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La Fed lanza una nueva ronda de estí­mulo

La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), frustrada por la alta tasa de desempleo y la débil recuperación económica, puso en marcha un enérgico paquete de estímulo monetario que incluye la compra de valores hipotecarios y promete mantener bajas las tasas de interés durante varios años.

«Queremos ver más empleos», reconoció el jueves Ben Bernanke, presidente de la Fed, en una conferencia de prensa tras el anuncio del plan. «Queremos ver un desempleo más bajo. Queremos ver una economía más vigorosa que genere una mejora sostenible».

El anuncio del banco central fue un tónico para los mercados y los inversionistas se abalanzaron sobre las acciones, materias primas como el oro, el euro y otros activos que se podrían beneficiar de la inyección de liquidez.

El Promedio Industrial Dow Jones trepó 206,51 puntos, un alza de 1,6%, para quedar en 13.539,86 unidades, su mayor nivel desde diciembre de 2007. Los precios del petróleo y otros commodities también subieron.

Bernanke, consciente de la controversia que podría surgir al emprender un paquete de estímulo tan cerca de una elección presidencial, trabajó durante semanas para abonar el terreno para el nuevo programa, explicando lo que vendría y las razones que lo justifican. (Ver nota relacionada).

La parte más importante del programa de la Fed es la compra de US$40.000 millones en valores respaldados por hipotecas al mes, una medida que estará en vigencia hasta que repunte el mercado laboral, un compromiso inusualmente firme de parte de un banco central.

La compra de bonos busca reducir las tasas de interés a largo plazo e incentivar a los inversionistas a optar por activos de mayor rendimiento como las acciones. También se espera un debilitamiento del dólar, en parte debido a que la Fed está imprimiendo dinero para financiar las compras de activos. En ocasiones anteriores, algunos países emergentes han acusado a la Fed de contribuir a inflar el valor de las monedas locales, lo que dificulta el manejo de la política cambiaria y encarece las exportaciones.

Bernanke ha argumentado que la compra de valores hipotecarios debería estimular el gasto, la inversión y las exportaciones, aunque los economistas de la propia entidad discrepan sobre la magnitud de tales beneficios.

Mediante la compra de bonos hipotecarios, la Fed busca apuntalar en particular el alicaído mercado inmobiliario de EE.UU., que está mostrando señales de estabilización. Las tasas hipotecarias fijas a 30 años promediaron 3,55% el miércoles, frente al 4,09% de hace un año, según los datos de Freddie Mac.

Los US$40.000 millones al mes que cuesta el programa de compra de bonos suena como un precio relativamente modesto en comparación con el plan de US$1,25 billones (millones de millones) lanzado por la Fed en marzo de 2009 y el de US$600.000 millones iniciado en noviembre de 2010. No obstante, la nueva iniciativa podría llegar a ser muy grande y la Fed indicó que podría incrementarse.

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