La machacona insistencia de los grandes medios de comunicación ha convertido poco menos que en lugares comunes las ideas de que el estallido de la burbuja inmobiliaria nos ha hecho mas pobres, que hemos vivido todos estos años por encima de nuestras posibilidades, que no hay suficientes recursos y que por eso ahora debemos aceptar rebajas en los salarios, pensiones y gastos sociales y resignarnos a subidas de impuestos.
Ninguna de estas afirmaciones contiene ni un gramo de verdad. ¿Cómo que no hay recursos si la caacidad de la sociedad española para crear nueva riqueza se ha multiplicado por más de dos en los últimos 15 años? Y eso incluso a pesar incluso de la crisis. ¿Cómo que no tenemos riqueza si según el Banco de España en nuestro país hay una riqueza financiera acumulada por un valor superior a los 4,2 billones de euros. ¡Cuatro veces el PIB español, un 30% superior al PIB alemán y más del 90% del PIB chino, la segunda potencia económica del mundo! Con estas cifras, que ellos mismos reconocen, ¿cómo tienen la desvergüenza de querer hacernos creer que no existen otros recursos para salir de la crisis que rebajarnos un 25% los salarios? Por supuesto que sí que hay riqueza en España, y en cantidad más que suficiente, para salir de la crisis. El problema que tenemos es muy distinto. Que esa riqueza está repartida de forma enormemente desigual. El abismo social De acuerdo con los datos del Banco de España, a octubre de 2010 el 10% de las familias españolas concentran el 70% de la riqueza financiera disponible por las familias españolas. Pero además, sólo el 1% de entre los más ricos, poseen el 40% de la riqueza de ese 10%. Pero la desigual distribución de la riqueza no se detiene aquí. Porque no son las familias, sino las entidades financieras, sociedades de inversión, fondos y empresas –controladas por el 1% más rico– las que disponen de más de dos tercios de la riqueza financiera total del país. No más de medio millón de personas que acumulan en sus manos una riqueza financiera por un valor superior a los tres billones de euros. Es necesario aclarar, que de lo que estamos hablando aquí no es de la distribución de la renta entre las distintas clases y sectores sociales del país. Hablamos de la riqueza financiera es decir, la parte más importante de la riqueza de un país porque es la que está dotada de la propiedad, al invertirse y ponerse en contacto con la fuerza de trabajo, de producir nueva riqueza. Estamos hablando de la propiedad de las acciones de las empresas (coticen o no en bolsa), de los planes de pensiones privados, de los fondos y sociedades de inversión, de los valores de renta fija (títulos de deuda pública o bonos de deuda privada emitidos por las grandes empresas para financiarse) y otro tipo de activos financieros así. Pues bien, el 70% de toda esa riqueza en manos de las familias, que el Banco de España estima en 1 billón 328.000 millones de euros, se la apropia el 10% de la población. Es decir, 1,4 millones de familias en España poseen 924.288 millones de euros de riqueza financiera. Además, sólo el 1% más rico, concentra el 40% de toda la riqueza que tiene ese 10% más rico. Lo que quiere decir que apenas 140.000 familias en España poseen 369.715 millones de euros de riqueza financiera. Y esto es sólo la riqueza financiera, aquí no están consideradas las rentas. Por lo cual hay que sumarle además los salarios multimillonarios que cobran en efectivo o en especie, las propiedades de todo tipo que poseen, los depósitos que tienen en los bancos, el patrimonio familiar del que disfrutan, la riqueza financiera personal oculta en sus empresas, sociedades, etc.,… Todo eso es “a más a más”. Partiendo de que toda esa riqueza financiera rinde unos beneficios entre un mínimo de un 5% y un óptimo del 10% , es decir, una media del 7,5%, estamos hablando de que, sólo a título personal, las rentas que proporciona anualmente esta riqueza financiera al 10% más rico suponen más de 69.000 millones de euros al año. Con que a toda la riqueza financiera personal que posee ese 10% de la población se le aplicara realmente el tipo máximo actual, es decir, el 45% para las rentas superiores a 300.000 euros anuales, el Estado recaudaría cada año 31.194 millones de euros. Un 62% de todo el déficit que Zapatero quiere reducir hasta el 2013 congelando y reduciendo pensiones, rebajando salarios, recortando gastos en educación, sanidad o gastos sociales o subiendo impuestos indirectos que pagamos la mayoría, podría salir sólo con que el 10% de la población pagara los impuestos que le corresponde según la riqueza financiera que posee, sin variar siquiera el sistema impositivo actual. Y su verdadera dimensión Pero además, hay que tener en cuenta que la riqueza financiera en manos de las familias, sobre la que debería aplicarse el impuesto sobre la renta, es sólo un pequeña parte de la riqueza financiera existente en nuestro país, la mayor parte de la cual se encubre bajo la forma legal de “personas jurídicas”, donde las personas reales que poseen su propiedad o su control quedan ocultas. El total de la riqueza financiera de España a octubre de 2010, según el Banco de España, asciende a 4,272 billones de euros. Pero en poder de las familias sólo están 1,328 billones. El resto, 2,994 billones de euros está en poder de instituciones financieras, empresas, sociedades, etc. La inmensa mayoría de las cuales, a su vez, son propiedad o están controladas por el 1% más rico de la sociedad. Calculando nuevamente unos beneficios medios del 7,5% para esa parte de la riqueza financiera, tendríamos que cada año rinden 224 mil millones de euros. Con sólo que a este rendimiento se le aplicara el mismo tipo impositivo que actualmente se aplica sobre los beneficios de las pymes (el 31,5%), el Estado recaudaría cada año más de 70.000 millones de euros. Estamos habando, por tanto, que tan sólo con aplicar de forma firme y efectiva los tipos impositivos máximos que ya existen sobre la renta personal y el impuesto de sociedades a ese 10% mas rico de la sociedad, el Estado recaudaría cada año 100.000 millones de euros más.¡El doble de los gastos que Zapatero quiere reducir en tres años atacando intereses fundamentales del 90% de la población, podría recaudarse en sólo 1 año! No es extraño por eso que la asociación de técnicos de inspección de la Agencia Tributaria calcule que existen alrededor de 140.000 millones de euros propiedad de personas o sociedades españolas escondidos en paraísos fiscales. ¡Y seguramente se quedan cortos! El caso Repsol Que el 1% de la población española posea aproximadamente los dos tercios de la riqueza financiera total del país –con un valor estimado superior a los tres billones de euros, tres veces más que todo el PIB español– deja bien a las claras, no sólo la justeza, sino también la posibilidad real de una alternativa de redistribución de la riqueza para salir de la crisis. ¿Hay o no recursos para salir de la crisis? ¿Es o no un problema de redistribución de la riqueza, de en manos de quién está y al servicio de qué intereses se pone? Hay quien piensa que aplicar esos impuestos del 30% a las grandes fortunas haría que los ricos sacaran su dinero de España. Pero este es un argumento que no se sostiene. En primer lugar, porque de lo que estamos hablando no es sólo de dinero, sino de capital, y en particular de riqueza financiera. ¿Qué van a hacer Botín, el BBVA y La Caixa? ¿Llevarse sus más de 10.000 sucursales en España a otro país? ¿Qué va a hacer Telefónica, cortar la línea de los 47,1 millones de clientes que tiene en España y que suponen más del 40% de su negocio global? ¿Acaso a Repsol los gobiernos de Venezuela, Ecuador y Bolivia no le han quitado la propiedad sobre los yacimientos petrolíferos y le han multiplicado los impuestos por los beneficios que obtiene? ¿Y que han hecho, abandonar el país? De ninguna manera. No han tenido más remedio que tragar, porque la fuerza política organizada de los pueblos se lo ha impuesto, que donde antes ganaban 100 ahora ganarán “sólo” 50. Esa es la clave de todo, la fuerza política organizada de los pueblos. Con ella, cualquier cosa es posible. Sin ella, nuestros enemigos nos manejan a su antojo. Organizando nuestra propia fuerza política estaremos en condiciones de imponer un camino y una alternativa que se corresponda con los intereses del 90% de la población. Si no somos capaces de hacerlo, seguirán rebajando salarios, congelando y recortando pensiones, reduciendo gasto público en necesidades sociales para concentrar todavía más riqueza en sus manos. Incrementando su poder político y económico y haciendo aún más grande el abismo social que nos separa de ellos. La broma del siglo: Hacienda somos todos Desde el año 2007, las entidades financieras que operan en España –que tras las fusiones de las cajas difícilmente llegaran al medio centenar en unos pocos años– acumulan tantos beneficios como 1.101.679 empresas que Hacienda cataloga como “de reducida dimensión”. ¡50 tiburones financieros ganan tanto como más de un millón de pequeños empresarios! Y de esos 50, sólo dos (Santander y BBVA) se llevan más del 60% de los beneficios. No es extraño que ocurra esto si analizamos los datos que ofrece el Banco de España sobre la Evolución de las Rentas de capital entre 2000 y 2007. En ellos vemos cómo mientras en el período que va del año 2000 al año 2003, la ganancia capitalista se distribuía en un 33,7% para el sector financiero (es decir, devolución del principal y pagos de intereses y comisiones), mientras que el 66,3% iba a los empresarios, en el período 2003-2007, en pleno gobierno Zapatero, esa distribución de la ganancia capitalista ha cambiado radicalmente. Ahora, la parte de la ganancia que se llevan los intereses, la banca y el sector financiero es del 55%, mientras que los empresarios tienen que “conformarse” con el 45%. Mientras unos, el sector bancario y financiero ha aumentado su participación en las nuevas ganancias en un 163%, los otros, los empresarios han visto disminuir su participación en un 32,2%. Pero increíblemente, mientras los bancos tributaron en 2007 un 20,60% de sus ganancias, las pequeñas y medianas empresas se ven obligadas a entregar a Hacienda el 31,5% de sus modestos beneficios. Con que a bancos y monopolios del IBEX-35 –que duplican los beneficios obtenidos por 1,2 millones de pymes– les aplicáramos el mismo rasero, es decir, que pagaran el doble de impuestos sobre los beneficios que las pequeñas y medianas empresas, el Estado recaudaría 25.436 millones de euros más cada año. Si al resto de bancos y cajas –de tamaño mediano– y al conjunto de empresas calificadas como “grandes” por Hacienda, les aplicáramos solamente la misma carga fiscal, un 31,4%, que a las pymes, obtendríamos otros 40.924 millones de euros. Un total de 66.000 millones de euros cada año. El equivalente a 44 veces lo que Zapatero ha ahorrado congelando las pensiones. O a más de 7 veces de lo que supone la reducción del 5% al salario de los funcionarios. Pero aquí lo que se está haciendo es justamente lo contrario. Congelan pensiones y rebajan salarios para que bancos y monopolios no vean mermada su cuenta de beneficios y puedan seguir acumulando y concentrando riqueza a la misma, o superior, velocidad.