SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La explosión de la deuda pública de España

La mayoría de los análisis que se han hecho sobre la actual crisis sistémica son incorrectos y están cargados de una profunda ideología. Ofrecen un diagnóstico erróneo sobre las razones que la han provocado y, como consecuencia, las recetas expedidas no hacen sino ahondar aún más el empobrecimiento de nuestro país. Detrás de dichos diagnósticos y recetas, además de una tremenda incompetencia estructural, se oculta la defensa de los intereses de una clase, la superclase, término acuñado por David Rothkopf, editor de la revista Foreign Policy.

La superclase se ha quitado definitivamente la careta. Impone sus condiciones al poder político, teóricamente emanado de la voluntad popular. Si hay que mentir a la ciudadanía descaradamente, se hace, y punto. Para ello cuentan, con el apoyo inestimable de unos medios de comunicación que, ahogados en sus miserias económicas, han hecho definitivamente dejación de responsabilidad.

No hay ningún proceso de recuperación en ciernes, ni lo habrá, mientras no se reduzca de manera drástica, bien por reestructuración o bien por extinción, el volumen de deuda total de nuestro país. Y da igual lo que afirme el gobierno de turno o cualquiera de los instrumentos de control masivo por parte de la superclase –organismos multilaterales, agencias de calificación estadounidenses, bancos centrales…-

Los últimos datos sobre la deuda de España

Como saben ustedes desde estas líneas siempre hemos mantenido que la actual crisis sistémica de la economía española se encuadra dentro de lo que técnicamente se denomina una recesión de balances privados. Con el paso del tiempo la superclase decidió que fuera la sociedad quien pagara sus desaguisados. Y el brazo político de turno, en una vergonzosa posición de genuflexión, acabó arrodillándose. Como corolario, la deuda pública de la inmensa mayoría de occidente se disparó, muy espacialmente en nuestra querida España. Lo que empezó siendo una crisis de deuda privada acabó transformándose en un problema de deuda soberana.

Bajo este análisis es vital seguir, actualizar y analizar la evolución de la deuda de nuestro querido país a partir de los datos publicados por Banco de España y recogidos, dentro del apartado de estadísticas, en el epígrafe cuentas financieras de la economía española, concretamente en el capítulo 2. En los cuadros 1 y 2 presentamos los datos actualizados con los últimos datos disponibles.

Cuadro 1.- Evolución Deuda de España por sectores, período 2007-actualidad (millones de euros)

Cuadro 2.- Evolución Deuda de España por sectores en el período 2007-actualidad (%PIB)

Como se puede observar en los cuadros adjuntos 1 y 2 la deuda total de la economía española supera los 4,3 billones de euros, más de un 425% de nuestro PIB. La cifra está claramente por encima del stock de deuda en el inicio de la crisis en 2008. Pero sin duda alguna lo más destacado es el aumento exponencial de la deuda pública, especialmente bajo el gobierno del actual ínclito monclovita. Si en el período 2007-2011, en cuatro años, la deuda pública se expandió en algo menos de 400.000 millones de euros; en los dos años de Rajoy “el austero” se ha incrementado en más de 400.000 millones. ¡Y luego algunos hablan de la herencia recibida!

Si analizamos en profundidad los cuadros, bajo Rajoy “el austero”, en una proporción casi idéntica al incremento de la deuda pública, se ha ido reduciendo la deuda privada, muy especialmente la del sector bancario. ¿Paradójico, verdad? Luego el lobby bancario y sus servicios de estudios nos hablarán de la ineficiencia del sector público y exigirán recortes adicionales del gasto en educación, sanidad, dependencia, y demás “despilfarros”.

La actual dinámica de deuda es insostenible

¿Cómo es posible semejante incremento de la deuda pública cuando se hunde el gasto social, las inversiones en infraestructuras, y el gasto en investigación, por ejemplo? Muy sencillo detrás de la tan cacareada política de austeridad solo existe un ajuste de cuentas de las élites gobernantes y económicas patrias contra sus conciudadanos con el fin de mantener sus privilegios.

Los gobiernos de turno se han dedicado a avalar y garantizar gran parte de la deuda privada de los bancos y otros sectores. Como consecuencia, los mercados financieros, es decir, los acreedores de la deuda española, enfocaron su presión sobre las finanzas públicas, para que éstas estuvieran más saneadas que nunca, por si finalmente el Estado tuviera que salir al rescate de impagos del sector bancario o de otros oligopolios financiados por la banca.

Como ya avisamos desde el inicio de este blog, el problema de deuda privada de nuestro país, que es el origen de nuestra actual recesión de balances, está transformándose en un problema de deuda pública, porque en realidad aquellos que siempre han jugado con las cartas marcadas, los muy patriotas, no quieren asumir las consecuencias de sus actos. Al final habrá reestructuración de nuestra deuda, pero mal, desordenada, y tarde, con lo fácil que hubiese sido una quita ordenada de la misma que además conllevara una reducción de la carga financiera mediante el oportuno control de capitales. ¡Porca miseria!

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