Manifestación de los sindicatos en Madrid

La clase obrera irrumpe en la escena

La manifestación convocada por los sindicatos el 12 de diciembre en Madrid ha sido un rotundo éxito, porque ha supuesto la irrupción de la clase obrera en la escena polí­tica. Y con ello se han generado nuevas y mejores condiciones en la batalla por forzar una salida a la crisis en beneficio del conjunto del pueblo.

Hacía siete años, desde la huelga general contra el “decretazo” de Aznar, que no asistíamos a una movilización central de trabajadores. Habían transcurrido dos años de crisis sin que los dos sindicatos mayoritarios hubieran levantado la voz.La indignación social ante las consecuencias de la crisis y la resión de las bases obreras, ha obligado a CCOO y UGT a convocar, por fin, una movilización en Madrid.En la manifestación se expresó contundentemente la energía y capacidad de lucha de la clase obrera, la indignación contra el expolio al que nos está sometiendo la gran banca con la inestimable ayuda del gobierno de Zapatero.Y cuando la clase obrera entra en escena se abre la puerta -al margen y por encima de la línea claudicante de las cúpulas sindicales- a una marea de una fuerza potencial incontrolada.No es lo mismo que se manifiesten las pymes, el movimiento antiglobalización o los agricultores a que lo haga la clase obrera. El movimiento obrero es la única fuerza capaz de galvanizar con su impulso al conjunto de la sociedad, provocando un terremoto de consecuencias imprevisibles.Los grandes medios de comunicación, portavoces oficiales de bancos y monopolios, lo saben… y por eso se han lanzado al unísono a atacar virulentamente la manifestación.ABC, El Mundo o La Razón destilando un vitriólico odio de clase, con el objetivo de aislar y enfrentar a la clase obrera con el conjunto de la población.El País o Público, de forma mucho más sibilina, minimizando la movilización al difundir la ridícula cifra de poco más de 30.000 manifestantes.Todos se han movido bajo una misma consigna: cercenar la movilización de la clase obrera desde su mismo nacimiento. Porque eso es lo que más les duele, lo que no pueden permitir que suceda.Pocos días antes de la manifestación, Emilio Botín, el “padrino” de la oligarquía, irrumpía también en escena para advertir que “es necesario un esfuerzo tanto del sector privado como del público para que España no baje de rating”.Traducido a un lenguaje corriente, Botín exige incrementar el saqueo sobre la población -vía subida de impuestos, reformas laborales, recortes sociales…- con el objetivo de mantener la privilegiada posición de un ínfimo puñado de bancos y monopolios en la jerarquía del capital mundial.Y para que este proyecto oligárquico pueda imponerse lo que no pueden permitir que suceda es la irrupción consecuente de la movilización de la clase obrera.Por eso, como Herodes, se han lanzado a intentar asesinar al recién nacido antes de que tenga fuerzas para destronarlo.Si a ellos les duele, es que la manifestación ha sido un éxito.Durante los últimos años -gracias en buena parte a la actuación del gobierno de Zapatero y a la vergonzante línea impuesta por las cúpulas sindicales- la correlación de fuerzas política, social y económica se ha decantado hacia el lado de la balanza del capital.La irrupción de la movilización de la clase obrera es la mejor herramienta para darle un vuelco radical a esta situación, que les está permitiendo cargar sobre las espaldas del pueblo trabajador el coste de la crisis, mientras un ínfimo puñado de bancos y monopolios siguen presentando beneficios de escándalo.Es el momento de aprovechar la coyuntura creada por la manifestación.La gran banca concentra en su poder todos los recursos que necesitamos para acabar con el paro y salir de la crisis. Es indignante que el gobierno esté colocando toda la riqueza nacional en manos de la gran banca, mientras nos sube los impuestos o nos prepara una reforma laborar para rebajarnos el sueldo.Los 310.000 millones del plan de rescate -dinero público regalado por Zapatero a la banca- son nuestros y los queremos para crear riqueza y empleo.El ingente capital acumulado por la gran banca -que duplica con creces el PIB español- es el producto del saqueo persistente sobre la población. Es un escándalo que, en plena crisis y cuando nos acercamos a los cinco millones de parados, sigan disfrutando de esos privilegios para acumular multimillonarios beneficios mientras el país se desangra. Ya es hora de todos esos recursos que se pongan al servicio de los intereses de la mayoría. Ha llegado el momento de plantearse la exigencia de una nacionalización de la banca. Una alternativa que responde a los intereses del conjunto del país -desde la clase obrera a las pymes o agricultores-, y que exige un cambio político radical, sustituyendo a un gobierno convertido en poco menos que los tirantes de Botín por otro que defienda los intereses populares y nacionales.¡La banca tiene los recursos que necesitamos para acabar con el paro y salir de la crisis. Son nuestros y los queremos! ¡Nacionalización de la banca ya!

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