado luz verde a la Fed y a otros bancos centrales de las economías desarrolladas para seguir adelante con sus planes para fomentar el crecimiento mediante la inyección de nuevos fondos en la economía mundial.

Se prevé que el Banco Central Europeo recorte hoy su tasa de referencia a corto plazo como reacción a la contracción de la zona euro y una caída de la inflación.

El Banco de Japón, mientras tanto, ha aumentado drásticamente sus compras de bonos este año en un intento por hacer que la inflación llegue a 2% tras 15 años de deflación.

Las compras de bonos de la Fed están orientadas a reducir las tasas de interés de largo plazo e inyectar fondos en el sistema financiero, lo que impulsaría el crédito, el gasto y el empleo.

La otra cara de la moneda de las políticas de estímulo de la Fed, el BCE, el Banco de Japón y otros bancos centrales de las economías desarrolladas es la apreciación de los activos considerados de mayor riesgo como las acciones, la deuda que ofrece retornos más altos y las monedas de los países latinoamericanos.

Una amenaza que la Fed subrayó el miércoles es lo que está haciendo el resto del gobierno estadounidense. «La política fiscal está restringiendo el crecimiento económico», aseveró la Fed en una crítica directa a las alzas de impuestos y recortes de gastos que buscan disminuir el déficit fiscal de EE.UU. en el corto plazo. Ben Bernanke, el presidente del banco central, ha exhortado al gobierno del presidente Barack Obama y al Congreso a acordar un plan de largo plazo que reduzca el déficit fiscal sin perjudicar la recuperación de la economía, que sigue siendo frágil.

La disminución de la inflación a nivel global es uno de los acontecimientos más sorprendentes que confrontan la Fed y otros bancos centrales.

El Departamento de Comercio de EE.UU. reveló el lunes que los precios al consumidor en EE.UU. apenas subieron 1% en los 12 meses que concluyeron en marzo, muy por debajo de la meta de la Fed de 2%. En tanto, la inflación en los 17 países que componen la zona euro alcanzó 1,2% en abril, la menor tasa en más de tres años y bastante por debajo del objetivo de 2% del BCE.

En teoría, los bancos centrales pueden aumentar la oferta de dinero que fluye por el sistema financiero, lo que debería disminuir el poder adquisitivo del mismo dinero y, por ende, crear inflación. Pero muchas empresas tienen problemas para aumentar sus precios debido a la debilidad de la demanda global.

Varios indicadores sugieren que las presiones inflacionarias han retrocedido en las últimas semanas. Los precios futuros de materias primas como el petróleo, el algodón, el azúcar y el oro están por debajo de sus niveles de un año atrás.

Muchos economistas prevén una contracción de la zona euro en 2013, por segundo año consecutivo. Al mismo tiempo, el crecimiento de mercados emergentes como China no ha repuntado significativamente después de la desaceleración del año pasado. «Cualquier curso básico de economía indica que si tienes un crecimiento global mediocre por un tiempo, la inflación será más baja», aseveró Bruce Kasman, economista jefe global de J.P. Morgan Chase

Deja una respuesta