COP25 Cumbre del Clima Madrid

La evidencia científica frente a la voluntad política

Desde el siglo XIX, empezaron a surgir modelos que pronosticaban cambios globales y consecuencias del efecto invernadero (Högbom, Arrhenius,..) provocado por las emisiones industriales de carbono. Será a partir de los años 70 y 80, con la aparición del agujero de la capa de ozono, cuando la lucha contra las emisiones de gases contaminantes empiece a calar entre la conciencia colectiva.

Tiempo de actuar

2019 marcará un nuevo récord de emisiones de CO2 y estará en la línea de los más calurosos de la serie histórica registrada. Entrevistado por Deverdaddigital, Jesús Fidel González-Rouco, investigador del Instituto de Geociencias de la Universidad Complutense, que ha trabajado en los informes de evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), plantea que el debate “cambio climático sí o no” ya es obsoleto. El negacionismo es irrelevante, una pose política.

Frente al bloqueo de las negociaciones políticas en la COP25 en Madrid, la presentación del trabajo de numerosos equipos científicos impelen a avanzar con urgencia en el cambio de modelo de desarrollo y el freno a las emisiones de carbono.

Los informes detallan el efecto del calentamiento que ya están sufriendo las masas de hielo (criosfera) a nivel global. Uno de los trabajos que involucra a más de 40 científicos trata la reducción del hielo glacial y su desaparición a largo plazo (a excepción de los polos y el Himalaya), si el aumento de temperatura es superior a 2ºC, perjudicando a las reservas de agua dulce y elevando el nivel del mar hasta 12 y 20 metros.

Los resultados de los trabajos que se han ido presentando son el botón de muestra de una amenaza global: el aumento de temperatura es global y sincrónico, pero en determinadas regiones se agudiza.  La región mediterránea es una de las más afectadas (desertificación, falta de agua dulce, eutrofización de los humedales,..); y los polos donde la temperatura sube a mayor velocidad que en el resto del planeta. Especialmente el Ártico, cuya tasa de deshielo es mayor al no tener masa continental bajo el hielo, favoreciendo la mayor absorción de radiación solar y activando un proceso de retroalimentación del calentamiento. La descongelación de las tundras heladas puede liberar ingentes cantidades de gas metano que aumentarían aún más el efecto invernadero.

Los científicos también advierten: no solo es el clima, la temperatura. La contaminación, la sobreexplotación de los recursos, la perdida de biodiversidad,… El problema es amplio y la sociedad empuja a adquirir responsabilidades.

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