Entrevista a Armando de Castro - Barón Rojo

La Clave de Rock de los Indomables

¿Cómo surgió grabar un directo con la orquesta sinfónica de Mislata? Esto es algo que siemre puede entrar en los planes de cualquier grupo de rock. Es un aliciente hacer algo novedoso y sentir esa grandiosidad que se siente cuando tienes una orquesta detrás. Otra cosa es que tengas la oportunidad de llevarlo acabo. Es complicado ponerse en contacto con una agrupación como una orquesta que se preste a hacerlo y los números cuadren. En este caso se dio la circunstancia favorable de que fueron ellos, la Orquesta Sinfónica de Mislata, los que nos lo pusieron todo muy fácil. Fue al revés, ellos querían hacer un concierto con nosotros, entre otras cosas para celebrar el centenario de la Orquesta Sinfónica del Centro Instructivo de Mislata. Y luego porque muchos son seguidores del grupo, conocen nuestra trayectoria y querían hacer un concierto con nosotros. Al principio estas cosas te las tomas con reserva, pero poco a poco fue cuajando. Vinieron a vernos a un concierto en Valencia, tenían los arreglos un poquito adelantados. Luego fuimos a su local en Mislata para escuchar como iría la cosa y ya nos tiramos a la piscina. El concierto se hizo el 15 de noviembre, y tuvimos que poner en marcha todos los contactos con las instituciones, permisos, contratación, la mejor ubicación para el concierto, los ensayos…. Y ahí está el DVD. A parte de todo lo que ya sabemos, dice mucho de vuestra trayectoria el tener a una orquesta sinfónica entre vuestros fans… Efectivamente. Es lo que más a favorecido el proyecto. Porque siendo inequívocamente un grupo de rock duro, somos un grupo con cierta entidad que hace una música que se tiene en pie desde cualquier punto de vista musical. Que gente con estudios escolásticos considere a Barón Rojo tan adecuado como cualquier clásico nos produce satisfacción, y demuestra que hemos estado trabajando en el sentido de hacer buena música todos estos años. Habéis utilizado combinaciones de otros instrumentos como los vientos en “20+”, ¿cuál ha sido las sensaciones o los cambios principales al contar con una orquesta sinfónica? Los temas cogen otra dimensión, una sonoridad más ambiciosa. Si te metes en algo como esto es porque buscas algo que valga la pena. Sientes que tu música va más allá de los instrumentos clásicos del rock, coge otra sonoridad diferente para la que estaba pensada y aumenta su valor. Es una de esas cosas que te hace sentir que treinta años de música han valido la pena. Son elementos que hemos aportado que pasados por el tamiz del sistema diferente que supone una orquesta sinfónica, se convierten en algo grandioso; una cantidad de timbres distintos, matices que se amplían… la música se ensancha hasta límites que no te habías podido imaginar. Aunque ya habíamos utilizado, por ejemplo, un trío de metal, no es lo mismo que tener cien músicos detrás. Algo que merece la pena ser vivido. Muchos os consideran no solo una banda de referente, sino además una escuela de rock’n’roll, de formación de músicos y de estilo… Estoy más de acuerdo con lo segundo que con lo primero. Otros fenómenos que se han hecho en España han tenido mucha más receptividad que el rock que hemos hecho nosotros. Es un rock bastante evolucionado, como los grupos internacionales hacen rock. Aquí ha sido más fácil para muchos grupos hacer rock de la herencia Rosendo, Barricada, Los Suaves, Los Porretas… una música muy sencilla, urbana y primaria, que no se mete en complicaciones armónicas. Y que sí han creado una escuela. Sin embargo todos los músicos que han pasado por Barón Rojo se han llevado un poco de la música que ellos han contribuido a crear. Al formar sus propios grupos se ha visto reflejado esto en su trabajo. Pero no como una herencia que puedas decir que ha querido ser como Barón Rojo. Eso no ha ocurrido. Es un rock más internacional y menos sencillo de imitar. Desde luego habéis creado una escuela de persistencia y de ser indoblegables a las dificultades… Pero eso no es crear escuela, sino tomártelo muy en serio. Mantenerse es mucho más difícil que llegar. Si quieres seguir en esto hay que mantener en buena forma las cuerdas vocales, tu música, y no abusar de lo que se suele abusar en el mundo del rock. Somos muy dados a todo tipo de excesos que incluso son contemplados con cierta blandenguería. ¿Que son considerados parte de la música? Sí. Y yo no se por qué. En última instancia resulta que ser un yonki se toma como una categoría y lo que haces coge una transcendencia especial… y pobrecito ¡qué dura que ha sido la sociedad contigo!. Nosotros vamos justo por el otro lado del río. Se puede hacer el mejor rock del mundo sin ponerte hasta las cejas, conservando la ilusión y las ganas de hacer las cosas bien. Nos lo hemos tomado muy en serio, nos gusta mucho el rock y no abusamos de nada, al contrario, procuramos mantenernos muy conscientes de lo que estamos haciendo cada vez que subimos al escenario. ¿Que es hoy ser un rockero indomable? Hay muchos indomables que son el espíritu de esa letra, que está dedicada a la gente que nos sigue a los grupos contra viento y marea, y que está siempre a pie de concierto, disfrutando de la música que le gusta, cueste lo que le cueste. Es una persona gracias a la cual los grupos seguimos vivimos. También se puede entender como tratar de ser lo menos absorbido por el sistema posible. Aunque uno no se puede mantener al margen de las leyes y de lo que ocurre, sí te puedes mantener lo más puro posible dentro de lo que son tus condiciones: el show business, el apoyo de ciertas instituciones de a cuerdo a tu ideología… nosotros procuramos mantenernos al margen de todo lo que pueda condicionar nuestra creatividad musical. Es nuestra libertad caiga quien caiga.

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