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La estabilidad de Andalucí­a pasa por un acuerdo PSOE-Ciudadanos

Cuando solo quedan siete días para la celebración de las elecciones de Andalucía, el mapa político de esta comunidad se enfrenta a una paradoja: el Parlamento tendrá una composición inédita, histórica, mientras que el Gobierno pasa de forma indefectible por el mismo partido que ha regido esta autonomía desde 1982, el PSOE. Pese al cambio político que se va a producir por la entrada en la Cámara de las formaciones pujantes como Podemos o Ciudadanos —una avanzadilla de lo que puede ocurrir en España en todas las elecciones que quedan por delante en 2015—, la aritmética y la lógica política indican que los socialistas seguirán gobernando Andalucía. Eso sí, para garantizar la estabilidad, tendrán que llegar a un acuerdo con uno de los partidos emergentes: Ciudadanos.

La encuesta de Metroscopia para EL PAÍS con motivo de las elecciones del 22 de marzo dibuja un Parlamento más plural en el que tendrían cabida hasta cinco fuerzas: las tradicionales (PSOE, PP, Izquierda Unida) y las de nuevo cuño (Podemos y Ciudadanos).

El PSOE de Susana Díaz ganaría las elecciones andaluzas del próximo domingo con el 36,7% de los votos y conseguiría 45 diputados, dos menos que en la anterior legislatura y 10 por debajo del umbral de la mayoría absoluta (55). En las décimas elecciones autonómicas, los socialistas recuperarían la hegemonía política en la comunidad, que perdieron en 2012 ante el PP de Javier Arenas, pero obtendrían el peor porcentaje de votos de la historia autonómica por la fragmentación política. Los 45 escaños que lograrían serían, además, el guarismo más exiguo desde las elecciones andaluzas de 1994. Ese año, el expresidente de la Junta Manuel Chaves alcanzó el mismo número de diputados y empezó la denominada legislatura de la pinza. Ese mandato terminó solo dos años después, de forma abrupta, por una convocatoria anticipada de los comicios ante las dificultades del PSOE para gobernar con un Parlamento en el que PP e Izquierda Unida sumaban mayoría.

El escenario que dibuja Metroscopia aboca a los socialistas a llegar a un acuerdo para evitar la inestabilidad, el argumento que esgrimió Díaz para romper a finales del pasado enero el Gobierno de coalición con Izquierda Unida.

La candidata socialista ha reiterado en numerosas ocasiones que no pactará ni con el PP ni con Podemos, por lo que la única salida sería llegar a un acuerdo con Ciudadanos. El partido de Albert Rivera sería la gran e inesperada sorpresa de las elecciones andaluzas —no entraba en ninguna cábala hace solo dos meses—, ya que obtendría el 11% de los votos y hasta 12 diputados.

Un pacto entre el PSOE y Ciudadanos —bien con un Gobierno de coalición o con un acuerdo que garantice la estabilidad parlamentaria— sumaría 57 diputados, dos por encima de la mayoría absoluta. Los socialistas no podrían reeditar un pacto con Izquierda Unida ya que esta formación, según el sondeo, lograría solo ocho diputados (el 8,5% de los sufragios), cuatro menos que en 2012. La suma de PSOE e IU sería, por tanto, de 53 diputados, pero un ligero movimiento en el voto en los próximos días podría abrir de nuevo las puertas a la reedición de la alianza que se fraguó en 2012.

En su campaña, Díaz apenas menciona a Ciudadanos ni a Izquierda Unida, las fuerzas con las que potencialmente podría llegar a un acuerdo tras el 22 de marzo, una vez excluidos el PP y Podemos. Un factor que puede jugar a favor de un acuerdo estable entre el PSOE y Ciudadanos es el hecho de que el candidato de la nueva formación, Juan Marín, gobierna desde 2007 con los socialistas en el municipio gaditano de Sanlúcar de Barrameda.

En una entrevista digital con EL PAÍS, el candidato de Ciudadanos se pronunció acerca de los pactos cuando las encuestas estaban avanzando que esta formación podría tener la llave del Gobierno autónomo. “No venimos a pactar según con quién, sino para qué. Llegaremos a acuerdos con aquellos partidos que acepten las reformas que planteamos en materia de democratización de los partidos políticos e instituciones”. Rivera sí ha advertido de que no pactará con partidos que tengan encausados entre sus cargos públicos. Ayer mismo se refirió a los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, que declararán en abril como imputados ante el Tribunal Supremo por el caso ERE.

Según el sondeo, el 39% de los encuestados estaría de acuerdo con un pacto entre los socialistas y Ciudadanos, aunque la alianza preferida por la mayoría sería la repetición de la coalición PSOE-IU (42%).

El mayor descalabro en las elecciones del próximo domingo, según Metroscopia, lo sufrirá el PP. El candidato popular, Juan Manuel Moreno, obtendría el 25,1% de los votos y 29 diputados, 21 menos de los que logró Javier Arenas hace solo tres años. Sería el peor resultado del centro-derecha andaluz desde 1990, cuando el PP aún estaba lejos de tener aspiraciones reales de ser alternativa en Andalucía.

Podemos, el partido que empezó a agitar el sistema político hace casi un año con su fuerte irrupción en las elecciones europeas, se establecería como tercera fuerza en el Parlamento autónomo con el 14,7% de los sufragios y con 15 diputados. Se trata de un buen resultado para un partido con pocos meses de vida, pero está lejos de situarse como alternativa en Andalucía a los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, algo que, según apuntan las encuestas, sí está ocurriendo en el conjunto de España.

Según el sondeo, los cinco partidos obtendrían representación en las ocho provincias andaluzas, excepto IU en Almería, lo que da idea de la atomización del voto que se va a desencadenar el 22-M. Además, los socialistas serían la fuerza más votada en todas las provincias, excepto en Almería, que es el gran feudo del PP en la comunidad.

Por provincias, la hegemonía socialista es especialmente llamativa en Sevilla, donde obtendría el 41,2% de los votos y nueve escaños. El PP sería el segundo, pero solo con el 17,8% de los sufragios y tres escaños, cuatro menos que en la actualidad. Y Podemos pisaría los talones al PP con el 17,6% de los votos y también tres diputados.

La encuesta pone de manifiesto que Ciudadanos ha hecho un roto al PP en el voto urbano, que ha sido el gran activo de esta formación en Andalucía desde 1995, cuando por primera vez consiguió gobernar las ocho capitales de provincia. Un caso significativo es Málaga, donde el PP pierde cuatro de los ocho diputados autonómicos que tiene en la actualidad. Tres de ellos, según Metroscopia, van a parar al partido de Albert Rivera.

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