SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

La caza de Rajoy

Raúl del Pozo es un gran periodista y ayer dio, en su columna de El Mundo, una buena lección y explicación a propósito de sus presuntos ‘devaneos’ con Bárcenas y su entorno en pos de lograr la mejor información posible sobre este caso, aunque con ello se sacrifique, momentáneamente, la crítica al millonario golfo del PP. No en vano lo importante en este país es saber lo que pasa y no solo lo que nos gusta. Sobre todo porque sabemos que, con papeles o sin ellos, Bárcenas es un ‘coche bomba’, hoy aparcado en el garaje de Soto del Real pero con probada capacidad, en el caso de explosión, de lanzar una onda expansiva que podría alcanzar el diván oval de la Moncloa, en la que sestea Rajoy.

En el seno del PP empieza a consolidarse la idea y el discurso de que Rajoy no es el hombre para el vigente momento español, que su gobierno es débil y desorganizado y sus políticas timoratas no solo ante la crisis económica y social, sino ante los desafíos de los catalanes, ETA, y la creciente crisis institucional que va desde la Corona a la Justicia, pasando por Educación y Sanidad, pilares del hoy devaluado Estado del Bienestar español. Y no digamos sobre el capítulo del modelo territorial.

Hasta ahora las voces internas del PP críticas a Rajoy eran más bien escasas y ubicadas en la periferia regional, como parecía ser el caso de Núñez Feijóo (a quien una mano negra le sacó las fotos con su amigo traficante), o Monago, el bombero torero del PP que se pone por montera la peineta de Cospedal. O en Madrid donde Aguirre es el rayo que no cesa, o en el País Vasco donde la bella Arantza le ha puesto las peras al cuarto a don Mariano. Pero las críticas a Rajoy han echado raíces también en Génova 13, donde Arenas va por su cuenta y riesgo -nunca mejor dicho lo del riesgo porque bonito es Mariano liquidando a sus adversarios- y también crecen y circulan por el Grupo Parlamentario donde no cesan los comentarios de la vieja guardia aznarista.

Sin embargo, el llamado sector crítico del PP contra Rajoy se ha reforzado con la salida a los ruedos y en tromba de Aznar, desde FAES con su discurso firme y decidido y su gran capacidad para convocar a los medios de comunicación. Hasta tal punto que hoy Aznar, el que fuera Almirante de la flota del PP, se ha convertido en el jefe de la rebelión a bordo de la Bounty de Rajoy. Y cuenta con el apoyo directo del diario El Mundo (y parece que, poco a poco, de ABC) porque, insistimos, crece sin para el sentimiento y la opinión en el PP de que Rajoy no es el hombre idóneo para esta ocasión, no puede con la crisis y está poniendo en peligro el futuro electoral del PP.

Lo que es más, la reaparición de Aznar provocó una reacción a la defensiva del entorno mas íntimo de Rajoy, sus medios afines y sus pelotas y ruidosos tertulianos, e incluso de amplios sectores del poder financiero y empresarial. Llegándose al caso de tildar a Aznar de “desleal” a Rajoy y al PP, a lo que el señor del bigote ha respondido el pasado domingo con la frase de “a mí, lecciones de lealtad, cero” (lo dijo mejor Don Quijote con lo de: “leoncitos a mí y a tales horas”). Aviso pues de Aznar a navegantes con la coletilla de “aquí estoy”, al estilo de Juan Tenorio a su llegada a Roma.

Es decir, o Rajoy da un vuelco a su política y a su Gobierno, o que se prepare porque vienen curvas. De hecho ha sido él, y nadie mas que él quien desde su pedestal de don Tancredo de la política desenfundó el revolver que llevaba en el cinto y le descerrajó un disparo en el testuz a Bárcenas, mandándolo de cabeza a Soto del Real, una vez que descubrió que el extesorero y dueño de su gran tesoro particular estaba colaborando con la conspiración interna del PP que quiere derrocarlo a él. O sea, y regresamos a Del Pozo, Bárcenas se ha convertido en una pieza maestra del tablero del PP porque si canta o da más papeles que comprometan a Mariano -su presidente en el PP y su mentor- entonces le habrá hecho todo un servicio a los amotinados del PP, que han llegado a la conclusión, al igual que los poderes fácticos económicos y financieros, de que el problema de España es Rajoy porque no hace lo que debe, ocupa el sitio e impide la solución.

P.D. ¿Están Gallardón y Cospedal subidos al carro de la conspiración?

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