Arqueologí­a

La «Capilla Sixtina» del Faraón

Un equipo de arqueólogos del Consejo Superior de Investigaciones Cientí­ficas (CSIC), ha realizado el descubrimiento egipcio más importante de los últimos años. Concretamente ha sido en Luxor. El hallazgo se ha realizado en el marco de la VIII campaña del Proyecto Djehuty. Se trataba de encontrar restos pertenecientes a este alto cargo de la XVIII dinastí­a, y el asombroso recinto sepulcral esta completamente cubierto de exquisitas pinturas basadas en El Libro de los Muertos.

«Esto es el sueño de cualquier egitólogo», declaró José Manuel Galán, director del equipo de especialistas, que ha trabajado en condiciones «muy duras y difíciles» para sacar a la luz la que probablemente sea la primera cámara sepulcral decorada con profusión, para que Djehuty, un escriba de la faraona Hatshepsut, tuviera una fácil transición al más allá. La importancia del hallazgo es doble: Por el incalculable valor artístico de las imágenes representadas, pero también por lo histórico y su exclusividad, ya que los expertos afirman que durante este periodo prácticamente nadie decoraba sus tumbas y existen escasas muestras de pintura mural en este tipo de construcciones antiguas. La tumba-capilla de Djehuty, excavada en la roca de la colina Dra Abu el-Naga, en la orilla occidental de Luxor, antigua Tebas; tiene más de dos metros de altura y se adentra casi 20 metros en la horizontal. Las paredes interiores están totalmente decoradas con inscripciones y escenas en relieve. Varias de las cámaras de esta necrópolis estaban completamente cubiertas de rocas y arena, por lo que el minucioso aunque esforzado trabajo de campo ha sido fundamental para la recuperación de este testimonio histórico y antropológico. Además del importante descubrimiento arquitectónico, los expertos han conseguido rápidamente interpretar históricamente todo lo encontrado. Afirman que el escriba Djehuty debió de ser una de las figuras más influyentes y respetadas durante el reinado de la faraona Hatshepsut. También se han descubierto piezas de orfebrería, entre las que destacan dos pendientes, que muy probablemente pertenecieron al propio escribano. Confirman la teoría de que los hombres importantes de la corte empezaron en estos tiempos a utilizar este tipo de alhajas, moda que después también fue seguida por faraones venideros.

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